/ lunes 13 de mayo de 2024

Cuando el “sueño americano” es sólo un fraude Columna: Historias del Estado Número 33

Cuando sus tres hijos le dieron la buena noticia, Don Artemio no pudo evitar ponersecontento y tener fe en que las cosas mejorarían. “¡Nos vamos a Canadá, ya está todoarreglado!”, le dijeron sus hijos. Don Artemio apenas podía creerlo, y más aún cuandosólo les costaría diez mil pesos a cada uno de sus hijos irse con todos los papelesarreglados a un trabajo temporal que les ayudaría a salir adelante. ¡Así de rápido y fácil!Desafortunadamente, la realidad es otra en este tipo de ofertas de trabajo. Hoy, DonArtemio, originario del municipio de Apizaco, Tlaxcala, y sus tres hijos han sidodefraudados, como les ocurre a miles de personas en todo el país. En estos casos,quienes desean migrar no sólo pierden el dinero que con tanto esfuerzo consiguieron,también desaparece la motivación para volver a empezar.

El tema laboral es algo que ha venido evolucionando de la mano de los fenómenosglobales económicos, sociales, migratorios y, desde hace cuatro años, a los generadospor la pandemia del Covid-19. Muchas personas se quedaron sin empleo como parte delos estragos de esta crisis sanitaria y, ante esta situación que llegó como un invitado deúltimo momento a la ecuación laboral, se ha dado una proliferación de ofertas de trabajoen el extranjero poco vista. Basta con entrar a Internet y podremos encontrar ofertaslaborales de países como Canadá, Estados Unidos e, incluso, en Europa. No obstante,muchas de estas “alternativas” de trabajo pueden ser falsas y en lugar de ayudar a salirdel mal momento a quienes así lo deciden, los termina dejando en una situación muchomás apremiante.

Existen varias señales que pueden dejar ver con antelación si una oferta de trabajo espotencialmente fraudulenta, una de las más comunes es, por ejemplo, pedir dinero poradelantado para gestionar documentos personales como visa, pasaporte o, incluso, parael proceso de contratación con la supuesta empresa solicitante. Casos como este soncada vez más constantes. Se habla de que en por lo menos en 27 de las 32 entidades delpaís ocurren fraudes de este tipo, en el que se ofrecen empleos en el extranjero y sólo losdefraudan con dinero. El Centro de los Derechos del migrante (CDM) ha documentadoque desde el 2005 y hasta el 2023, al menos 8 mil solicitantes de empleo cayeron enfraude de reclutadores que ofrecen trabajos inexistentes. En promedio, cada uno pagó9,300 pesos.

Vivimos tiempos en que ya no sólo el tema laboral motiva a cientos de personasdiariamente a buscar la manera de salir de sus países de origen. Vemos que lainseguridad, las catástrofes naturales o los problemas de violencia obligan a las personasa pagar dinero con la esperanza de que el “sueño americano” los salve del mal momentoque pasan. Como hemos visto, las ofertas laborales de trabajo en el extranjero sonanzuelos de agrupaciones que se dedican a defraudar y mientras el gobierno federalhace algo por desarticular este tipo de “negocios”, Don Artemio y sus hijos han decididodarle una nueva oportunidad a las tierras que heredaron del abuelo para volver a sembrarmaíz. Quizás, con el tiempo, sus cosechas sean suficientes para que su sueño americanose convierta en realidad en su propia tierra y no sea un fraude del que haya quelevantarse.


Juan HernándezAnalista de temas de migración

Facebook: @Juan Hernandez

Twitter: @JuanHernandezS

Instagram: dr.juanhernandez

Cuando sus tres hijos le dieron la buena noticia, Don Artemio no pudo evitar ponersecontento y tener fe en que las cosas mejorarían. “¡Nos vamos a Canadá, ya está todoarreglado!”, le dijeron sus hijos. Don Artemio apenas podía creerlo, y más aún cuandosólo les costaría diez mil pesos a cada uno de sus hijos irse con todos los papelesarreglados a un trabajo temporal que les ayudaría a salir adelante. ¡Así de rápido y fácil!Desafortunadamente, la realidad es otra en este tipo de ofertas de trabajo. Hoy, DonArtemio, originario del municipio de Apizaco, Tlaxcala, y sus tres hijos han sidodefraudados, como les ocurre a miles de personas en todo el país. En estos casos,quienes desean migrar no sólo pierden el dinero que con tanto esfuerzo consiguieron,también desaparece la motivación para volver a empezar.

El tema laboral es algo que ha venido evolucionando de la mano de los fenómenosglobales económicos, sociales, migratorios y, desde hace cuatro años, a los generadospor la pandemia del Covid-19. Muchas personas se quedaron sin empleo como parte delos estragos de esta crisis sanitaria y, ante esta situación que llegó como un invitado deúltimo momento a la ecuación laboral, se ha dado una proliferación de ofertas de trabajoen el extranjero poco vista. Basta con entrar a Internet y podremos encontrar ofertaslaborales de países como Canadá, Estados Unidos e, incluso, en Europa. No obstante,muchas de estas “alternativas” de trabajo pueden ser falsas y en lugar de ayudar a salirdel mal momento a quienes así lo deciden, los termina dejando en una situación muchomás apremiante.

Existen varias señales que pueden dejar ver con antelación si una oferta de trabajo espotencialmente fraudulenta, una de las más comunes es, por ejemplo, pedir dinero poradelantado para gestionar documentos personales como visa, pasaporte o, incluso, parael proceso de contratación con la supuesta empresa solicitante. Casos como este soncada vez más constantes. Se habla de que en por lo menos en 27 de las 32 entidades delpaís ocurren fraudes de este tipo, en el que se ofrecen empleos en el extranjero y sólo losdefraudan con dinero. El Centro de los Derechos del migrante (CDM) ha documentadoque desde el 2005 y hasta el 2023, al menos 8 mil solicitantes de empleo cayeron enfraude de reclutadores que ofrecen trabajos inexistentes. En promedio, cada uno pagó9,300 pesos.

Vivimos tiempos en que ya no sólo el tema laboral motiva a cientos de personasdiariamente a buscar la manera de salir de sus países de origen. Vemos que lainseguridad, las catástrofes naturales o los problemas de violencia obligan a las personasa pagar dinero con la esperanza de que el “sueño americano” los salve del mal momentoque pasan. Como hemos visto, las ofertas laborales de trabajo en el extranjero sonanzuelos de agrupaciones que se dedican a defraudar y mientras el gobierno federalhace algo por desarticular este tipo de “negocios”, Don Artemio y sus hijos han decididodarle una nueva oportunidad a las tierras que heredaron del abuelo para volver a sembrarmaíz. Quizás, con el tiempo, sus cosechas sean suficientes para que su sueño americanose convierta en realidad en su propia tierra y no sea un fraude del que haya quelevantarse.


Juan HernándezAnalista de temas de migración

Facebook: @Juan Hernandez

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Instagram: dr.juanhernandez