Con más de cuatro décadas dedicado a la venta de globos para la temporada de Reyes, Rogelio compartió que año con año las ventas han disminuido hasta un 50%, de este medio que en alguna ocasión fue de los considerados con el cual los niños hacen llegar la carta de los Reyes Magos, lo cual atribuyó a las campañas de restricción ante el daño que pueden generar al medio ambiente.
“La venta ha ido bajando hasta un 50%, ya que actualmente las mamás ya no se los quieren comprar a los niños o a algunas se les hace muy caro invertir cincuenta pesos en un globo, pero a nosotros el tanque de gas nos cuesta siete mil pesos, más el comprar los globos, hilo y no se si la gente piense que si es el inflarlos; ya casi no es rentable este negocio, uno lo hace por la tradición para los niños y es poco lo que nos queda a nosotros como ganancia”, comentó el comerciante Rogelio.
Luego de 40 años dedicándose a la venta de estos globos, Rogelio comentó que esta situación es alarmante para los vendedores de ocasión. Actualmente la tradición de lanzar globos el día seis de enero, día de los reyes magos, es considerada una práctica en contra del medio ambiente.
“Tiene como unos cinco años que la venta del globo ha bajado, antes nos daba gusto porque hasta nos querían arrancar los globos, pero ahora para poder acabar 80 o 100 globos duramos todo un día, es muy complicado poder venderlos; que más quisiera uno que se vendieran como anteriormente se hacía”, explicó.
Esta tradición puede afectar al medio ambiente terrestre, como a los océanos. En estos últimos son en donde más problemas ambientales se presentan, ya que los animales marinos pueden confundir los residuos de los globos con comida, ocasionando la asfixia al ingerirlos.
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El plástico de los globos y las sustancias que lo conforman tratan de degradarse alrededor de 400 años, causando un daño importante en el medio ambiente.