“La Negra” es una perrita que vive una realidad peculiar dentro del mercado Tomasa Esteves, pues a pesar de ser una mascota sin hogar y en situación de calle, fue adoptada por locatarios de la central de abasto.
Se trata de dos familias a las que incondicionalmente a diario procura, visita y vigila los pasos de cada integrante por los pasillos del inmueble, principalmente de los más jóvenes.
Dylan Rico es un niño de apenas 11 años, que desde hace siete años tiene en ella a una guardiana que está al pendiente de él en el negocio familiar de textiles de su familia.
En total son tres establecimientos que se encargan de alimentar a “La Negra”, en donde permanece la mayor parte del día; sin embargo, las noches las pasa a unas cuadras del mercado sobre la Avenida del Trabajo.
“Ya tenemos mucho tiempo con ella aquí, como siete años, se arraigó por mi sobrino que le gustan mucho los animales, pero no puede tenerlos en casa por falta de espacio; ella come aquí, va y viene de un puesto a otro, todos de familiares con quienes está afuera en sus puestos, ella nos cuida y nosotros la cuidamos en medida de lo posible al darle agua y croquetas”, indicó Rocío Rico.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, en México existen cerca de 23 millones de perros, de los cuales 70% están en situación de calle, por diversos motivos. Esta cifra ubica a México como el país número uno de toda Latinoamérica con mayor población de perros callejeros.
Ante ello, en Salamanca la asociación Salmantinos Unidos por el Rescate y Bienestar Animal (SURBA) ha impulsado el programa "perrito comunitario", que aunque no está reconocido ni reglamentado, no obstante las asociaciones de rescatistas continúan en la batalla para que los perritos comunitarios que viven en las calles y son alimentados por la comunidad sean respetados por las autoridades y considerados como seres sintientes, lo que permitiría una mayor protección y bienestar para estos animales.
Tan solo en el Tomasa Esteves, alrededor de 10 perros viven esta realidad, en donde han encontrado un refugio, alimento y una conexión con los locatarios que ha suplido las condiciones adversas que pueden encontrar estos animales en las calles, que deriva de la problemática de abandono y maltrato que se agudizó tras la pandemia, en la ciudad se estima existen más de 15 mil canes en situación de calle; sin embargo, existen algunos que son adoptados como guardianes de calles, colonias e incluso comunidades, que son alimentados por personas que instalan comederos en la vía pública.
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La “Chata”, “Pinto”, “Güera” y “Pelillos” son algunos de los perros del mercado que son procurados por los mismos locatarios y pueden encontrarse descansando frente a los negocios con los que sienten mayor apego; “La Negra” es una de ellos, que ha sido adoptada por comerciantes de las explanadas norte y oriente de la central de abasto, en donde a diario se postra al exterior de algunos comercios en busca del cariño y calor de hogar que mitiguen sus carencias.
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