Aunque la fuga del martes por la noche no ocasionó daños mayores a la ciudadanía, ninguna dependencia municipal, ni cuerpo de emergencia emitió las recomendaciones básicas para que la gente estuviera menos vulnerable a la emanación contaminante.

Miguel Granados Baeza, médico y ambientalista, mencionó que el parte de la responsabilidad del gobierno municipal es informar oportunamente a la ciudadanía lo que se debe hacer ante una fuga de gas o cualquier contingencia.

No respirar profundamente, tapar la boca con pañuelos, cubre bocas o mantas húmedas y retirar a niños y ancianos de la zona conflictiva, son algunas de las medidas preventivas que se deben realizar, información que ni Protección Civil ni ninguna dependencia emitió durante la fuga del martes.

“La sintomatología es de nauseas si no hay una concentración fuerte de cualquier sustancia, hablándose de gas o algunos otros productos, pero si no se toman las precauciones adecuadas si puede llegar a causar problemas graves, puede causar mortandad masiva”…

Resaltó que el viento y la lluvia dispersaron los gases y arrastraron hacía el suelo muchas de las sustancias que estaban generando los malos olores; sin embargo, enfatizó que si las condiciones climatológicas hubieran sido diferentes, las afectaciones para las personas que viven en las cercanías del lugar donde se suscitó la fuga podrían haber sido mayores.

“Lo que ocurrió durante la fuga y en general lo que está pasando en el municipio nos habla de la poca importancia que tienen los encargados del medio ambiente en Salamanca para evitar daños mayores a la ciudadanía y esto lo hemos venido marcando, lo hemos venido señalando, pero tal parece que estamos chiflando en la loma, no hacen caso”…