Un buen aventurero: de la Selva Lacandona hasta los vestigios mayas

  El estado de Chiapas conjuga matices únicos; a lo largo de sus más de 73 kilómetros cuadrados, la montaña, el mar y la selva se convierten en el hogar de cientos de especies animales y flora que adornan sus caminos. A través de sus 122 municipios, regala estampas únicas que ningún otro sitio de México tiene.

La concepción de una tierra divina permite trasladarse en poco tiempo del calor del mar, a la neblina de la montaña; del basto y agresivo verde de la Selva Lacandona, a los vestigios mayas que se asentaron hace cientos de años en esta parte del mundo.

 

Cañón del Sumidero. El imponente Río Grijalva corre entre las paredes formadas de caliza que alcanzan altitudes de hasta 1,200 metros, uno de los escenarios más imponentes de América Latina; que corresponde a una falla geológica de más de 30 millones de años, que permite ser el hábitat y refugio de especies en peligro de extinción como el mono araña, el cocodrilo de río, el ocelote, el tepezcuintle, venado cola blanca y zopilote rey.

 

Puerto Arista. Está catalogada como la principal playa del estado; además de su arena fina, está protegida por una montaña: atractivos visuales para turistas nacionales y extranjeros. Alrededor de esta playa, existen sitios como Cabeza de Toro, en la que se deslizan los cayucos o canoas hechas con troncos de árboles o palmeras.

 

San Cristóbal de las Casas. Una las primeras ciudades construidas en América Latina. Desde la época colonial los poderes gubernamentales prevalecían allí, en la entonces llamada ciudad de Las Chiapas, hasta principios del Porfiriato, cuando los aires bélicos propiciaron que Tuxtla Gutiérrez ganara la batalla contra los coletos y los poderes pasaran a la que hoy conocemos con la capital del estado.

 

Sus calles adoquinadas y edificaciones religiosas se divisan desde casi cualquier punto de la ciudad, tan dignas como si ángeles las hubiesen preservado, sin imaginar el impacto cultural que tendría en tiempos venideros.

Chiapa de Corzo. Sitio colonial de tradición y cultura; su valor radica en la historia, debido a que fue la primera ciudad fundada por los españoles durante el siglo XVI. Sobresale el conjunto mudéjar formado por La Pila, fuente de refinada inspiración morisca hecha en ladrillo, única en Iberoamérica; el templo de Santo Domingo y el edificio conventual anexo al mismo, ahora sede del Museo de la Laca, así como las ruinas del templo de San Sebastián.

 

La plaza alberga también la secular ceiba o pochota, árbol sagrado que la tradición relaciona con la fundación de la ciudad, también se localiza en ella, la torre de reloj, imitando a la arquitectura de la fuente o pila misma.

Tapachula. Sobresale económicamente por considerarse puerta de entrada hacia Centroamérica y hacia la angosta planicie del Pacífico, lo que también la cataloga como la capital económica de Chiapas. Debido a su cercanía con la frontera de Guatemala, ha absorbido una parte considerable de las etnias del país vecino, identificando esta región con la entina de “Los Mámes”.

 

Sus características provincianas y de modernidad dejan entrever una arquitectura de rasgos señoriales y europeos, conservando una buena parte de elementos vernáculos en viviendas de otate, adobe o caña brava, con techo de palma o teja de barro.

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En el Cañón del Sumidero podrás observar animales en peligro de extinción como el mono araña, el cocodrilo de río, el ocelote o el venado cola blanca.