/ sábado 13 de abril de 2024

Don Israel retornó para cumplir el “sueño americano” en su tierra. Columna: Historias del Estado Número 33. (No. 34)

“Hace siete años regresé de Estados Unidos y ya no pienso irme, porque gracias a Dios con lo que junté de dinero pude emprender un negocio en mi comunidad de origen. Además, en el norte muchos nos ven a los extranjeros sólo como mano de obra barata”, me comentó Don Israel, quien amablemente me vendió una correa para mi perro. Don Israel es uno de los miles de migrantes que decidieron retornar a su país. Él, como otros migrantes, tiene su propio negocio y vende sus artículos para mascotas en ferias de gran tradición en México como la Feria de León, la Feria de San Marcos, entre otras.

Gracias a su espíritu incansable, Don Israel demuestra que el sueño americano también se puede conseguir aquí, en su tierra. La historia de Don Israel nos hace ver dos cosas: primero, que en Estados Unidos sigue existiendo un maltrato laboral a personas extranjeras que radican de manera irregular; y segundo, que en México los programas sociales son un bálsamo para quienes regresan a nuestra tierra para buscar salir adelante.

Comencemos por analizar el tema laboral en Estados Unidos para las personas indocumentadas. Para nadie es un secreto que los migrantes no sólo son parte fundamental en la maquinaria económica de la Unión Americana, también son la mano de obra más ocupada en las actividades de mayor riesgo.

Al respecto, según la Organización Internacional para las Migraciones, 164 millones de migrantes a nivel global aceptan los trabajos más sucios, peligrosos y difíciles, llamados 3D por sus siglas en inglés. Ante estas circunstancias tan adversas, sumadas al maltrato y discriminación laboral, las personas indocumentadas toman la decisión de moverse a otra ciudad estadounidense o, como lo hizo Don Israel, regresan a su lugar de origen.

Ahora bien, el retorno de los migrantes a nuestro territorio no siempre viene acompañado de éxito. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, en el 2023 se deportaron de Estados Unidos a más de 210 mil mexicanos indocumentados. Al conocer estos números, muchos líderes mexicanos y mexicoamericanos se preguntan ¿qué hace el gobierno federal para apoyar a nuestros paisanos? Si bien la federación cuenta con once módulos de repatriación en cinco estados colindantes con Estados Unidos para proporcionarles asistencia y asesoría, la gran labor de recepción la realizan los estados de la república.

Sobre los gobiernos estatales recae la tarea de buscar que nuestros paisanos repatriados logren una reinserción social y económica. En este sentido, y ahora que está en debate el tema de los programas sociales, esperemos que quien resulte ganadora o ganador en las próximas elecciones presidenciales en México, no tenga la ocurrencia de eliminar

programas como el 3x1. (Como lo hizo quien despacha actualmente desde Palacio Nacional.)

Los migrantes buscan mejorar su calidad de vida y muchos de ellos lo logran para luego retornar (como Don Israel) y seguir progresando en su comunidad de origen. No obstante, en otros casos, las historias comienzan como un sueño y terminan en una pesadilla. En cualquiera de los casos, los migrantes dependen de sí mismos, de su esfuerzo e, incluso, de su pericia para sortear toda clase de infortunios.

Pero es deber de nuestros gobernantes hacerles saber a nuestros paisanos en retorno que en su camino de ida y regreso no están solos. Por lo pronto, enviaré tarjetas del negocio de Don Israel a las candidatas y al candidato a la presidencia, con suerte y no sólo le compran algo para sus mascotas sino que, también, le pidan su opinión para definir cómo ayudar a nuestros paisanos.

Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

Facebook: @Juan Hernandez

Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez

“Hace siete años regresé de Estados Unidos y ya no pienso irme, porque gracias a Dios con lo que junté de dinero pude emprender un negocio en mi comunidad de origen. Además, en el norte muchos nos ven a los extranjeros sólo como mano de obra barata”, me comentó Don Israel, quien amablemente me vendió una correa para mi perro. Don Israel es uno de los miles de migrantes que decidieron retornar a su país. Él, como otros migrantes, tiene su propio negocio y vende sus artículos para mascotas en ferias de gran tradición en México como la Feria de León, la Feria de San Marcos, entre otras.

Gracias a su espíritu incansable, Don Israel demuestra que el sueño americano también se puede conseguir aquí, en su tierra. La historia de Don Israel nos hace ver dos cosas: primero, que en Estados Unidos sigue existiendo un maltrato laboral a personas extranjeras que radican de manera irregular; y segundo, que en México los programas sociales son un bálsamo para quienes regresan a nuestra tierra para buscar salir adelante.

Comencemos por analizar el tema laboral en Estados Unidos para las personas indocumentadas. Para nadie es un secreto que los migrantes no sólo son parte fundamental en la maquinaria económica de la Unión Americana, también son la mano de obra más ocupada en las actividades de mayor riesgo.

Al respecto, según la Organización Internacional para las Migraciones, 164 millones de migrantes a nivel global aceptan los trabajos más sucios, peligrosos y difíciles, llamados 3D por sus siglas en inglés. Ante estas circunstancias tan adversas, sumadas al maltrato y discriminación laboral, las personas indocumentadas toman la decisión de moverse a otra ciudad estadounidense o, como lo hizo Don Israel, regresan a su lugar de origen.

Ahora bien, el retorno de los migrantes a nuestro territorio no siempre viene acompañado de éxito. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, en el 2023 se deportaron de Estados Unidos a más de 210 mil mexicanos indocumentados. Al conocer estos números, muchos líderes mexicanos y mexicoamericanos se preguntan ¿qué hace el gobierno federal para apoyar a nuestros paisanos? Si bien la federación cuenta con once módulos de repatriación en cinco estados colindantes con Estados Unidos para proporcionarles asistencia y asesoría, la gran labor de recepción la realizan los estados de la república.

Sobre los gobiernos estatales recae la tarea de buscar que nuestros paisanos repatriados logren una reinserción social y económica. En este sentido, y ahora que está en debate el tema de los programas sociales, esperemos que quien resulte ganadora o ganador en las próximas elecciones presidenciales en México, no tenga la ocurrencia de eliminar

programas como el 3x1. (Como lo hizo quien despacha actualmente desde Palacio Nacional.)

Los migrantes buscan mejorar su calidad de vida y muchos de ellos lo logran para luego retornar (como Don Israel) y seguir progresando en su comunidad de origen. No obstante, en otros casos, las historias comienzan como un sueño y terminan en una pesadilla. En cualquiera de los casos, los migrantes dependen de sí mismos, de su esfuerzo e, incluso, de su pericia para sortear toda clase de infortunios.

Pero es deber de nuestros gobernantes hacerles saber a nuestros paisanos en retorno que en su camino de ida y regreso no están solos. Por lo pronto, enviaré tarjetas del negocio de Don Israel a las candidatas y al candidato a la presidencia, con suerte y no sólo le compran algo para sus mascotas sino que, también, le pidan su opinión para definir cómo ayudar a nuestros paisanos.

Dr. Juan Hernández

Analista de temas de migración

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Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez