/ sábado 14 de julio de 2018

V I C I S I T U D E S

EL TEMPLO DE LA SANTA CRUZ

Por: Armando Hernández Origel


Ya comenzaron las “vacaciones” para todos los alumnos de los diferentes niveles educativos, no así para el personal que trabaja en las secretarías de educación de los distintos estados de nuestra República Mexicana, y de las instituciones que pertenecen a la Secretaría de Educación Pública a nivel federal, puesto que el calendario escolar no marca los últimos días del mes de julio y los primeros de agosto como vacaciones, sino como periodo de receso escolar, en el entendido que si las autoridades educativas requieren que determinado personal pueda ser llamado para cierto tipo de actividades, éste, sean docentes o administrativos, deben estar disponibles para acudir al llamado, como si en verdad los maestros no necesitasen descansar después de un arduo año de labores escolares.

Sólo quien ha estado al frente de un grupo, sea de preescolar o de universidad, sabe del estrés y la tensión en que se está colaborando en la formación de los educandos, y que eso desgasta mucho, no el trabajo físico de los maestros sino del trabajo mental e intelectual que esto conlleva. Las autoridades educativas se han olvidado de algo elemental: “EL DESCANSAR TAMBIÉN ES PREPARARSE”.

Sea por un lado o por el otro, me he atrevido a pensar que muchos quizá quieran darse unos días de descanso, y no hablo de que tengan forzosamente que quedarse en Irapuato, sino que puedan dar un paseo turístico a alguna ciudad cercana para que salgan de la rutina, convivan en familia y conozcan un poco más de nuestro país. Sobre todo, teniendo tan cerca lugares culturales con diversos atractivos turísticos, que nos harán pasar unos días confortables y de recuperación.

Muchas veces pensamos que los lugares que uno ya conoce, también, la mayoría de las personas, las deben haber conocido, pero después nos damos cuenta que no es así. Lo he constatado personalmente, simplemente con una visita que hemos hecho durante años a la Montaña de Cristo Rey.

Pensamos que ya todos conocen el Cerro del Cubilete, pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando muchos de los jóvenes con los que hemos hecho la visita, resulta que es la primera ocasión que acuden a tan esplendoroso lugar. Están tan cerca y no lo conocían.

Espero que quienes están decidiendo a donde irse a pasear o a descansar, no dejen de pensar en visitar nuestro estado, o puedan a su vez visitar otro que limita con el nuestro, como es el caso del Estado de Querétaro. Está en auto a hora y medio de camino, de forma concreta la hermosa ciudad de Querétaro.

Un lugar con mucha historia y lleno de tradiciones, cultura, esparcimiento, y con gran sentido nacionalista, ya que ha sido un baluarte en la historia de nuestro México. Créanme que no bastaría un día, dos o tres para conocerlo todo a detalle, pero lo que sí creo es que como familia nos podríamos organizar para que en uno o dos días visitáramos los lugares históricos y estratégicos de tan peculiar ciudad.

Ojalá y decidan, quienes estando de vacaciones o de receso de clase, poder programar la visita a Querétaro y puedan darse una vueltecita al Templo de la Cruz, donde se encuentra el Árbol de Espinas, ya que son una estupenda oportunidad de conocer cómo fue que se fundó la ciudad de Querétaro.

Les he de comentar, que, aunque conozco bien la ciudad de Querétaro, cada que vamos, tenemos por costumbre asistir al Templo de la Cruz, y aunque ya conocemos su historia, no dudamos en cooperar para que nos vuelvan a conducir, para reencontrarnos con tan hermoso, atractivo y enigmático lugar.

Hasta donde recuerdo nos han comentado que el Templo de la Cruz tiene mucho que ver con la historia antigua y presente de la ciudad de Querétaro. Dicho templo está a cargo de los Frailes Franciscanos.

La historia nos ubica en el Siglo XVI, donde primeramente se construyó un templo pequeño, llamado el Calvarito; posteriormente se dio paso a la nueva construcción, del actual Templo de la Cruz.

Así como nosotros tenemos al Templo del Hospitalito como primer templo construido en Irapuato, así ha pasado con el Templo del Calvarito, porque la historia queretana menciona que fue el primer templo construido en la ciudad de Querétaro, habiendo quien dice que no sólo es el primer templo construido en Querétaro, sino que es el primero construido en territorio queretano.

