De luto se encuentra la familia volibolista del estado de Guanajuato por el deceso del joven Azael Hernández Isaías, quien fue diagnosticado con la enfermedad de Leucemia Mieloide Crónica por el Covid-19, finalmente complicaciones presentadas en su salud le hicieron perder la batalla en poco tiempo.
Azael Hernández Isaías llegó al municipio de Salamanca por motivos de estudio y sus facultades para jugar el volibol le hicieron formar parte del selectivo de su facultad en la División de Ingenierías (DICIS) Campus Irapuato-Salamanca de la Universidad de Guanajuato (UG), además de practicar esta disciplina deportiva en la Liga Infantil y Juvenil de Salamanca, así como en la Liga Municipal de Volibol de Salamanca.
Como jugador amateur de volibol siempre alineó en la posición de elevador con el número dos en su playera, teniendo como principal característica su facilidad como armador de juego y de jugadas.
Durante su tiempo de estudiante en el DICIS, regularmente representó a su facultad e incluso formó parte del selectivo Abejas de la UG; participó en torneos regionales, estatales y nacionales, quedando al menos en una ocasión campeón.
Paralelamente comenzó a participar en la Liga Infantil y juvenil de Salamanca con el equipo DICIS y posteriormente formó parte del equipo Pioneros, además de jugar en la Liga Municipal de Voleibol de Salamanca. En ambas quedó campeón.
Durante el tiempo que padeció ambas enfermedades, él mantuvo informado a sus amigos y familiares sobre su estado de salud a través de su cuenta personal de Facebook.
En su último video dio a conocer que había avance y explica el tipo de leucemia que padecía e incluso menciona que gracias al Covid-19 se le detectó el cáncer en etapa inicial, al solo tener un 4% de células cancerígenas, requiriendo de transfusiones de sangre y plaquetas.
Sin embargo, en un mes sus niveles de células cancerígenas se elevaron del 4% al 10%, de ahí por lo cual inicio una nueva etapa de tratamiento, quimeoterapias inyectadas.
En el video manifestó encontrarse por momentos agotado por las quimioterapias, además de agradecer a la gente por sus donaciones de sangre, “ahorita me encuentro súper bien”; se despide diciendo “vamos equipo, mil gracias”.
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A la petición de apoyo realizada por él para donar sangre, respondió un gran número de voleibolistas, así como excompañeros de la Universidad de Guanajuato y compañeros de trabajo.
La gran familia voliboista le recuerda como un gran guerrero que nunca le dio vuelta a su enfermedad, al contrario la abrazó, la aceptó con disciplina y la esperanza de sanarse; ha dejado un gran ejemplo de lucha por la vida y pasión por el volibol.
