/ domingo 30 de octubre de 2022

El documental Villa Olímpica rompe fronteras

Sebastián Kohan se reencuentra con vecinos de su infancia en la unidad habitacional de la Ciudad de México destinada a “extranjeros”

Nació en Argentina, vivió su infancia en México, se mudó a Chile, luego pasó una década en España estudiando sociología, regresó a Buenos Aires donde vivió por once años y actualmente, el director Sebastián Kohan radica en México, desde hace cuatro años.

Es un nómada, Kohan no se identifica con algún país determinado, para él lo importante es adoptar lo que más le gusta de las culturas de diferentes países y, con base en eso, crear su propio pensamiento y conducirse por la vida como a él más le interese.

Así lo comentó el director, quien por muchos años fue considerado como un extranjero en su propio país de nacimiento, luego de haber vivido el exilio latinoamericano en la década de los setentas.

“Para mí el problema en el mundo no es que haya migrantes sino son las sociedades de recepción de migrantes que tienen el chip de la nacionalidad metido hasta el rincón más recóndito de sus mentes. A nosotros nos enseñan a querer a nuestra bandera muy tempranamente, en cualquier parte del mundo. Yo no digo que esté mal, pero por ejemplo, mi hija que nació en México, comerá tortilla de maíz, el chile, el nopal y así la amo, a mi hija le gusta la bandera mexicana de una manera desmedida porque se la muestran con un cariño desmedido, mi hija aún no tiene herramientas para cuestionar lo que le enseñas. Todas las nacionalidades del mundo nos la enseñan antes de tiempo, cuando estamos frágiles”, afirmó Kohan en entrevista.

Considera que, si el término de nacionalidad no fuera tan relevante dentro de la cultura de un país, el problema migratorio podría ser menor, ya que no se estaría enjuiciando a una persona por su lugar de residencia.

“Los niños hijos de migrantes sufrirían menos porque no estaríamos obligados a mimetizarnos con la cultura de recepción, podríamos estar orgullosos de nuestra cultura, de mezclarlas, de inventar nuevas y hacer lo que queramos con nuestra identidad, sin estar mediados por el respeto a la patria. Hoy en el mundo hay movimientos sociales importantes en cuanto al feminismo, la ecología, en otros temas, pero al cuestionamiento de las patrias, no lo hay”, expresó.

Casi tres décadas después de haber vivido en tierras aztecas, el cineasta volvió a México; viajando por la Avenida Insurgentes, en la Ciudad de México se reencontró con la Villa Olímpica, lugar donde creció en sus primeros años y que le dieron grandes experiencias.

Fue ahí donde descubrió que quería hacer un documental con ese nombre, pero que su línea no se apegara a lo que vivieron sus conocidos durante el exilio, sino lo que pasó después, el cómo retomaron sus vidas.

“Busqué a gente que había vivido una etapa similar a la mía, que hubiera vivido esa situación de haber vuelto al sur y darse cuenta que era extranjero de nuevo. Me parecía que esa situación era muy llamativa, digna de contarse porque esa gente que ya no era de ahí, ¿de dónde era?.

“El primer día que empecé la investigación, lo que hice fue contactar a los exiliados más cercanos, les empecé a preguntar cosas y ellos me contactarían con otros hasta localizar a todos los exiliados. Primero hablé con mi mamá, ella se acordaba de los nombres. La primera sensación que tuve al teléfono al hablar es que todos tenían un acento raro, mitad argentino, mitad mexicano o mexicano con chileno, ya era gente que, por su forma de hablar era particular”, contó.

➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo

Pero en ese proceso, una respuesta le cambió el rumbo de su documental: “el retorno de la generación de sus padres a sus países fue el exilio de su propia generación”.

Considera que el mensaje principal de su trabajo es cuestionar sobre la verdadera importancia de la nacionalidad en cada uno de los seres. “Para mí es una virtud mi condición (nómada), yo he sido extranjero todos los días de mi vida en cualquier situación y ya me parece una virtud porque creo que el que es forastero genera la capacidad de ver las cosas desde lejos, la distancia vale oro para entender las cosas, si uno está muy cerca uno no ve nada”, aseveró.

El documental Villa Olímpica se presentó el el Festival Internacional de Cine de Morelia.

Nació en Argentina, vivió su infancia en México, se mudó a Chile, luego pasó una década en España estudiando sociología, regresó a Buenos Aires donde vivió por once años y actualmente, el director Sebastián Kohan radica en México, desde hace cuatro años.

Es un nómada, Kohan no se identifica con algún país determinado, para él lo importante es adoptar lo que más le gusta de las culturas de diferentes países y, con base en eso, crear su propio pensamiento y conducirse por la vida como a él más le interese.

Así lo comentó el director, quien por muchos años fue considerado como un extranjero en su propio país de nacimiento, luego de haber vivido el exilio latinoamericano en la década de los setentas.