El Calvarito se construyó en el Siglo XVI, y el Templo de la Cruz en el Siglo XVII, el cual contaba también con un convento a un lado. Toda la construcción es de cantera rosa, con un estilo barroco y neoclásico.

Si por su parte externa el templo y el convento llaman la atención, quienes hemos ido nos hemos quedado maravillados por su interior, mismo que encierra historia y realidades de la formación religiosa que han tenido por siglos los Frailes Franciscanos, siendo este centro religioso parte esencial para la congregación en toda América.

Hubo frailes dedicados al análisis de las realidades de los pueblos indígenas de la región, quienes investigaban cómo vivían dichos nativos, y buscaban formas de sacarlos de la miseria en que estaban. Uno de ellos que la historia queretana menciona es a Fray Junípero Serra, del cual se encuentra una estatua en su explanada principal.

Dos hechos históricos que resaltan los guías turísticos que nos acompañan en el recorrido, es cuando en dicho convento queda preso el Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, esposo de Doña Josefa Ortiz de Domínguez, cuando se gestaba la lucha de independencia.

Se nos cuenta también que el convento sirvió, por su lugar estratégico, como centro de operaciones de Don Agustín de Iturbide, ya que como estaba en cerro, desde ese lugar Iturbide tenía todo el panorama para el control de sus actividades.

En la época de la Reforma, nos contaba el historiador y guía que nos atendía, el convento fue lugar de hospedaje de Maximiliano de Hasburgo, quien era Emperador de nuestro país, pero que después su propia habitación fue usada como celda, cuando Don Benito Juárez lo mandó capturar. Don Maximiliano fue llevado de dicho convento al Cerro de las Campanas donde sería fusilado. En el convento hay vestigios de los muebles y aditamentos que usaba Maximiliano.

Parte importante y central de la visita al Templo de la Cruz, es conocer y saber algo en relación con la famosa leyenda de El Árbol de las Espinas.

Todo nace recordando que los Frailes franciscanos eran misioneros y evangelizaban principalmente a los indígenas de la región.

Como misioneros tenían que viajar mucho en distancias extremadamente largas, siendo uno de ellos, conocido como Fray Antonio de Margil, quien lo hacía con mayor dedicación y empeño, desde su juventud hasta llegar a su vejez.

Por su edad, a Fray Antonio, cada vez se le dificultaba más caminar y desplazarse hasta que un día, estando extenuado por su peregrinar, llevando consigo un bastón, clavo el mismo en una parcela, y se dispuso a descansar a la sombra de un árbol.

Fray Antonio se quedó dormido, pero cuando despertó se dio cuenta que de su bastón brotaba un retoño desconocido para él. De ese retoño emanaban espinas en forma de cruz, que se parecían a las espinas que llevaba Jesús cuando fue crucificado.

Desde entonces en el convento existe un pequeño jardín donde se producen estas espinas en forma de cruz, habiendo una temporada especial para poder cortarlas, para que éstas conserven su estructura natural. Esta área está cercada y sólo quien cuida ese jardín puede acceder a conservarlas y cortarlas.

Quiero comentar que ya ha habido personas que han querido producir espinas, como las que tiene el árbol original. Se han querido hacer réplicas e imitarlas, produciéndolas para hacer negocio ilegal con ellas. Se han querido aprovechar de la gente vendiéndolas como si fueran originales, siendo copias de las mismas.

Esto llamó mi atención, al grado que pregunté cómo reconocían las del templo con las espinas piratas. Me explicaron que las originales están completamente derechas y alineadas simétricamente, mientras que las piratas no están alineadas, ya que la parte de arriba no coindice con la parte de abajo, no estando en línea recta. Eso no lo había notado, hasta que me lo explicaron y me dieron a analizar, así que hay que tener cuidado para saber lo que estamos adquiriendo, ya sea para nosotros o para tráelas como presente a nuestros familiares o amistades.

Si deciden salir unos días de descanso, y si dentro de sus planes está el conocer la ciudad de Querétaro, no dejen de visitar el Tempo de la Santa Cruz y escuchar las historias fascinantes que de él debemos saber, sin dejar de estar atentos a la leyenda de las espinas en forma de cruz.

