Desde el siglo XVII se tiene como tradición el realizar durante la semana santa el realizar la procesión del silencio. Tras la epidemia por Covid-19, se retoma por segundo año la cual reúne una gran cantidad de fieles religiosos.
Desde el siglo XVII en el municipio de Salamanca, se tiene la tradición de llevar a cabo la Procesión del Silencio, la cual ha reunido a una gran cantidad de religiosos quienes fieles a sus tradiciones acuden a contemplar esta actividad religiosa.
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La Procesión del Silencio fue retomada en el año de 1966 por el Fray Camilo Montes, la cual fue interrumpida por la llegada de la pandemia de Covid-19, misma que se presentó de manera pública apenas en el año pasado.
Esta tradición Consta de distintas cofradías y grupos católicos, mismos que se encargan de las distintas representaciones de la Pasión y la Procesión del Silencio, tales como; “El Ecce Uomo”, “El Señor de la Columna”, “El Señor del Perdón”, “El Santo Entierro” y “La Virgen de la Soledad”.
El envolvente sonido de los Tambores es una señal del inicio de esta procesión del silencio, en donde se da inicio a la ejecución de cristo quien pide a su padre el perdón de sus ejecutores postrado desde la cruz, acto seguido agoniza y muere, en donde su cabeza reposa sobre su hombro derecho.
Posteriormente continúa con el santo sepulcro seguida de María, madre de Jesús, evocada en la virgen de la soledad.
Como se mencionó anteriormente, esta es una de las tantas tradiciones de semana santa, que por lo menos el año pasado logró reunir a más de mil 500 fieles quienes a lo largo de algunas calles de la ciudad, se reunieron para ver el paso de las diversas cofradías y grupos católicos.
El inicio de la Procesión del Silencio sale del templo de San Agustín, para posteriormente incorporarse sobre la calle Revolución hasta llegar a la calle Álvaro Obregón para incorporarse a la calle Juárez, para posteriormente tomar la calle Tomasa Esteves hasta la calle Morelos. Su ruta se volverá a incorporar sobre la calle Álvaro Obregón hasta llegar a la calle San Antonio e incorporarse sobre la calle Ignacio Zaragoza y volver a ingresar de nuevo al santuario de San Agustín.