Agustín Rodríguez García, encargado de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Valtierrilla, señaló la importancia de contar con delegados en las comunidades, pues, se trata de personas que fungen como representantes de la zona y dan a conocer las necesidades de la población, aunque, reconoció que en el caso de la capital mundial del nopal, se trata de un cargo que nadie quiere tomar debido a la inseguridad.

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En ese sentido, Rodríguez García, dijo que, desde su llegada a la comunidad de Valtierrilla, se encontró con un escenario crudo y sangriento y recordó que, fue esta misma situación la que incentivó el temor entre los habitante, quienes decidieron no participar en un proceso de elección de delegado por miedo a perder la vida, sin embargo, las circunstancias comenzaron a cambiar y aunque, los hechos de inseguridad se siguen presentando, los índices de homicidio son cada vez menores en comparación de hace dos años.

A pesar de ello, manifestó la importancia de contar con un delegado o representante, que pueda llevar de manera más directa las necesidades de la población a las autoridades y solicitar apoyos sociales y enlazar proyectos en beneficio de la comunidad.

“Hace falta el delegado, no podemos vivir en la anarquía sin una autoridad, ya que, representa mucho de un lugar. Sabemos que Valtierrilla ha pasado por escenarios muy crueles, pues, recuerden que el último delegado fue asesinado, por eso, se ha convertido en un cargo que nadie quiere tomar, posteriormente, se quedó un subdelegado, él ni siquiera resistió la fuerza de la situación que se está viviendo y ahorita a la comunidad, la está atendiendo un coordinador de delegados, en donde, le ha dicho al presidente lo que le hace falta en Valtierrilla, basado en las necesidades que le preguntan a la gente o a un servidor”, explicó.

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Además, manifestó que en coordinación con el gobierno municipal, asociaciones civiles e iglesia, han comenzado a trabajar en proyectos en pro de la comunidad de Valtierrilla cómo el estrado al aire libre, así como, la fundación de un ballet folclórico con jóvenes de la zona para reconstruir el tejido social.