Descubrir la vulnerabilidad y fragilidad de los padres, a través de la visión de un pequeño de siete años, fue el motor principal para que Diana Cardozo lograra concretar el guion de su tercer largometraje titulado Estación catorce.
El filme aborda la relación entre un padre y un hijo, en donde el menor se enfrenta a un mundo que desconocía, a un acelerado proceso de crecimiento, principalmente motivado por su padre; un contacto con la sexualidad, la muerte y la venganza.
“Esta historia la escribí hace muchos años, las historias nacen de la realidad, de algo que no te deja dormir y que empiezas a desgranar. La verdad es que preocupan los niños que están viviendo esta realidad tan violenta en México y es la única que conocen, esas cosas preocupan y se ponen en el cine porque el cine se nutre de esa realidad”, afirmó la cineasta en entrevista.
Durante más de una década, Cardozo, de origen uruguayo, se desarrolló como periodista. Cada una de las historias que plasmaba en sus notas le generaba distintas emociones, sin embargo, el espacio era tan reducido para contar la historia que optó por expresarse a través del cine.
“Las noticias se ven en dos segundos y la realidad tiene otra densidad, la realidad vivida desde adentro, desde las tripas, de las entrañas, tiene un tiempo distinto, ese es el mecanismo del cine, de la literatura y el arte. Lo maravilloso del cine es que te deja atravesar la historia desde la piel y los ojos de los personajes, lo que hace el cine es meterte en los riñones de la realidad, en ese instante que suceden las cosas”, expresó.
Uno de los mayores retos para concretar este proyecto fue el trabajar con niños, así como con distintos animales. Sin embargo corrió con la suerte de encontrar a un pequeño que ya vive parte de la realidad de la que trata en la ficción, ya que Gael, el protagonista, observa cómo su papá se va debilitando durante el tiempo en el que conviven.
“Gael conocía la realidad de la película sin haber leído el guion, esa es la verdad. Trabajar con niños es divino, pero a la vez muy cansado porque hay que filmar en los tiempos de ellos, de pronto Gael es un excelente actor y llegará a ser muy grande.
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“Pero trabajar con niños es jugar con ellos porque ellos funcionan de una manera natural, lo hacen a través de los juegos y nosotros los adultos tenemos que estar con ellos en ese ámbito, el niño lo vive como si fuera la realidad en ese momento, por eso es tan fuerte y poderosa la actuación de Gael y de los otros niños, porque juegan con todos los sentidos”.
La cinta cuenta con las actuaciones de José Antonio Becerril, Gael Vázquez, Yoshira Escárrega, Lourdes Elizarrás, Margarita Hernández, Karla Belén Banda, Brayan Jaramillo y Tonatiuh Trujillo. La trama se desarrolla en un pueblo de San Luis Potosí.
Se exhibe en Cineteca Nacional, circuitos de cine cultural, así como algunas salas de cine comercial.