“Para mí el problema en el mundo no es que haya migrantes sino son las sociedades de recepción de migrantes que tienen el chip de la nacionalidad metido hasta el rincón más recóndito de sus mentes. A nosotros nos enseñan a querer a nuestra bandera muy tempranamente, en cualquier parte del mundo. Yo no digo que esté mal, pero por ejemplo, mi hija que nació en México, comerá tortilla de maíz, el chile, el nopal y así la amo, a mi hija le gusta la bandera mexicana de una manera desmedida porque se la muestran con un cariño desmedido, mi hija aún no tiene herramientas para cuestionar lo que le enseñas. Todas las nacionalidades del mundo nos la enseñan antes de tiempo, cuando estamos frágiles”, afirmó Kohan en entrevista.

Considera que, si el término de nacionalidad no fuera tan relevante dentro de la cultura de un país, el problema migratorio podría ser menor, ya que no se estaría enjuiciando a una persona por su lugar de residencia.

“Los niños hijos de migrantes sufrirían menos porque no estaríamos obligados a mimetizarnos con la cultura de recepción, podríamos estar orgullosos de nuestra cultura, de mezclarlas, de inventar nuevas y hacer lo que queramos con nuestra identidad, sin estar mediados por el respeto a la patria. Hoy en el mundo hay movimientos sociales importantes en cuanto al feminismo, la ecología, en otros temas, pero al cuestionamiento de las patrias, no lo hay”, expresó.

Casi tres décadas después de haber vivido en tierras aztecas, el cineasta volvió a México; viajando por la Avenida Insurgentes, en la Ciudad de México se reencontró con la Villa Olímpica, lugar donde creció en sus primeros años y que le dieron grandes experiencias.

Fue ahí donde descubrió que quería hacer un documental con ese nombre, pero que su línea no se apegara a lo que vivieron sus conocidos durante el exilio, sino lo que pasó después, el cómo retomaron sus vidas.

“Busqué a gente que había vivido una etapa similar a la mía, que hubiera vivido esa situación de haber vuelto al sur y darse cuenta que era extranjero de nuevo. Me parecía que esa situación era muy llamativa, digna de contarse porque esa gente que ya no era de ahí, ¿de dónde era?.

“El primer día que empecé la investigación, lo que hice fue contactar a los exiliados más cercanos, les empecé a preguntar cosas y ellos me contactarían con otros hasta localizar a todos los exiliados. Primero hablé con mi mamá, ella se acordaba de los nombres. La primera sensación que tuve al teléfono al hablar es que todos tenían un acento raro, mitad argentino, mitad mexicano o mexicano con chileno, ya era gente que, por su forma de hablar era particular”, contó.

➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo

Pero en ese proceso, una respuesta le cambió el rumbo de su documental: “el retorno de la generación de sus padres a sus países fue el exilio de su propia generación”.

Considera que el mensaje principal de su trabajo es cuestionar sobre la verdadera importancia de la nacionalidad en cada uno de los seres. “Para mí es una virtud mi condición (nómada), yo he sido extranjero todos los días de mi vida en cualquier situación y ya me parece una virtud porque creo que el que es forastero genera la capacidad de ver las cosas desde lejos, la distancia vale oro para entender las cosas, si uno está muy cerca uno no ve nada”, aseveró.

El documental Villa Olímpica se presentó el el Festival Internacional de Cine de Morelia.

Local

Día Mundial del Diseño Gráfico: ¿Por qué se celebra el 27 de abril?

Hoy, en el Día del Diseñador Gráfico, el mundo reconoce el poder detrás de cada imagen, tipografía y diseño que da forma a nuestra experiencia visual en la era digital. Desde la publicidad hasta la identidad de marca, estos artistas son los arquitectos invisibles de nuestro mundo visual, impactando nuestras vidas de formas profundas y significativas. Exploramos cómo su trabajo influye en la actualidad y celebramos su creatividad y visión.

Local

Burocracia retrasa la formación de nuevos policías en Salamanca

En junio Salamanca tendrá una nueva generación de policías, actualmente 37 cadetes realizan el curso de formación inicial.

Local

Exigirán trabajadores mejores condiciones laborales

Los trabajadores buscan acceder a mejores condiciones laborales.

Local

Comunidad LGBTIQ+ piden sensibilización de la ciudadanía

Estarán realizando la marcha del cuatro de mayo, ya que por la discriminación que sufren muchas personas se han quedado en la lucha

Local

Fortalecerán protocolos de atención en la delegación de Cruz Roja

Se volverán a aplicar los protocolos de seguridad, los cuales son en coordinación con el sistema de emergencias 911

Local

Se lleva con éxito la jornada de esterilización canina y felina

Se llevó con gran éxito la jornada de esterilización canina y felina en Salamanca, realizando más de 500