/ lunes 25 de marzo de 2024

Juan Romero, el último afilador de cuchillos de Valle de Santiago: Una historia de resiliencia y oficio tradicional

Todos los días recorre las colonias de la ciudad a bordo de su bicicleta, para poder realizar su trabajo y poder llevar dinero para los gastos del hogar.

Valle de Santiago, Gto.- Juan Romero Barajas es un hombre que desde hace más de 30 años ha mantenido un oficio que pocos aún practican, como es el de afilar cuchillos de casa en casa.

Todos los días recorre las diferentes calles y colonias del municipio, para poner en práctica su oficio y así poder llevar dinero a su casa, la cual se ubica en la comunidad de La Magdalena de Valle de Santiago.

En entrevista con El Sol de Salamanca, contó que aprendió este oficio cuando tenía 25 años en Ecatepec, en el Estado de México, donde viven sus familiares y algunos amigos que conoció durante los años que vivió en esa ciudad.

Comentó que tiene tres décadas afilando cuchillos, navajas, tijeras y otros artículos del hogar para poder obtener un ingreso económico y poder ayudar a su familia. Actualmente, Juan Romero es el único que realiza recorridos en su bicicleta que adaptó para poder realizar esta actividad, lo cual lo hace en diferentes zonas como las colonias 20 de Noviembre, Lindavista, Miravalle, la Zona Centro, la Fonhapo, al igual que en ocasiones acude a otras colonias, pero solamente durante el día.

Le gusta afiliar cuchillos, tijeras y navajas.

“Soy el único que realiza esta actividad por las principales calles de Valle de Santiago, no tengo miedo, ya que Dios me cuida. Además, me gusta conocer a muchas personas y además de realizar ejercicio en la bicicleta, puedo ganar dinero para poder ayudar en los gastos del hogar, ya que por afilar cada tijera o navaja solamente cobro 25 ò 30 pesos”, dijo el originario de la comunidad de La Magdalena.

Juan Romero Barajas adaptó su bicicleta para poder realizar su actividad, además tuvo que acudir con un herrero para que le ayudara a modificar su unidad y poder poner el aparato para poder lijar las navajas, cuchillos, tijeras y otros artículos del hogar.

Además, consideró que muchas personas no quieren dedicarse a este oficio, ya que en primer lugar tienen que enfrentarse a diferentes climas como lo son el frío, la lluvia y el calor. Otro problema que podría enfrentar es el acudir a las colonias que se ubican en la orilla de la ciudad y con alta incidencia delictiva; sin embargo, dijo que la mayoría de la gente en Valle de Santiago es buena y además sus clientes siempre lo han tratado muy bien y nunca lo han asaltado.

Realiza su trabajo con mucho cuidado

Al ser cuestionado cómo se cuida para no cortarse un dedo o la mano mientras realiza su trabajo, contestó que lo hace con mucho cuidado e incluso contestó las preguntas al momento que afilaba los cuchillos, las navajas e incluso las tijeras que le llevaron sus clientes en el interior del mercado municipal Miguel Hidalgo.

Trabaja de lunes a sábado y es variable el día que visita a los comerciantes y a los encargados de las fondas del mercado municipal Miguel Hidalgo, La Loma, La Francisco Villa e incluso la 20 de Noviembre, las que si tiene un día fijo son la Miravalle y la Lindavista, donde las personas que viven en esas áreas ya le tienen trabajo para apoyarlo, los días sábados.

Lo enseñaron sus sobrinos

Juan Romero comentó que este oficio lo aprendió de sus sobrinos Martín y Ramón Arredondo, quienes son originarios de Ecatepec, en el Estado de México.

“De joven me fui a vivir durante más de 20 años con mis familiares que viven en la colonia La Estrella, en Ecatepec, ahí hay mucho trabajo, ya que mis sobrinos me enseñaron este oficio de afilador, en esa ciudad sí hay mucha competencia, ya que hay muchas personas que se dedican a realizar esta bella actividad y luego me regresé a vivir con mi esposa y mi familia a La Magdalena, municipio de Valle de Santiago, pues me gusta mucho estar en esta ciudad y entonces decidí dedicarme a esto”.

Juan Romero Barajas agradeció el apoyo de las personas que durante más de 30 años le han dado los artículos del hogar para ponerles filo.

“Es un oficio que está a punto de extinguirse, ya que ninguna persona quiere dedicarse a lo que yo hago, ya que tenemos que trabajar seis días a la semana, de las nueve de la mañana a las tres de la tarde, realizar ejercicio en la bicicleta y enfrentarnos a climas extremos, como calor, frío o lluvia. Aunque todas las personas esperamos que llueva para que mejoren las ventas, ya que todos dependemos de los agricultores y de sus ingresos económicos”.

Dijo que cobra de 20 a 25 pesos por cuchillo o por navaja, pero ya cuando son tijeras más grandes para cortar el pasto o las plantas o los machetes les cobra 30 pesos por cada uno.

Sin embargo, dijo que ni su esposa Juana Cisneros ni sus cuatro hijos quisieron dedicarse a este oficio, ya que se dedican al hogar.

“Mis cuatro hijos ya se casaron los cuales se llaman Miguel, Estefanía, Arely y Alondra, mis tres hijas se dedican al hogar y mi hijo prefirió dedicarse a otra cosa para poder sacar adelante a su familia”.

Agradeció el apoyo de su familia, de sus amigos y de todos los clientes que a lo largo de estos 30 años le han permitido afiliar sus artículos domésticos, para que tanto él como su esposa Juana Cisneros, puedan tener qué comer en su casa al igual que para realizar los pagos de la energía eléctrica, la luz y de otros gastos que tienen en su vivienda.

