/ martes 22 de marzo de 2022

Lalo Zapata supera obstáculos y secuelas de explosión en el Barra 1604

A 175 días del atentado, Eduardo menciona no recordar con exactitud cómo pasaron las cosas

A pesar de las secuelas físicas y emocionales provocadas por el ataque al restaurante Barra 1604, los sueños y metas de un músico salmantino con 20 años de trayectoria, continúan ligados a deleitar el gusto musical de sus espectadores; Everest Eduardo Zapata narró las complicaciones médicas que ha padecido a lo largo de más de seis meses en que su vida dio un giro inesperado, al resultar lesionado luego de la detonación de un artefacto, cuya fuerza de la explosión le causó pérdida gradual de su audición y quemaduras en sus pulmones.


A 175 días del atentado Eduardo menciona no recordar con exactitud cómo pasaron las cosas tras la explosión del artefacto, que fue entregado al gerente y al socio del lugar por el cumpleaños del primero, ya que tres días después el socio comercial del establecimiento festejaría su cumpleaños.

“Hay muchas cosas que no sé como pasaron después del estallido de la bomba, quedo sin la posibilidad de ver o escuchar, estaba desorientado no sabía lo que realmente pasó hasta días después, los primeros días fueron complicados ya que no contaba con servicio médico”, externó.

En cuanto a los hechos de aquella tarde del domingo 29 de septiembre, Brenda Gutiérrez vela refirió que su esposo fue llevado al Hospital General de Salamanca a las 19:45 horas, tras los lamentables hechos en que perdieron la vida dos personas.

“Me permitieron verlo a las 10:30pm y se me notifico que tenían que trasladarlo a terapia intensiva para Irapuato ya que no tenían los recursos, aparte no tenía servicio médico, lo reciben en el hospital general de Irapuato a las doce de la noche, yo como trabajadora de Pemex hago la solicitud con mi sindicato para que lo registre como derechohabiente, pero es un trámite tardado y largo, pasaron dos días en los cuales recibió atención médica sin mucha mejoría, hasta que una prima me ayudo a redactar una documento dirigida a la Lic. Adriana esposa del gobernador donde solicitamos apoyo y entonces el día Miércoles por la tarde recibimos respuesta del Gobierno del Estado (…) entonces el Secretario de Salud, el doctor Díaz nos comentó que ya lo podrían trasladar a León”, recordó la esposa de Eduardo.

De pasar de un pronóstico de algunas horas de vida a no volver a caminar o hablar; Eduardo ha superado las complicaciones que dejaron las secuelas de la explosión, entre quemaduras, pérdida de audición, visión e incluso el no poder caminar, cuyas cicatrices no solo se pueden plasmar en su rostro y pare de su cuerpo, sino también en su espíritu, el cual dijo se ha fortalecido ante el apoyo de su esposa e hijos, familia y amigos que lo han acompañado en este largo proceso que espera un día poder concluir para nuevamente cantar como en noches previas a la que le cambio la vida.

“Por el momento sólo puedo interpretar canciones que no son de registro alto, tenía un registro alto de melodía, ahora estoy estudiando para cantar en un registro medio, me decían que ya no podría cantar, caminar, ni hablar; pero no me doy por vencido e intento echarle ganas, son pruebas que ya he superado”, expresó Eduardo.

En cuanto a su pasión por la música, Eduardo contó que desde los 14 años descubrió su vocación hacia ella, incluso abandonó sus estudios de ingeniería por seguir su inspiración, la cual le permitió conocer y enamorarse de su ahora esposa con quién ha procreado dos hijos que junto a su esposa se han convertido en el motivo de dar lo mejor día a día en su recuperación.

El día de la explosión

Respecto a lo ocurrido la tarde del 19 de septiembre Eduardo dijo que la “tocada” del Barra 1604 era la última presentación de las presentaciones en las que trabajaron desde el 15 de septiembre, sin pensar que al término de esta presentación su vida cambiaría para siempre.

“Estábamos trabajando ya casi era hora de salir, estaba el ambiente feliz compramos un pastel, después llego un moto envío alrededor de las 6:30pm, cuando voy sacando mi equipo de trabajo para meterlo a la camioneta, la moto estaba ya estaba pero no le preste atención, vi que era un caja grande adornada con moño me imagine que era un regalo para alguien, tres días después iba ser el cumpleaños del dueño; en el segundo viaje que hice para seguir guardando mis cosas y me dijeron que viera el regalo que esta grande, no podía ver lo que había porque tenía el equipo cargando y en eso que siento que algo me tira al suelo y se me fue la fuerza después ya no supe que paso”, recordó.

