/ sábado 23 de abril de 2022

Problema del relleno sanitario viene de administraciones anteriores

Durante administración de Antonio Arredondo el municipio perdió una demanda

El ambientalista Joel Berlín Izaguirre, indicó que el problema del relleno sanitario no es un problema de la administración anterior pues desde antes ya se había tenido una demanda por daños a los habitantes de la zona, misma que el municipio perdió; situación lo que evidencia que con el cambio de administraciones los problemas se van quedando archivados, sin que se les tome la importancia que requieren.


En este sentido el ambientalista dio a conocer que en la administración de Antonio Arredondo el municipio enfrentó una demanda por los daños que ocasionó el tiradero municipal a los habitantes del lugar; esta demanda fue pérdida por el municipio y la administración de Beatriz Hernández tuvo que pagar los daños, por lo que este problema no es de ahora.

Detalló que entre las cosas mal hechas dentro del relleno sanitario es la falta de atención a los antecedentes, pues ni la Procuraduría Ambiental del Estado de Guanajuato (PAOT), ni el municipio han revisado a fondo el problema “hay muchas cosas que se quedan en el tintero debido a que las administraciones van cambiando y nunca leen los resolutivos que quedan plasmados en las actas de cabildo y hay cosas que quedan en una administración y llega el cabildo siguiente y ya no lo lee y se van quedando incumplidas muchas cosas” dijo.

“Otro problema es que hay cambio de administración, cambio de ideas y lo que haga la administración anterior no les importa, el problema es que no llegan con proyectos, si estamos hablando de seguridad o de obra deben estar presentando los proyectos y cumpliendo lo que dicen las propias reglamentaciones”.

El tiradero municipal se ubica en el ejido Buena Vista de Valtierra, su construcción y operación fue autorizada en 2013 en materia de impacto ambiental. La construcción consideró una celda de disposición final de residuos de 1.92 hectáreas con una capacidad de 269,820 metros cúbicos, dren perimetral, pozos de biogás, laguna y colector de lixiviados.

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No obstante desde el 2017 lugareños han denunciado en reiteradas ocasiones, el mal estado del tiradero, situación que les ha ocasionado afectaciones a los cultivos, ha generado la muerte de animales, contaminación de pozos de agua, sin mencionar las afectaciones a la salud.


El ambientalista Joel Berlín Izaguirre, indicó que el problema del relleno sanitario no es un problema de la administración anterior pues desde antes ya se había tenido una demanda por daños a los habitantes de la zona, misma que el municipio perdió; situación lo que evidencia que con el cambio de administraciones los problemas se van quedando archivados, sin que se les tome la importancia que requieren.


En este sentido el ambientalista dio a conocer que en la administración de Antonio Arredondo el municipio enfrentó una demanda por los daños que ocasionó el tiradero municipal a los habitantes del lugar; esta demanda fue pérdida por el municipio y la administración de Beatriz Hernández tuvo que pagar los daños, por lo que este problema no es de ahora.

Detalló que entre las cosas mal hechas dentro del relleno sanitario es la falta de atención a los antecedentes, pues ni la Procuraduría Ambiental del Estado de Guanajuato (PAOT), ni el municipio han revisado a fondo el problema “hay muchas cosas que se quedan en el tintero debido a que las administraciones van cambiando y nunca leen los resolutivos que quedan plasmados en las actas de cabildo y hay cosas que quedan en una administración y llega el cabildo siguiente y ya no lo lee y se van quedando incumplidas muchas cosas” dijo.

“Otro problema es que hay cambio de administración, cambio de ideas y lo que haga la administración anterior no les importa, el problema es que no llegan con proyectos, si estamos hablando de seguridad o de obra deben estar presentando los proyectos y cumpliendo lo que dicen las propias reglamentaciones”.

El tiradero municipal se ubica en el ejido Buena Vista de Valtierra, su construcción y operación fue autorizada en 2013 en materia de impacto ambiental. La construcción consideró una celda de disposición final de residuos de 1.92 hectáreas con una capacidad de 269,820 metros cúbicos, dren perimetral, pozos de biogás, laguna y colector de lixiviados.

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No obstante desde el 2017 lugareños han denunciado en reiteradas ocasiones, el mal estado del tiradero, situación que les ha ocasionado afectaciones a los cultivos, ha generado la muerte de animales, contaminación de pozos de agua, sin mencionar las afectaciones a la salud.


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