Fue policía y boxeador el 'cachorro' Velázquez

GUANAJUATO, Gto.- Su actividad como policía municipal, ya en retiro desde hace muchos años, así como su dedicación al boxeo, hizo que J. Luz “Cachorro” Velázquez tenga un lugar de privilegio entre los guanajuatenses. Recientemente recibió un reconocimiento por cumplir cincuenta años de entrenar a la juventud en este deporte.

➡ Suscríbete a nuestra edición digital

Sin cinco décadas que se dice fácil, pero que “El Cachorro”, ha dedicado el tiempo completo para preparar a las nuevas generaciones de amantes al boxeo.

La amplia trayectoria fue reconocida con una función de box en el gimnasio de la deportiva Juan José Torres Landa.

El boxeo guanajuatense le brindó reconocimiento a J. Luz “Cachorro” Velázquez por sus más de 50 años dedicados a entrenar jóvenes en este deporte.

En el evento se presentaron algunos combates de boxeo entre niños, jóvenes y adultos, provenientes de San Felipe, Dolores Hidalgo, Silao, Juventino Rosas y Guanajuato Capital.

Han sido 50 años de satisfacciones, y aunque establece que no fue gran cosa arriba del ring como peleador, su satisfacción ha sido sacar a muchos jóvenes de los vicios y enseñarles lo que puede.

“El Cachorro” Velázquez fue peleador durante algunos años de joven y aunque no pudo llegar a los altos niveles, pasó a entrenar jóvenes a fines de los años setenta, en diversos lugares como en la Escuela Preparatoria ubicada en el barrio de Alameda, en el barrio de San Javier, en el sitio conocido como “El Queso”, en la Cooperativa y se presentaban funciones en la cancha de “Cristal”, Arturo Larios de la Universidad de Guanajuato, y en el interior del sindicato de Mineros.

Durante dos décadas fue policía municipal en la capital y entre sus pupilos más destacados se destaca Fernando “güero” Villegas, quien en los noventa abrazó el boxeo profesional con cerca de 10 peleas, donde sólo perdió una y ahí se retiró.

Ahora su “gente” le brindó el merecido homenaje, con un pastel y la función de box en su honor.

Entre jadeos, sudores y golpes transcurren las mañanas y tardes, en el lugar donde entrena a los jóvenes; mientras unos chicos hacen rounds de sombra, otros pelean en el cuadrilátero y otros más azotan con furia el costal.

En el pequeño gimnasio de la Unidad deportiva Torres Landa, enclavado en los sótanos de las canchas de tenis, se forjan los sueños de niños y jóvenes que sueñan con destacar en el deporte de las trompadas, pero sobre todo alejarse de los caminos del vicio.

Ahí los guía J. Luz Velázquez, muy conocido en la ciudad para enseñar el arte del boxeo, quien se ha dedicado a impartir sus conocimientos.

“El Cachorro”, como fue apodado en sus tiempos de boxeador activo, se ha abierto espacio en ese tiempo entre sus actividades de 20 años como custodio y policía, antes alfarero y empleado de gobierno, para ayudar a quien se le acerca.

“Me inicié en esto como casi la mayoría, porque los más grandes me golpeaban de niño, cuando vivía por la Gualdra y San Luisito. Empecé a entrenar con Guadalupe Carrales, El Chale, un peleador profesional muy bueno de Barrio Alto”, recordó sobre sus inicios.

Luz Velázquez agregó que en los setenta entrenaban en la Preparatoria y peleaban en las funciones que hacían en la cancha de Cristal de la Universidad de Guanajuato y en el Sindicato de Mineros.

“Había algunos muy buenos como Juan Salgado, Pedro ‘Chato’ González y Gonzalo ‘El Taquito’. También salíamos a otras ciudades”, señaló.

Con el tiempo se dedicó a entrenar y lo combinaba con su labor de policía preventivo, hasta que se jubiló y continuó con su labor de tratar de alejar a los chicos de los vicios, entrenando box.

“En esos tiempos entrenamos en El Queso, luego en la Cooperativa (ahora Macrocentro I), y llegaban algunos chavos muy buenos, pero por algunas razones no seguían”, manifestó.

El Cachorro Velázquez destacó que una de sus mejores “joyas” que tuvo, fue Manuel “Zorrillito” Estrada, quien tenía todo para triunfar, pero le ganó la “fiesta”.

Luego tuvo como el pupilo más avanzado a Fernando “Güero” Villegas, quien llegó al profesionalismo y estuvo invicto en sus primeros 10 combates.

Ahora con casi siete décadas de vida y cinco en la práctica y enseñanza del boxeo, se mantiene en lo que más le apasiona y se declara siempre listo para enseñar lo poco o mucho que sabe, a quien llega al gimnasio.