/ lunes 29 de agosto de 2022

Búsquedas de desaparecidos, reto cada vez más grande

Los cuerpos son enterrados a más profundidad y a veces hasta placas de concreto les colocan, revelan buscadoras

Las condiciones en las que se han realizado algunos hallazgos de restos humanos preocupan a las buscadoras, pues cada vez es más difícil localizarlos; la única esperanza que tienen es la denuncia ciudadana anónima que las ha llevado a diferentes puntos donde han tenido resultados positivos.

A lo largo de los últimos años, han sido integrantes de los colectivos de búsqueda, ahora brigadas independientes, quienes han realizado los hallazgos más grandes de lo que se conoce entre la población como “cementerios clandestinos”, todas con la promesa de llevar a casa a los miles de guanajuatenses que han sido víctima de desaparición.

Pero las buscadoras se han enfrentado en el camino a un sinnúmero de situaciones que las ponen en riesgo en distintos contextos, que van desde la enfermedad, lesiones, extorsiones o incluso ser blanco de amenazas o hasta asesinato.

Los colectivos de búsqueda han destacado en el estado por su organización y lucha por sus derechos y los de sus familiares; están conformados en su mayoría por mujeres que buscan a los suyos, que no cuentan con tecnología avanzada o estudios avanzados en investigación, pero les ha bastado la convicción de cumplir esa promesa: “buscar hasta encontrarles a todos”.

En un principio, las buscadoras salían con guantes, palas y varillas a recorrer predios y cerros en busca de fosas, pero conforme ha pasado el tiempo se han dado cuenta que cada vez las formas que utilizan los perpetradores de homicidios para esconder los cuerpos son más complejas.

Bibiana Mendoza, representante del colectivo Hasta Encontrarte y Una Luz en mi Camino, señaló que de entre los hallazgos que la brigada de búsqueda independiente ha realizado las condiciones de estos las han llevado a replantearse la visión de cómo seguir localizando los cuerpos que los homicidas se esfuerzan en dejar ilocalizables.

“Hemos visto un nivel de atrocidad, las formas en las que localizamos los restos nos preocupan, no descartamos que muchas de las jóvenes hayan sido víctimas de desaparición para trata, otros hasta para tráfico de órganos, ahora lo que nos mueve es que han hecho lo posible por evitar que les localicemos, nosotras no queremos problemas, no queremos buscar culpables, solo queremos regresarlos a casa”.

En hallazgos recientes principalmente realizados en la zona Laja - Bajío, las buscadoras se han encontrado con cuerpos escondidos en ductos de riego a profundidades de aproximadamente 100 metros de profundidad, o fosas a las que les han puesto placas de concreto encima para evitar que sean localizados.

“Hemos movido piedras, escarbado a grandes profundidades y ahora hasta nos hemos enfrentado a situaciones como remover placas de concreto o encontrar restos disueltos en ácido”, expresó.

Sin cifra negra, víctimas se triplicarían



Las mujeres buscadoras han realizado labores de campo y reuniones con las autoridades y han logrado hacer más digno el proceso para quienes sufren por la desaparición de un familiar, sin embargo aún es un camino largo por recorrer, ya que diariamente en el país aumentan las cifras de personas desaparecidas.

Aunque las cifras oficiales de personas desaparecidas indican que son poco más de tres mil víctimas, representantes de colectivos estiman que existe también una cifra negra alarmante que de darse a conocer podría triplicar la cantidad de víctimas.

Y es que diariamente, los colectivos de búsqueda reciben reportes por personas desaparecidas, muchas de esas familias no han querido interponer denuncias por desconfianza y hasta temor a la misma autoridad, aunque las activistas y buscadoras han hecho por hacer más transparente y eficiente el trabajo en coordinación con autoridades, aún se siguen presentando negligencias con familiares de personas desaparecidas.

“A nosotros han acudido personas a las que no se les quiere tomar la denuncia por desaparición de un familiar, hay otros que han ido a poner la denuncia y es la misma autoridad quien les infunde miedo, entonces deciden alejarse de las dependencias”.

Ser buscadora en el estado es una actividad de riesgo, pues si bien las madres siempre han expresado no buscar culpables, ha habido casos de madres que han sido privadas de la vida en la búsqueda de sus hijos.

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“En cuanto a asesinatos de personas que buscaban a sus familiares tenemos conocimiento de dos casos en León, uno en Pénjamo y uno en Salvatierra, unos se hacen públicos, otros nos hemos conocido de manera interna, es muy difícil tener el acceso a esa información al menos por parte de las autoridades.

Todo esto sumado a la violencia que vemos a diario en las calles o en redes sociales hacen que las personas no tengan confianza en ninguna autoridad, no se sienten abrigadas en la búsqueda de verdad y justicia”.

Todos los casos de asesinatos de los que buscadoras tienen registro cuentan con un factor común, en todos los casos hubo denuncias previas de que corrían riesgos y no les fue brindado un correcto protocolo para prevenir la tragedia.

Actualmente las buscadoras cuentan con seguimiento un tanto más transparente con las autoridades, pero es una lucha diaria que empieza por la búsqueda de prevención en el delito de desaparición que ha aumentado tanto no solo en el estado sino en todo el país.

