José Venustiano Hernández Santos, es originario del Estado de México y desde niño adoptó el oficio de alfarero, desde hace 30 años llegó a Salamanca y se ha dedicado ofertar los productos que elabora en fiestas patronales, recorre comunidades rurales y colonias populares, también trabaja en ferias de municipios aledaños y otros estados de la república.
“Soy alfarero y me dedico hacer las cazuelas de barro, tanto piezas chiquitas como grandes, para el mole o el arroz, pero eso lo hago en el Estado de México y lo traigo, lo transporto para venir a venderlo en todo el estado de Guanajuato”…
José Venustiano, se siente orgulloso de su linaje de alfarero, lo anteceden varias generaciones que se han dedicado a este oficio, él formó un hogar con su esposa y 5 hijos, 2 mujeres y 3 hombres que lo apoyan y dan continuidad a esta tradición familiar.
“De los abuelo y tatarabuelos viene esta tradición de la alfarería, aunque en realidad hoy en día la gente se va mejor por el peltre o las vajillas, aunque hay gente joven que recuerda que sus abuelos utilizaban ollas y cazuelas de barro y por recuerdo o nostalgia las compran”…
El trabajo para hacer una cazuela de barro, empieza desde el momento de excavar y sacar la tierra, ya en el taller a tienen que extender molerla, cernirla, remojarla, amasarla, se deja reposar la tierra durante 12 horas, para posteriormente empezar a moldear las piezas, pulirlas, meterlas al horno para después darles el acabado final.
Los estados de Michoacán, Querétaro y Guanajuato son los mejores mercados para las ollas, las cazuelas y todas las piezas de alfarería.
El anhelo de José Venustiano, es conseguir apoyo para instalar su taller en Salamanca, esta tierra que lo recibió con los brazos abiertos hace 2 décadas y en donde quiere transmitir a la gente y a las nuevas generaciones la forma de trabajar la alfarería.