El francés Thomas Barnouin, considerado como una de las figuras emblemáticas del grupo yihadista Estado Islámico (EI), y vinculado al comando que planificó los atentados en París en noviembre de 2015, fue detenido en Siria en poder de las fuerzas kurdas, según fuentes de los servicios de inteligencia.
La captura, realizada por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) después de varios meses de encarnizados combates, se concretó el 17 de diciembre en la región de Hassaké (noreste) entre las ciudades de Raqqa (Siria) y Mosul (Irak), pero recién fue reconocida ayer por los organismos de seguridad aunque solo en forma extraoficial.
Barnouin, de 36 años, que había llegado en 2014 a Siria, cayó junto a otros dos pioneros del yihadismo francés, Romain Garnier y Thomas Collange, y otros varios combatientes en fuga.
Originario de Albi (sur de Francia), Barnouin se convirtió al islam en 1999, peregrinó a La Meca en 2003 y estudió la religión musulmana durante dos años en Arabia Saudita. A partir de 2006 hizo varios viajes a Irak y cumplió una pena de cinco años de cárcel en Francia por actividades terroristas: “Me creía el Che Guevara del islam sin saber verdaderamente lo que hacía”, declaró ante el juez.
Esa contrición fue probablemente falsa porque en 2014 partió a Siria con su esposa, hijos y otros seis yihadistas franceses.
Romain Garnier, detenido junto a Barnouin, conocido por el seudónimo de Abu Salman Al Faransi, también fue una de las “voces” del equipo de propaganda en francés del EI.
Las autoridades francesas todavía no decidieron qué actitud adoptarán con esos combatientes, pero -en general- no tienen demasiado interés en solicitar su extradición para juzgarlos por “actividades terroristas” e “inteligencia con el enemigo”, cargo que podría condenarlos a prisión perpetua.
La justicia calcula que, sobre el total de mil 700 franceses que partieron a combatir en Siria e Irak, quedan unos 500.