Valle de Santiago, Gto.- Juan Romero Barajas es un hombre que desde hace más de 30 años ha mantenido un oficio que pocos aún practican, como es el de afilar cuchillos de casa en casa.

Todos los días recorre las diferentes calles y colonias del municipio, para poner en práctica su oficio y así poder llevar dinero a su casa, la cual se ubica en la comunidad de La Magdalena de Valle de Santiago.

En entrevista con El Sol de Salamanca, contó que aprendió este oficio cuando tenía 25 años en Ecatepec, en el Estado de México, donde viven sus familiares y algunos amigos que conoció durante los años que vivió en esa ciudad.

Comentó que tiene tres décadas afilando cuchillos, navajas, tijeras y otros artículos del hogar para poder obtener un ingreso económico y poder ayudar a su familia. Actualmente, Juan Romero es el único que realiza recorridos en su bicicleta que adaptó para poder realizar esta actividad, lo cual lo hace en diferentes zonas como las colonias 20 de Noviembre, Lindavista, Miravalle, la Zona Centro, la Fonhapo, al igual que en ocasiones acude a otras colonias, pero solamente durante el día.

Le gusta afiliar cuchillos, tijeras y navajas.

“Soy el único que realiza esta actividad por las principales calles de Valle de Santiago, no tengo miedo, ya que Dios me cuida. Además, me gusta conocer a muchas personas y además de realizar ejercicio en la bicicleta, puedo ganar dinero para poder ayudar en los gastos del hogar, ya que por afilar cada tijera o navaja solamente cobro 25 ò 30 pesos”, dijo el originario de la comunidad de La Magdalena.

Juan Romero Barajas adaptó su bicicleta para poder realizar su actividad, además tuvo que acudir con un herrero para que le ayudara a modificar su unidad y poder poner el aparato para poder lijar las navajas, cuchillos, tijeras y otros artículos del hogar.

Además, consideró que muchas personas no quieren dedicarse a este oficio, ya que en primer lugar tienen que enfrentarse a diferentes climas como lo son el frío, la lluvia y el calor. Otro problema que podría enfrentar es el acudir a las colonias que se ubican en la orilla de la ciudad y con alta incidencia delictiva; sin embargo, dijo que la mayoría de la gente en Valle de Santiago es buena y además sus clientes siempre lo han tratado muy bien y nunca lo han asaltado.

Realiza su trabajo con mucho cuidado

Al ser cuestionado cómo se cuida para no cortarse un dedo o la mano mientras realiza su trabajo, contestó que lo hace con mucho cuidado e incluso contestó las preguntas al momento que afilaba los cuchillos, las navajas e incluso las tijeras que le llevaron sus clientes en el interior del mercado municipal Miguel Hidalgo.

Trabaja de lunes a sábado y es variable el día que visita a los comerciantes y a los encargados de las fondas del mercado municipal Miguel Hidalgo, La Loma, La Francisco Villa e incluso la 20 de Noviembre, las que si tiene un día fijo son la Miravalle y la Lindavista, donde las personas que viven en esas áreas ya le tienen trabajo para apoyarlo, los días sábados.

Lo enseñaron sus sobrinos

Juan Romero comentó que este oficio lo aprendió de sus sobrinos Martín y Ramón Arredondo, quienes son originarios de Ecatepec, en el Estado de México.

“De joven me fui a vivir durante más de 20 años con mis familiares que viven en la colonia La Estrella, en Ecatepec, ahí hay mucho trabajo, ya que mis sobrinos me enseñaron este oficio de afilador, en esa ciudad sí hay mucha competencia, ya que hay muchas personas que se dedican a realizar esta bella actividad y luego me regresé a vivir con mi esposa y mi familia a La Magdalena, municipio de Valle de Santiago, pues me gusta mucho estar en esta ciudad y entonces decidí dedicarme a esto”.

Juan Romero Barajas agradeció el apoyo de las personas que durante más de 30 años le han dado los artículos del hogar para ponerles filo.

“Es un oficio que está a punto de extinguirse, ya que ninguna persona quiere dedicarse a lo que yo hago, ya que tenemos que trabajar seis días a la semana, de las nueve de la mañana a las tres de la tarde, realizar ejercicio en la bicicleta y enfrentarnos a climas extremos, como calor, frío o lluvia. Aunque todas las personas esperamos que llueva para que mejoren las ventas, ya que todos dependemos de los agricultores y de sus ingresos económicos”.

Dijo que cobra de 20 a 25 pesos por cuchillo o por navaja, pero ya cuando son tijeras más grandes para cortar el pasto o las plantas o los machetes les cobra 30 pesos por cada uno.

Sin embargo, dijo que ni su esposa Juana Cisneros ni sus cuatro hijos quisieron dedicarse a este oficio, ya que se dedican al hogar.

“Mis cuatro hijos ya se casaron los cuales se llaman Miguel, Estefanía, Arely y Alondra, mis tres hijas se dedican al hogar y mi hijo prefirió dedicarse a otra cosa para poder sacar adelante a su familia”.

Agradeció el apoyo de su familia, de sus amigos y de todos los clientes que a lo largo de estos 30 años le han permitido afiliar sus artículos domésticos, para que tanto él como su esposa Juana Cisneros, puedan tener qué comer en su casa al igual que para realizar los pagos de la energía eléctrica, la luz y de otros gastos que tienen en su vivienda.

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