Salmantinos sellan su amor a través de ritual Europeo

Como cada año y como en cada rincón del mundo, los enamorados salen a celebrar el día de San Valentín en el que muchos además de entregar algún presente como chocolates, peluches, flores, cenas o detalles amorosos llevan a cabo rituales que significan la unión eterna de sus almas.

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Uno de los rituales preferidos por los jóvenes salmantinos se basa en el acto realizado por los protagonistas de la novela romántica “Tengo Ganas de Ti”, del escritor Italiano Federico Moccia, en cuya narrativa los protagonistas hacen el gesto en el Ponte Milvio de Roma y al arrojar la llave del candado quieren decir que el amor entre ambos será eterno.

Así mismo, este ritual se ha visto plasmado en diversos films románticos y adaptaciones al séptimo arte como en la película española del mismo nombre, la cual además de ser del agrado de los jóvenes han emulado el ritual para jurarse amor y unión eterna.

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Es así como en los puentes gemelos edificados sobre el cauce del Río Lerma, guardan las promesas de decenas de salmantinos que han cerrado los candados que simboliza que se quedarán al lado de su alma gemela por siempre.Historias como la de Luis y José María quienes desde hace quienes hace más de 18 meses cerraron su candado del amor luego de que se prometieron estar juntos toda la eternidad; “tenemos un año y siete meses, yo lo tenía planeado, desde antes que fuera mi novia, salimos como amigos un mes y un día la invité al jardín y cuando la llevaba a su casa le dije que fuera mi novia en el puente y como a ella le gustaba la película ya traía mi candado preparado”, refirió Luis.

A pesar de ser una tendencia un poco antigua en el viejo continente, al menos en Salamanca es reciente que las parejas han adoptado este ritual para estar siempre juntas y que nada los pueda separar; “es un detalle muy lindo la verdad, muchas mujeres ya no se quieren ver en ese papel de la niña cursi, pero no hay mujer que se resista a los detalles y más a estos que son muy simbólicos y lindos”, consideró José María.