A pesar de las secuelas físicas y emocionales provocadas por el ataque al restaurante Barra 1604, los sueños y metas de un músico salmantino con 20 años de trayectoria, continúan ligados a deleitar el gusto musical de sus espectadores; Everest Eduardo Zapata narró las complicaciones médicas que ha padecido a lo largo de más de seis meses en que su vida dio un giro inesperado, al resultar lesionado luego de la detonación de un artefacto, cuya fuerza de la explosión le causó pérdida gradual de su audición y quemaduras en sus pulmones.


A 175 días del atentado Eduardo menciona no recordar con exactitud cómo pasaron las cosas tras la explosión del artefacto, que fue entregado al gerente y al socio del lugar por el cumpleaños del primero, ya que tres días después el socio comercial del establecimiento festejaría su cumpleaños.

“Hay muchas cosas que no sé como pasaron después del estallido de la bomba, quedo sin la posibilidad de ver o escuchar, estaba desorientado no sabía lo que realmente pasó hasta días después, los primeros días fueron complicados ya que no contaba con servicio médico”, externó.

En cuanto a los hechos de aquella tarde del domingo 29 de septiembre, Brenda Gutiérrez vela refirió que su esposo fue llevado al Hospital General de Salamanca a las 19:45 horas, tras los lamentables hechos en que perdieron la vida dos personas.

“Me permitieron verlo a las 10:30pm y se me notifico que tenían que trasladarlo a terapia intensiva para Irapuato ya que no tenían los recursos, aparte no tenía servicio médico, lo reciben en el hospital general de Irapuato a las doce de la noche, yo como trabajadora de Pemex hago la solicitud con mi sindicato para que lo registre como derechohabiente, pero es un trámite tardado y largo, pasaron dos días en los cuales recibió atención médica sin mucha mejoría, hasta que una prima me ayudo a redactar una documento dirigida a la Lic. Adriana esposa del gobernador donde solicitamos apoyo y entonces el día Miércoles por la tarde recibimos respuesta del Gobierno del Estado (…) entonces el Secretario de Salud, el doctor Díaz nos comentó que ya lo podrían trasladar a León”, recordó la esposa de Eduardo.

De pasar de un pronóstico de algunas horas de vida a no volver a caminar o hablar; Eduardo ha superado las complicaciones que dejaron las secuelas de la explosión, entre quemaduras, pérdida de audición, visión e incluso el no poder caminar, cuyas cicatrices no solo se pueden plasmar en su rostro y pare de su cuerpo, sino también en su espíritu, el cual dijo se ha fortalecido ante el apoyo de su esposa e hijos, familia y amigos que lo han acompañado en este largo proceso que espera un día poder concluir para nuevamente cantar como en noches previas a la que le cambio la vida.

“Por el momento sólo puedo interpretar canciones que no son de registro alto, tenía un registro alto de melodía, ahora estoy estudiando para cantar en un registro medio, me decían que ya no podría cantar, caminar, ni hablar; pero no me doy por vencido e intento echarle ganas, son pruebas que ya he superado”, expresó Eduardo.

En cuanto a su pasión por la música, Eduardo contó que desde los 14 años descubrió su vocación hacia ella, incluso abandonó sus estudios de ingeniería por seguir su inspiración, la cual le permitió conocer y enamorarse de su ahora esposa con quién ha procreado dos hijos que junto a su esposa se han convertido en el motivo de dar lo mejor día a día en su recuperación.

El día de la explosión

Respecto a lo ocurrido la tarde del 19 de septiembre Eduardo dijo que la “tocada” del Barra 1604 era la última presentación de las presentaciones en las que trabajaron desde el 15 de septiembre, sin pensar que al término de esta presentación su vida cambiaría para siempre.

“Estábamos trabajando ya casi era hora de salir, estaba el ambiente feliz compramos un pastel, después llego un moto envío alrededor de las 6:30pm, cuando voy sacando mi equipo de trabajo para meterlo a la camioneta, la moto estaba ya estaba pero no le preste atención, vi que era un caja grande adornada con moño me imagine que era un regalo para alguien, tres días después iba ser el cumpleaños del dueño; en el segundo viaje que hice para seguir guardando mis cosas y me dijeron que viera el regalo que esta grande, no podía ver lo que había porque tenía el equipo cargando y en eso que siento que algo me tira al suelo y se me fue la fuerza después ya no supe que paso”, recordó.

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