Las condiciones en las que se han realizado algunos hallazgos de restos humanos preocupan a las buscadoras, pues cada vez es más difícil localizarlos; la única esperanza que tienen es la denuncia ciudadana anónima que las ha llevado a diferentes puntos donde han tenido resultados positivos.

A lo largo de los últimos años, han sido integrantes de los colectivos de búsqueda, ahora brigadas independientes, quienes han realizado los hallazgos más grandes de lo que se conoce entre la población como “cementerios clandestinos”, todas con la promesa de llevar a casa a los miles de guanajuatenses que han sido víctima de desaparición.

Pero las buscadoras se han enfrentado en el camino a un sinnúmero de situaciones que las ponen en riesgo en distintos contextos, que van desde la enfermedad, lesiones, extorsiones o incluso ser blanco de amenazas o hasta asesinato.

Los colectivos de búsqueda han destacado en el estado por su organización y lucha por sus derechos y los de sus familiares; están conformados en su mayoría por mujeres que buscan a los suyos, que no cuentan con tecnología avanzada o estudios avanzados en investigación, pero les ha bastado la convicción de cumplir esa promesa: “buscar hasta encontrarles a todos”.

En un principio, las buscadoras salían con guantes, palas y varillas a recorrer predios y cerros en busca de fosas, pero conforme ha pasado el tiempo se han dado cuenta que cada vez las formas que utilizan los perpetradores de homicidios para esconder los cuerpos son más complejas.

Bibiana Mendoza, representante del colectivo Hasta Encontrarte y Una Luz en mi Camino, señaló que de entre los hallazgos que la brigada de búsqueda independiente ha realizado las condiciones de estos las han llevado a replantearse la visión de cómo seguir localizando los cuerpos que los homicidas se esfuerzan en dejar ilocalizables.

“Hemos visto un nivel de atrocidad, las formas en las que localizamos los restos nos preocupan, no descartamos que muchas de las jóvenes hayan sido víctimas de desaparición para trata, otros hasta para tráfico de órganos, ahora lo que nos mueve es que han hecho lo posible por evitar que les localicemos, nosotras no queremos problemas, no queremos buscar culpables, solo queremos regresarlos a casa”.

En hallazgos recientes principalmente realizados en la zona Laja - Bajío, las buscadoras se han encontrado con cuerpos escondidos en ductos de riego a profundidades de aproximadamente 100 metros de profundidad, o fosas a las que les han puesto placas de concreto encima para evitar que sean localizados.

“Hemos movido piedras, escarbado a grandes profundidades y ahora hasta nos hemos enfrentado a situaciones como remover placas de concreto o encontrar restos disueltos en ácido”, expresó.

Sin cifra negra, víctimas se triplicarían



Las mujeres buscadoras han realizado labores de campo y reuniones con las autoridades y han logrado hacer más digno el proceso para quienes sufren por la desaparición de un familiar, sin embargo aún es un camino largo por recorrer, ya que diariamente en el país aumentan las cifras de personas desaparecidas.

Aunque las cifras oficiales de personas desaparecidas indican que son poco más de tres mil víctimas, representantes de colectivos estiman que existe también una cifra negra alarmante que de darse a conocer podría triplicar la cantidad de víctimas.

Y es que diariamente, los colectivos de búsqueda reciben reportes por personas desaparecidas, muchas de esas familias no han querido interponer denuncias por desconfianza y hasta temor a la misma autoridad, aunque las activistas y buscadoras han hecho por hacer más transparente y eficiente el trabajo en coordinación con autoridades, aún se siguen presentando negligencias con familiares de personas desaparecidas.

“A nosotros han acudido personas a las que no se les quiere tomar la denuncia por desaparición de un familiar, hay otros que han ido a poner la denuncia y es la misma autoridad quien les infunde miedo, entonces deciden alejarse de las dependencias”.

Ser buscadora en el estado es una actividad de riesgo, pues si bien las madres siempre han expresado no buscar culpables, ha habido casos de madres que han sido privadas de la vida en la búsqueda de sus hijos.

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“En cuanto a asesinatos de personas que buscaban a sus familiares tenemos conocimiento de dos casos en León, uno en Pénjamo y uno en Salvatierra, unos se hacen públicos, otros nos hemos conocido de manera interna, es muy difícil tener el acceso a esa información al menos por parte de las autoridades.

Todo esto sumado a la violencia que vemos a diario en las calles o en redes sociales hacen que las personas no tengan confianza en ninguna autoridad, no se sienten abrigadas en la búsqueda de verdad y justicia”.

Todos los casos de asesinatos de los que buscadoras tienen registro cuentan con un factor común, en todos los casos hubo denuncias previas de que corrían riesgos y no les fue brindado un correcto protocolo para prevenir la tragedia.

Actualmente las buscadoras cuentan con seguimiento un tanto más transparente con las autoridades, pero es una lucha diaria que empieza por la búsqueda de prevención en el delito de desaparición que ha aumentado tanto no solo en el estado sino en todo el país.

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