Inicio esta colaboración con un poema de autor anónimo que aprendí siendo niño, de mi adorado padre, sobre Palestina, un lugar considerado sagrado. Lo cito por el enésimo desacuerdo entre el gobierno de Israel y el grupo Hamás de Palestina.
“Tierra de la Palestina”. “Tierra bendita y divina es la de Palestina / donde nació Jesús; / eres de las naciones, cumbre bañada por la lumbre que derramó su luz. / eres la historia inolvidable, / porque en tu seno se derramó / la sangre, preciosa sangre / del unigénito hijo de Dios. / La sangre, preciosa sangre, del unigénito hijo de Dios / cuenta la historia del pasado que en tu seno / sagrado vivió el salvador. / Y en tus hermosos olivares, habló a los millares / la palabra de amor. / Quedan en ti testigos mudos, que son los viejos muros de la Jerusalén; / viejas paredes ya destruidas, que si tuvieran / vida nos hablarían bien”.
Se dice que el grupo armado de los palestinos -Hamás– asesinaron y secuestraron a israelíes. En represalia, el ejército israelí efectúo redadas en territorio de Gaza para eliminar la amenaza de terroristas en la zona y localizar a los rehenes. Después de seis días de intensos bombardeos, causaron mil 400 muertos. Además, el ejército israelí dio un plazo de 24 horas para que la población se desplazara hacia el sur. Fue una verdadera carnicería, ignorando el respeto al Derecho Internacional y a la legislación sobre derechos humanos. La Asamblea General de la ONU aprobó un cese a las hostilidades, con una abrumadora mayoría: 120 votos a favor, incluyendo a México, 14 en contra y 45 abstenciones. Su Santidad, el Papa Francisco, al enterarse de las atrocidades del gobierno israelí, exclamó: “en el nombre de Dios, detengan la guerra”.
El presidente de Turquía acusó a Israel de ser “un Estado terrorista que comete con mucha facilidad crímenes de guerra”.
Los habitantes de la Unión Europea han realizado manifestaciones muy numerosas para que se detengan las agresiones. Cada uno de los palestinos que han perdido algún familiar, es un potencial soldado que vengará la muerte de los suyos y así la espiral de violencia se agrandará y el conflicto se recrudecerá, no hay esperanzas que la guerra termine. A mi juicio, en estos lamentables hechos hay mucho de religiosidad. Israelitas y palestinos son pueblos muy religiosos - ¿o fanáticos? -. es más, hay quienes afirman que ambos tienen el mismo Dios, aunque con diferente nombre: Jehová y Alá. Sin embargo, israelitas y palestinos se odian a muerte.
A principios de la segunda quincena de noviembre, según información del Washington Post, se firmó un pacto de alto al fuego. Al contrario del acuerdo, Israel llevó a cabo dos bombardeos en campos de refugiados, que sumaron la muerte de 82 palestinos. En esta semana, Israel aceptó una tregua de cuatro días, a cambio de la liberación de 50 rehenes. “Que se escuche fuerte en toda la tierra el grito de paz”, decimos con el Papa Francisco.
Escritor y docente
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