GUANAJUATO, Gto.- Gran cantidad de feligreses acudieron a venerar al Señor de Villaseca ayer domingo en el Santuario que se ubica en uno de los barrios mineros de mayor antigüedad en la ciudad de Guanajuato como es el de Cata. Catedráticos, estudiantes, amas de casa, mineros y adultos mayores se postraron ante la imagen para agradecer los milagros recibidos por situaciones muy complicadas.
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Desde las primeras horas del domingo comenzaron a arribar las caravanas de peregrinos procedentes de diferentes lugares, especialmente de esta capital, para cantar las mañanitas como ocurrió en cada una de los días anteriores donde se realizó el novenario en honor del Santo Patrono.
Hay que hacer mención que el viernes pasado algunos fieles católicos que acudieron a cantar las mañanitas al Señor de Villaseca, se encontraron con la puerta principal cerrada y no pudieron tener acceso al recinto, por lo que sus cánticos los hicieron desde las escaleras que conducen a dicho templo.
Con el estruendo de los cohetes y el repique de las campanas a lo alto de las torres que se encuentran en este santuario, se anunciaba el inicio de la misa matutina y la llegada de los peregrinos.
Durante el día se realizó una kermese organizada por los vecinos y también se tuvo música de viento y una procesión que partió del jardín El Cantador.
Imagen altamente venerada
El templo celebra al milagroso cristo del señor de Villaseca, uno de los cristos más venerados de la ciudad de Guanajuato junto con el del buen viaje, que se encuentra en el barrio de la Alameda.
La imagen fue depositada en 1618 en una sencilla capilla tras ser traída de España en el siglo XVI por un descendiente de don Alonso de Villaseca, de ahí su nombre minero español que trabajó los distritos mineros de Zacatecas, Hidalgo y Guanajuato.
Cuando se construían los templos de san Cayetano en Valenciana y el mineral de Cata, los mineros compitieron mezclando polvo de oro a la argamasa en la construcción de san Cayetano y al señor de Villaseca polvo de plata.
En 1725 cuando la minería estaba en bonanza y se terminó de construir el santuario en donde se veneraría al señor de Villaseca que fue construido por Juan Martínez de Soria y financiado por los dueños de la mina de Cata y san Lorenzo, entre ellos la familia de Busto y Moya, sin embargo, existen referencias documentales señalando que para el año de 1788 se estaba apenas fabricando la imagen.
La Revolución Mexicana vendría también a cambiar las cosas. Las empresas norteamericanas vieron con recelo el nuevo marco constitucional. La lucha armada había provocado la inevitable inestabilidad social y la demanda de mejores condiciones de vida por parte de los trabajadores era fuerte.
El primero de diciembre de 1938, The Guanajuato Reduction entregó los bienes de la Hacienda de Flores al sindicato Minero. La entonces secretaria de Economía Nacional con fecha 29 de junio de 1939, autorizó a la sociedad Minero Metalúrgica Santa Fe de Guanajuato como la administradora directa de este y otros bienes.
En 1948 la Cooperativa decidió trasladar los escasos bienes de la Hacienda de Flores al Mineral de Cata, en donde laboraba el viejo molino de la Hacienda de Bustos.
En la actualidad continúa la actividad minera en la capital, no obstante, se han reducido las fuentes de empleo al cerrar algunos yacimientos y que ocasionó el éxodo de guanajuatenses a otras zonas del país para poder conseguir un empleo.
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