La devoción a San Martín Caballero, patrono de los comerciantes, ha llevado a Mary y Martín a venerarlo por más de 25 años, hoy no sólo aprovecharon para agradecer por los milagros recibidos sino para renovar sus votos matrimoniales y con ello dar muestra de fe.
Cada 11 de noviembre la algarabía se vive en la calle Febrero, donde decenas de personas se reúnen para festejar a este santo, quien fue un ex militar romano que se convirtió en obispo y que quedó inmortalizado por un gesto de caridad con el prójimo.
Mary relató ser una fiel devota de San Martín Caballero. Su fervor comenzó hace 27 años luego de que este beato salvara la vida de ella y de su hijo. A partir de esta fecha se ha encargado de celebrarlo y compartir su testimonio de fe entre las personas.
“Tengo 27 años haciendo la fiesta en honor a San Martín. Yo estaba embarazada y mi bebé y yo estábamos en riesgo, le pedí que me ayudara, me encomendé y mi hijo nació el 11 de noviembre, día en el que lo celebramos. De ahí prometí año con año hacerle la fiesta”, dijo.
Sin embargo este año no sólo celebraron a San Martín Caballero, también fue la fecha indicada para renovar su compromiso matrimonial luego de 25 años de matrimonio y de una gran cantidad de milagros recibidos.
San Martín fue hijo de padres paganos, su padre fue militar y él siguiendo la tradición, ingresó a los 15 años a la guardia imperial romana. Mientras integraba el ejército se convirtió al cristianismo. Fue así que en el año 337, cuando se encontraba al norte de Francia, vio a un mendigo recostado junto a la puerta de la ciudad.
Martín, al verlo en esas condiciones, dividió su capa en dos, una mitad la conservó por respeto a quien se la dio y con la otra cubrió el cuerpo helado del mendigo para que se cobijara.