VALLE DE SANTIAGO, GTO.- Una de las leyendas más populares de Valle de Santiago, se le conoce como, la leyenda de “La Cruz de La Alberca” esta leyenda se cuenta desde que los vallenses son niños, y así comienza, a decir de Sergio Ruiz Aguilera, cronista Independiente.
Cuentan que hace muchos , muchos años, la gente del apacible pueblo del Valle de Santiago, empezó a escuchar sonidos fuertes y extraños al interior del cráter de la Alberca, que en aquellos años estaba todavía distante del pueblo, la gente decía que por las noches La Alberca “bramaba”, algunos aseguraban haber visto los hervores en la superficie y otros escuchar con una gran sonoridad la agitación del agua; pero algo aún más extraño pasaba, la gente empezó a notar que al tiempo que la Alberca bramaba, hacia el oriente, donde se encuentra el imponente cerro de “Culiacán”, se veían grandes resplandores, como relámpagos que alcanzaban a iluminar su enorme silueta en la oscuridad de la noche, era como si los dos se comunicaran con bramidos y resplandores, pues decían que había un venero subterráneo que los unía , por todo eso, la gente permanecía con temor e incertidumbre, pues temían que esos extraños sonidos fueran el preámbulo de una nueva erupción volcánica en “La Alberca” con las lógicas y funestas consecuencias para la población; La gente decía que La Alberca y el Cerro de Culiacán, estaban enamorados y que un extraño hechizo impedía su amor; la gente los avía bautizado como “ María Alberta la Alberca” y “José Julián Culiacán”; al hacerse más frecuente este fenómeno, la gente se alarmo aún más, recurriendo la feligresía Vallense con el cura del pueblo, donde le contaron el problema y la preocupación de la gente; el cura después de mucho meditar, les dijo que la única solución posible, era la de ayudar a unir en comunión a “María Alberta” y a “José Julián”; y para ello se debía construir una cruz dentro de la Alberca, y bendecir aquel símbolo, para así romper el hechizo y apaciguar el enojo de los enamorados; así se hizo, se mandó hacer una cruz de madera sentada sobre un pedestal, que tenía esculpido un corazón del inmaculado corazón de María, en cada uno de los puntos cardinales a manera de protección, toda la gente del pueblo asistió a la misa de bendición en el lugar, pidiendo con fervor que terminaran esas extrañas manifestaciones que mantenían al pueblo en vilo; a partir de ese día, la gente decía que los bramidos y resplandores empezaron a ceder poco a poco hasta desaparecer por completo, asumiendo que María Alberta la Alberca y José Julián Culiacán, habían roto el hechizo y que desde aquel momento en adelante nada se interpondría entre ellos, sellando aquella unión para siempre, al mismo tiempo que la “La Cruz de La Alberca” quedaría eternamente como guardián protector de estas dos colosales formaciones naturales y del pueblo del Valle de Santiago.
Así termina esta leyenda, una de las más populares y antiguas en nuestro municipio, que al ser leyenda, no sabemos qué elementos de mito o verdad pueda tener, pero de cualquier manera deja entrever lo enigmático que ha sido siempre este atractivo natural; lo único tangible, es La Cruz de La Alberca la cual se encuentra muy deteriorada, al igual que su pedestal, que quedó sepultado casi dos metros por el relleno de tierra y la mampostería, al realizarse los trabajos de modernización del cráter lago en 1973, ahora solo se alcanza a distinguir uno de los 4 corazones de la inmaculada Virgen María; era tradicional que cada 25 de Septiembre se rezara al pie de la cruz, como un refrendo a la memoria de este símbolo, donde se colocaba una ofrenda al frente de su travesaño de madera.
Todavía algunos recordamos como eran esos tradicionales paseos a La Alberca antes de su modernización, cuando todo era natural y al ir bajando al lago, te encontrabas esta cruz de madera que te obligaba a contemplarla unos instantes, pues este símbolo religioso entre tanta naturaleza, generaba un poco de misterio.
El municipio de Valle de Santiago cuenta con cientos de historias y leyendas, lo que lo hace un municipio rico en tradiciones y en magia que llena de orgullo a sus pobladores, por lo que esta leyenda es una de las muchas que esconde este bello Valle de Santiago.
