/ domingo 17 de junio de 2018

Desaparecen vestigios de diversas razas

Salamanca, Gto; La desaparición de vestigios de presencia de razas como la Otomí, Chichimeca, Tarascos, Mexicas, Purépechas, entre otros cada vez es mayor. La Población en el municipio de Salamanca se da cuenta de ello y no ha podido hacer nada por evitarlo. La creencia que encontrarían dinero o metales alentó a muchos a destruir parte de ruinas que muestran el pasado.

Hilario Pescador Razo, habitante de la comunidad de Cerro Gordo expone en este reportaje, parte de la historia y los datos que ha recabado desde los tiempos Precolombinos y reseña cómo y quienes eran los habitantes de los diversos grupos que arribaron a la región, células que a la postre dieron origen al pueblo salmantino.

Señala que aquí convergieron las razas Otomí, Chichimeca, Tarascos, Mexicas, de acuerdo a los 103 vestigios arqueológicos que aún prevalecen diseminados en el municipio, principalmente en Cerro Gordo, San Rafael de Uruétaro y Los Edificios. Se alcanzaron a documentar 113, diez de los cuales ya no existen.

La zona arqueológica de Cerro Gordo, está interconectada con la de “Los Edificios”, el que se localiza hacia el norte de la comunidad de Los Cenizos, y es casi seguro que ambos sitios prehispánicos, tuvieron el mismo origen, pues en este último se distinguen, un juego de pelota, un observatorio astronómico, una calzada de los muertos y varias pirámides y no es de dudarse, que las pinturas rupestres de la comunidad de Los Hernández, sean parte de los grupos que habitaron esta zona.

Indica que todavía en el año 2001, desde “Los Edificios”, se podían ver una serie de montículos que iban hasta Cerro Gordo, hoy en día, ya no existen la mayoría de ellos, pues la gente los ha destruido usando para ello maquinaria, bajo la idea de que ahí hay dinero, lo que no ha ido tal, solo se han encontrado vasijas y piezas de barro semejando diversas figuras.

Pero no son los únicos sitios arqueológicos que existen en el cerro: en lo que se conoce como “La Cañadita”, al fondo de ésta existe otra pirámide, que se encuentra cubierta por una gran cantidad de piedras y donde se dice que hay un “volcancito”.

Y yendo de sur a norte, hasta antes de llegar a la pirámide del Sol, hay varios montículos de gran relevancia. No muy lejos de la Santa Cruz, al sureste de ésta, entre los 30 y 40 metros a distancia, se encuentra esculpida sobre el sistema rocoso, una gran pirámide que se observa desde Valtierrilla, la que es conocida por los vecinos como “El rodadero” y cerca del banco de material de tepetate, aún quedan las bases de las pirámides conocidas como “El tabaquero” y “Las mesas”, ésta última debió ser un juego de pelota, sitios que fueron destruidos y saqueados en los años cincuentas del siglo XX, y cuyo propietario provenía de San Migue de Allende. La razón de su destrucción: requerían de piedra para construir las paredes del canal alto, entre San Rafael Cerro Gordo y Cerro Gordo. De lo anterior fue aprobado por la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos.

Cerro Gordo

El pasado prehispánico de lo que hoy es Cerro Gordo, se observa en la pirámide que se localiza en las faldas de su cerro, la que es conocida por sus moradores como el “Cuisillo Grande” y en la que parecen apreciarse dos horizontes culturales, pues en realidad son dos pirámides y una de ellas representa el Clásico y la otra el Posclásico, éste último se nota por la existencia de una Yácata, ubicada en la parte sur del conjunto piramidal y que nos recuerda la influencia purépecha en esta región.

El cerro, según versión de don Irineo Guía, vecino de San Rafael Cerro Gordo, vísto desde el libramiento carretero a Irapuato, a la altura de la central camionera de la ciudad de Salamanca, parece ser que tiene forma de mujer preñada: su cabeza la representa lo que la gente conoce como “ la cañadita”, sus senos son las dos pirámides, su ombligo es una pirámide que tiene forma circular y que los vecinos de la zona conocen como el “Cuisillo Extendido” y la parte superior del cerro (donde se encuentra una cruz misionera) es su vientre, y hacia el oriente se desprende una de sus piernas. Don Irineo Guía no estaba del todo equivocado, pues un arqueólogo español de nombre Yoseva, opinaba lo mismo y decía que había que buscar la palabra Cerro Gordo en vocablo purépecha y aseguraba que eso podría significar “mujer preñada”.