Mis estimados lectores, el Señor les dé su paz.


EL TEMPLO DE LA SANTA CRUZ

Por: Armando Hernández Origel


Ya comenzaron las “vacaciones” para todos los alumnos de los diferentes niveles educativos, no así para el personal que trabaja en las secretarías de educación de los distintos estados de nuestra República Mexicana, y de las instituciones que pertenecen a la Secretaría de Educación Pública a nivel federal, puesto que el calendario escolar no marca los últimos días del mes de julio y los primeros de agosto como vacaciones, sino como periodo de receso escolar, en el entendido que si las autoridades educativas requieren que determinado personal pueda ser llamado para cierto tipo de actividades, éste, sean docentes o administrativos, deben estar disponibles para acudir al llamado, como si en verdad los maestros no necesitasen descansar después de un arduo año de labores escolares.

Sólo quien ha estado al frente de un grupo, sea de preescolar o de universidad, sabe del estrés y la tensión en que se está colaborando en la formación de los educandos, y que eso desgasta mucho, no el trabajo físico de los maestros sino del trabajo mental e intelectual que esto conlleva. Las autoridades educativas se han olvidado de algo elemental: “EL DESCANSAR TAMBIÉN ES PREPARARSE”.

Sea por un lado o por el otro, me he atrevido a pensar que muchos quizá quieran darse unos días de descanso, y no hablo de que tengan forzosamente que quedarse en Irapuato, sino que puedan dar un paseo turístico a alguna ciudad cercana para que salgan de la rutina, convivan en familia y conozcan un poco más de nuestro país. Sobre todo, teniendo tan cerca lugares culturales con diversos atractivos turísticos, que nos harán pasar unos días confortables y de recuperación.

Muchas veces pensamos que los lugares que uno ya conoce, también, la mayoría de las personas, las deben haber conocido, pero después nos damos cuenta que no es así. Lo he constatado personalmente, simplemente con una visita que hemos hecho durante años a la Montaña de Cristo Rey.

Pensamos que ya todos conocen el Cerro del Cubilete, pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando muchos de los jóvenes con los que hemos hecho la visita, resulta que es la primera ocasión que acuden a tan esplendoroso lugar. Están tan cerca y no lo conocían.

Espero que quienes están decidiendo a donde irse a pasear o a descansar, no dejen de pensar en visitar nuestro estado, o puedan a su vez visitar otro que limita con el nuestro, como es el caso del Estado de Querétaro. Está en auto a hora y medio de camino, de forma concreta la hermosa ciudad de Querétaro.

Un lugar con mucha historia y lleno de tradiciones, cultura, esparcimiento, y con gran sentido nacionalista, ya que ha sido un baluarte en la historia de nuestro México. Créanme que no bastaría un día, dos o tres para conocerlo todo a detalle, pero lo que sí creo es que como familia nos podríamos organizar para que en uno o dos días visitáramos los lugares históricos y estratégicos de tan peculiar ciudad.

Ojalá y decidan, quienes estando de vacaciones o de receso de clase, poder programar la visita a Querétaro y puedan darse una vueltecita al Templo de la Cruz, donde se encuentra el Árbol de Espinas, ya que son una estupenda oportunidad de conocer cómo fue que se fundó la ciudad de Querétaro.

Les he de comentar, que, aunque conozco bien la ciudad de Querétaro, cada que vamos, tenemos por costumbre asistir al Templo de la Cruz, y aunque ya conocemos su historia, no dudamos en cooperar para que nos vuelvan a conducir, para reencontrarnos con tan hermoso, atractivo y enigmático lugar.

Hasta donde recuerdo nos han comentado que el Templo de la Cruz tiene mucho que ver con la historia antigua y presente de la ciudad de Querétaro. Dicho templo está a cargo de los Frailes Franciscanos.

La historia nos ubica en el Siglo XVI, donde primeramente se construyó un templo pequeño, llamado el Calvarito; posteriormente se dio paso a la nueva construcción, del actual Templo de la Cruz.

Así como nosotros tenemos al Templo del Hospitalito como primer templo construido en Irapuato, así ha pasado con el Templo del Calvarito, porque la historia queretana menciona que fue el primer templo construido en la ciudad de Querétaro, habiendo quien dice que no sólo es el primer templo construido en Querétaro, sino que es el primero construido en territorio queretano.

