/ sábado 2 de enero de 2021

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

Chinche, Besos y Chagas

Dra. Juana Elizabeth Reyes Martínez

Departamento de Biología, División de Ciencias Naturales y Exactas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato

En 1909, hace más de un siglo, el médico brasileño Carlos Chagas estudiaba una enfermedad en las regiones más pobres del continente americano.

En la región central de Brasil, bajo la dirección del científico Oswaldo Cruz, comenzó a estudiar a un parásito microscópico que aisló de un insecto conocido como “chinche besucona”. Los habitantes de la región se quejaban de que aquel insecto los asediaba durante las noches y les picaba la cara cuando dormían.

En aquella región, el Dr. Chagas observó un padecimiento común en niños, que se caracterizaba por presentar fiebre, anemia, edema e inflamación en los ganglios linfáticos, entre otros síntomas. En la mayoría de los casos, la enfermedad provocaba el desarrollo de afecciones cardiacas.

Bajo la influencia de las doctrinas de los investigadores Luis Pasteur y Robert Koch en las que se relacionaba a la enfermedad con los microbios, el Dr. Chagas comenzó a estudiar la sangre de los pacientes, confirmando la relación de las dolencias con la presencia de un organismo microscópico cuando observó la sangre de Berenice, una niña de dos años en la que identificó al mismo parasito que el observado en el insecto. }

En ese momento, nombró a aquel organismo flagelado Trypanosoma cruzi, en honor a su mentor Oswaldo Cruz y posteriormente dicha enfermedad adquiriría el nombre de su descubridor. La también llamada Tripanosomiasis americana, es endémica de gran parte de Latinoamérica y el sur de Estados Unidos.

Según la Organización Mundial de la Salud, se cree que existen alrededor de 7 millones de infectados y que esta enfermedad causa la muerte de aproximadamente 10,000 personas anualmente. En México, no se sabe a ciencia cierta el número de afectados debido a que no se han realizado estudios recientes. Sin embargo, se ha llegado a calcular hasta 4 millones de personas infectadas con base en casos reportados en el periodo 2006-2017.

Esta enfermedad afecta a la población más vulnerable, en zonas con alto índice de pobreza, viviendas en condiciones deficientes y carencia alimentaria. Esto denota la necesidad de implementar estrategias para el diagnóstico y control de la enfermedad e impactar positivamente contribuyendo al bienestar económico y social.

En el Departamento de Biología de la Universidad de Guanajuato se buscan alternativas a los tratamientos actuales para la enfermedad de Chagas, los cuales son altamente tóxicos y no recomendados para infecciones crónicas, los investigadores de dicha institución pretenden utilizar herramientas modernas de biología molecular y manipulación del ADN para estudiar la interacción de la respuesta inmune del humano contra las proteínas del parásito y en un futuro generar vacunas para prevenir esta enfermedad.

Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka

Chinche, Besos y Chagas

Dra. Juana Elizabeth Reyes Martínez

Departamento de Biología, División de Ciencias Naturales y Exactas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato

En 1909, hace más de un siglo, el médico brasileño Carlos Chagas estudiaba una enfermedad en las regiones más pobres del continente americano.

En la región central de Brasil, bajo la dirección del científico Oswaldo Cruz, comenzó a estudiar a un parásito microscópico que aisló de un insecto conocido como “chinche besucona”. Los habitantes de la región se quejaban de que aquel insecto los asediaba durante las noches y les picaba la cara cuando dormían.

En aquella región, el Dr. Chagas observó un padecimiento común en niños, que se caracterizaba por presentar fiebre, anemia, edema e inflamación en los ganglios linfáticos, entre otros síntomas. En la mayoría de los casos, la enfermedad provocaba el desarrollo de afecciones cardiacas.

Bajo la influencia de las doctrinas de los investigadores Luis Pasteur y Robert Koch en las que se relacionaba a la enfermedad con los microbios, el Dr. Chagas comenzó a estudiar la sangre de los pacientes, confirmando la relación de las dolencias con la presencia de un organismo microscópico cuando observó la sangre de Berenice, una niña de dos años en la que identificó al mismo parasito que el observado en el insecto. }

En ese momento, nombró a aquel organismo flagelado Trypanosoma cruzi, en honor a su mentor Oswaldo Cruz y posteriormente dicha enfermedad adquiriría el nombre de su descubridor. La también llamada Tripanosomiasis americana, es endémica de gran parte de Latinoamérica y el sur de Estados Unidos.

Según la Organización Mundial de la Salud, se cree que existen alrededor de 7 millones de infectados y que esta enfermedad causa la muerte de aproximadamente 10,000 personas anualmente. En México, no se sabe a ciencia cierta el número de afectados debido a que no se han realizado estudios recientes. Sin embargo, se ha llegado a calcular hasta 4 millones de personas infectadas con base en casos reportados en el periodo 2006-2017.

Esta enfermedad afecta a la población más vulnerable, en zonas con alto índice de pobreza, viviendas en condiciones deficientes y carencia alimentaria. Esto denota la necesidad de implementar estrategias para el diagnóstico y control de la enfermedad e impactar positivamente contribuyendo al bienestar económico y social.

En el Departamento de Biología de la Universidad de Guanajuato se buscan alternativas a los tratamientos actuales para la enfermedad de Chagas, los cuales son altamente tóxicos y no recomendados para infecciones crónicas, los investigadores de dicha institución pretenden utilizar herramientas modernas de biología molecular y manipulación del ADN para estudiar la interacción de la respuesta inmune del humano contra las proteínas del parásito y en un futuro generar vacunas para prevenir esta enfermedad.

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