Salamanca, Gto; La desaparición de vestigios de presencia de razas como la Otomí, Chichimeca, Tarascos, Mexicas, Purépechas, entre otros cada vez es mayor. La Población en el municipio de Salamanca se da cuenta de ello y no ha podido hacer nada por evitarlo. La creencia que encontrarían dinero o metales alentó a muchos a destruir parte de ruinas que muestran el pasado.

Hilario Pescador Razo, habitante de la comunidad de Cerro Gordo expone en este reportaje, parte de la historia y los datos que ha recabado desde los tiempos Precolombinos y reseña cómo y quienes eran los habitantes de los diversos grupos que arribaron a la región, células que a la postre dieron origen al pueblo salmantino.

Señala que aquí convergieron las razas Otomí, Chichimeca, Tarascos, Mexicas, de acuerdo a los 103 vestigios arqueológicos que aún prevalecen diseminados en el municipio, principalmente en Cerro Gordo, San Rafael de Uruétaro y Los Edificios. Se alcanzaron a documentar 113, diez de los cuales ya no existen.

La zona arqueológica de Cerro Gordo, está interconectada con la de “Los Edificios”, el que se localiza hacia el norte de la comunidad de Los Cenizos, y es casi seguro que ambos sitios prehispánicos, tuvieron el mismo origen, pues en este último se distinguen, un juego de pelota, un observatorio astronómico, una calzada de los muertos y varias pirámides y no es de dudarse, que las pinturas rupestres de la comunidad de Los Hernández, sean parte de los grupos que habitaron esta zona.

Indica que todavía en el año 2001, desde “Los Edificios”, se podían ver una serie de montículos que iban hasta Cerro Gordo, hoy en día, ya no existen la mayoría de ellos, pues la gente los ha destruido usando para ello maquinaria, bajo la idea de que ahí hay dinero, lo que no ha ido tal, solo se han encontrado vasijas y piezas de barro semejando diversas figuras.

Pero no son los únicos sitios arqueológicos que existen en el cerro: en lo que se conoce como “La Cañadita”, al fondo de ésta existe otra pirámide, que se encuentra cubierta por una gran cantidad de piedras y donde se dice que hay un “volcancito”.

Y yendo de sur a norte, hasta antes de llegar a la pirámide del Sol, hay varios montículos de gran relevancia. No muy lejos de la Santa Cruz, al sureste de ésta, entre los 30 y 40 metros a distancia, se encuentra esculpida sobre el sistema rocoso, una gran pirámide que se observa desde Valtierrilla, la que es conocida por los vecinos como “El rodadero” y cerca del banco de material de tepetate, aún quedan las bases de las pirámides conocidas como “El tabaquero” y “Las mesas”, ésta última debió ser un juego de pelota, sitios que fueron destruidos y saqueados en los años cincuentas del siglo XX, y cuyo propietario provenía de San Migue de Allende. La razón de su destrucción: requerían de piedra para construir las paredes del canal alto, entre San Rafael Cerro Gordo y Cerro Gordo. De lo anterior fue aprobado por la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos.

Cerro Gordo

El pasado prehispánico de lo que hoy es Cerro Gordo, se observa en la pirámide que se localiza en las faldas de su cerro, la que es conocida por sus moradores como el “Cuisillo Grande” y en la que parecen apreciarse dos horizontes culturales, pues en realidad son dos pirámides y una de ellas representa el Clásico y la otra el Posclásico, éste último se nota por la existencia de una Yácata, ubicada en la parte sur del conjunto piramidal y que nos recuerda la influencia purépecha en esta región.

El cerro, según versión de don Irineo Guía, vecino de San Rafael Cerro Gordo, vísto desde el libramiento carretero a Irapuato, a la altura de la central camionera de la ciudad de Salamanca, parece ser que tiene forma de mujer preñada: su cabeza la representa lo que la gente conoce como “ la cañadita”, sus senos son las dos pirámides, su ombligo es una pirámide que tiene forma circular y que los vecinos de la zona conocen como el “Cuisillo Extendido” y la parte superior del cerro (donde se encuentra una cruz misionera) es su vientre, y hacia el oriente se desprende una de sus piernas. Don Irineo Guía no estaba del todo equivocado, pues un arqueólogo español de nombre Yoseva, opinaba lo mismo y decía que había que buscar la palabra Cerro Gordo en vocablo purépecha y aseguraba que eso podría significar “mujer preñada”.

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