El Calvarito se construyó en el Siglo XVI, y el Templo de la Cruz en el Siglo XVII, el cual contaba también con un convento a un lado. Toda la construcción es de cantera rosa, con un estilo barroco y neoclásico.

Si por su parte externa el templo y el convento llaman la atención, quienes hemos ido nos hemos quedado maravillados por su interior, mismo que encierra historia y realidades de la formación religiosa que han tenido por siglos los Frailes Franciscanos, siendo este centro religioso parte esencial para la congregación en toda América.

Hubo frailes dedicados al análisis de las realidades de los pueblos indígenas de la región, quienes investigaban cómo vivían dichos nativos, y buscaban formas de sacarlos de la miseria en que estaban. Uno de ellos que la historia queretana menciona es a Fray Junípero Serra, del cual se encuentra una estatua en su explanada principal.

Dos hechos históricos que resaltan los guías turísticos que nos acompañan en el recorrido, es cuando en dicho convento queda preso el Corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, esposo de Doña Josefa Ortiz de Domínguez, cuando se gestaba la lucha de independencia.

Se nos cuenta también que el convento sirvió, por su lugar estratégico, como centro de operaciones de Don Agustín de Iturbide, ya que como estaba en cerro, desde ese lugar Iturbide tenía todo el panorama para el control de sus actividades.

En la época de la Reforma, nos contaba el historiador y guía que nos atendía, el convento fue lugar de hospedaje de Maximiliano de Hasburgo, quien era Emperador de nuestro país, pero que después su propia habitación fue usada como celda, cuando Don Benito Juárez lo mandó capturar. Don Maximiliano fue llevado de dicho convento al Cerro de las Campanas donde sería fusilado. En el convento hay vestigios de los muebles y aditamentos que usaba Maximiliano.

Parte importante y central de la visita al Templo de la Cruz, es conocer y saber algo en relación con la famosa leyenda de El Árbol de las Espinas.

Todo nace recordando que los Frailes franciscanos eran misioneros y evangelizaban principalmente a los indígenas de la región.

Como misioneros tenían que viajar mucho en distancias extremadamente largas, siendo uno de ellos, conocido como Fray Antonio de Margil, quien lo hacía con mayor dedicación y empeño, desde su juventud hasta llegar a su vejez.

Por su edad, a Fray Antonio, cada vez se le dificultaba más caminar y desplazarse hasta que un día, estando extenuado por su peregrinar, llevando consigo un bastón, clavo el mismo en una parcela, y se dispuso a descansar a la sombra de un árbol.

Fray Antonio se quedó dormido, pero cuando despertó se dio cuenta que de su bastón brotaba un retoño desconocido para él. De ese retoño emanaban espinas en forma de cruz, que se parecían a las espinas que llevaba Jesús cuando fue crucificado.

Desde entonces en el convento existe un pequeño jardín donde se producen estas espinas en forma de cruz, habiendo una temporada especial para poder cortarlas, para que éstas conserven su estructura natural. Esta área está cercada y sólo quien cuida ese jardín puede acceder a conservarlas y cortarlas.

Quiero comentar que ya ha habido personas que han querido producir espinas, como las que tiene el árbol original. Se han querido hacer réplicas e imitarlas, produciéndolas para hacer negocio ilegal con ellas. Se han querido aprovechar de la gente vendiéndolas como si fueran originales, siendo copias de las mismas.

Esto llamó mi atención, al grado que pregunté cómo reconocían las del templo con las espinas piratas. Me explicaron que las originales están completamente derechas y alineadas simétricamente, mientras que las piratas no están alineadas, ya que la parte de arriba no coindice con la parte de abajo, no estando en línea recta. Eso no lo había notado, hasta que me lo explicaron y me dieron a analizar, así que hay que tener cuidado para saber lo que estamos adquiriendo, ya sea para nosotros o para tráelas como presente a nuestros familiares o amistades.

Si deciden salir unos días de descanso, y si dentro de sus planes está el conocer la ciudad de Querétaro, no dejen de visitar el Tempo de la Santa Cruz y escuchar las historias fascinantes que de él debemos saber, sin dejar de estar atentos a la leyenda de las espinas en forma de cruz.

Mis estimados lectores, el Señor les dé su paz.


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