El domingo, previo al Miércoles de Ceniza, se realizaba el tradicional Carnaval de los Milagros, uno de los más antiguos de Salamanca, celebración que este año quedó truncada por la Covid -19.
Esta capilla fue fundada en el siglo XVII para albergar al Cristo Negro del Señor de los Milagros, que es una réplica tallada en madera del Cristo del Señor del Hospital. Esta costumbre de realizar el carnaval un domingo, previo al Miércoles de Ceniza, fue adoptada por los habitantes de la entonces comunidad Otomí del pueblo de San Pedro Apóstol.
El cronista de la ciudad, Juan José Rodríguez Chávez, relató que anteriormente los barrios tenía una sola capilla y los pueblos, que eran de mayor extensión, tenían el privilegio de contar con dos edificaciones religiosas, por lo tanto este pueblo pudo tener la hoy parroquia de San Pedro Apóstol y la capilla del Señor de los Milagros.
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Con el paso de los años, esta celebración fue adquiriendo diferentes costumbres, una de ellas son las danzas autóctonas las cuales se hicieron para agradecer por lo bienes recibidos. Los cuernos y figuras de papel de china son otros de los objetos tradicionales que se vendían durante esta festividad y que, desafortunadamente, se han ido perdiendo.
Rodríguez Chávez informó que de 1927 a 1929, por órdenes del entonces presidente Plutarco Elías Calles, se ordenó cerrar los templos y suprimir los cultos religiosos, por lo que el Carnaval de los Milagros fue cancelado durante este tiempo. Lo mismo sucedió durante la epidemia de tifo y gripe española donde el atrio de la capilla se convirtió en una fosa que albergó a los fallecidos por estas enfermedades.