/ viernes 21 de octubre de 2022

Reflejos de Sol | Guanajuato, paraíso

El estado de Guanajuato es un paraíso. Por eso, según el Observatorio Turístico del Estado de Guanajuato (que, por cierto, ya cumplió 10 años) en 2019, 2 millones 162 mil 671 personas extranjeras visitaron el estado. Obviamente, durante la pandemia vino una reducción drástica del turismo extranjero. En 2020, 180 mil 448 personas visitaron el estado pero para 2021, esa cifra ya ascendió casi a los 320 mil visitantes.


Por eso, porque Guanajuato es un paraíso turístico, tiene 2 Ciudades Patrimonio de la Humanidad: Guanajuato capital y San Miguel de Allende y 6 Pueblos Mágicos: Mineral de Pozos, Dolores Hidalgo, Jalpa de Cánovas, Yuriria, Salvatierra y Comonfort.

Guanajuato tiene también 5 Zonas Arqueológicas y, a decir de la oficina encabezada por el secretario de Turismo Juan José Álvarez Brunel, existe una diversidad de experiencias turísticas basadas en 9 segmentos: romance, cultura, gastronomía, enoturismo, destilados, naturaleza y aventura, reuniones, wellness y deportivo.

Una de ellas es el turismo de negocios, en el que León tiene un papel destacado a nivel nacional y hoy mismo se desarrolla ya la edición 60 de ANPIC, la feria más importante de proveeduría de la industria de la piel y el calzado en América latina. Y hablando de aniversarios, el Cervantino este año celebra su edición de oro y decenas de miles de turistas nacionales y extranjeros llenan ya las plazuelas y callejones de la capital guanajuatense.

VERGÜENZA DEBERÍA DE DARLE


Por todo lo anterior, debería darle vergüenza al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, afirmar que “Guanajuato, Jalisco, Michoacán están hoy convertidos en el paraíso de la incidencia delictiva”. Y no conforme con eso, inmediatamente afirmó “es nuestro compromiso que esto no siga sucediendo y ayudar a los gobiernos de esos estados a reducir los índices delictivos”.


¿Y sabe por qué se aventó a decir eso? Porque, dijo, “hay falta de apoyo de algunos gobernadores para que los congresos de sus estados aprueben la reforma que extiende a 2028 el plazo para que las fuerzas armadas puedan realizar labores de seguridad”.

Vamos por partes. En primer lugar, es lamentable que el propio secretario de Gobernación destaque la delincuencia cuando el gobierno federal no está trabajando al parejo del estado de Guanajuato en el combate a la delincuencia. Hay coordinación, sí, pero hace mucha falta que las instancias federales colaboren, como lo dijo recientemente la secretaria de Gobierno, Libia Denisse García Muñoz Ledo, con un trabajo de inteligencia, es decir, de prevención del delito.

Las instituciones federales son las que deberían tener claro el flujo de los negocios ilícitos en las regiones y coordinar a los gobiernos estatales para prevenir el tráfico de drogas y el consumo entre la población. No basta con enviar más y más efectivos de la Guardia Nacional.

Asimismo, son federales las instituciones que tienen las atribuciones para detener el flujo financiero de quienes tienen actividades ilícitas. En una frase, habría que decirle al presidente López Obrador que, en lugar de seguir reclutando soldados y comprando armas, invierta en conocimiento y preparación de quienes sean capaces de prevenir el delito y no solamente lucir sus vehículos blindados y uniformes nuevecitos.

SOBERANÍA LEGISLATIVA

Y lo otro que es imperdonable, es que el mismísimo secretario de Gobernación haga la relación “falta de apoyo del gobernador-falta de voto al Congreso para que las Fuerzas Armadas estén en la calle hasta 2028”. La declaración del secretario es una falta de respeto a la soberanía de los Congresos locales. Sobre todo que, en Guanajuato, las autoridades no han hecho otra cosa que colaborar con el Ejército y la Guardia Nacional en todo momento.

Adán Augusto anda por los congresos del país hablando mal de las policías municipales de Guanajuato. Ayer lo hizo en Tlaxcala. A ver si viene acá para que, con números, los diputados le expliquen cómo está la cosa, y a ver si así se lo cuenta al General Secretario, quien ya es el que manda en todas las fuerzas castrenses y la Guardia Nacional.

El estado de Guanajuato es un paraíso. Por eso, según el Observatorio Turístico del Estado de Guanajuato (que, por cierto, ya cumplió 10 años) en 2019, 2 millones 162 mil 671 personas extranjeras visitaron el estado. Obviamente, durante la pandemia vino una reducción drástica del turismo extranjero. En 2020, 180 mil 448 personas visitaron el estado pero para 2021, esa cifra ya ascendió casi a los 320 mil visitantes.


Por eso, porque Guanajuato es un paraíso turístico, tiene 2 Ciudades Patrimonio de la Humanidad: Guanajuato capital y San Miguel de Allende y 6 Pueblos Mágicos: Mineral de Pozos, Dolores Hidalgo, Jalpa de Cánovas, Yuriria, Salvatierra y Comonfort.

Guanajuato tiene también 5 Zonas Arqueológicas y, a decir de la oficina encabezada por el secretario de Turismo Juan José Álvarez Brunel, existe una diversidad de experiencias turísticas basadas en 9 segmentos: romance, cultura, gastronomía, enoturismo, destilados, naturaleza y aventura, reuniones, wellness y deportivo.

Una de ellas es el turismo de negocios, en el que León tiene un papel destacado a nivel nacional y hoy mismo se desarrolla ya la edición 60 de ANPIC, la feria más importante de proveeduría de la industria de la piel y el calzado en América latina. Y hablando de aniversarios, el Cervantino este año celebra su edición de oro y decenas de miles de turistas nacionales y extranjeros llenan ya las plazuelas y callejones de la capital guanajuatense.

VERGÜENZA DEBERÍA DE DARLE


Por todo lo anterior, debería darle vergüenza al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, afirmar que “Guanajuato, Jalisco, Michoacán están hoy convertidos en el paraíso de la incidencia delictiva”. Y no conforme con eso, inmediatamente afirmó “es nuestro compromiso que esto no siga sucediendo y ayudar a los gobiernos de esos estados a reducir los índices delictivos”.


¿Y sabe por qué se aventó a decir eso? Porque, dijo, “hay falta de apoyo de algunos gobernadores para que los congresos de sus estados aprueben la reforma que extiende a 2028 el plazo para que las fuerzas armadas puedan realizar labores de seguridad”.

Vamos por partes. En primer lugar, es lamentable que el propio secretario de Gobernación destaque la delincuencia cuando el gobierno federal no está trabajando al parejo del estado de Guanajuato en el combate a la delincuencia. Hay coordinación, sí, pero hace mucha falta que las instancias federales colaboren, como lo dijo recientemente la secretaria de Gobierno, Libia Denisse García Muñoz Ledo, con un trabajo de inteligencia, es decir, de prevención del delito.

Las instituciones federales son las que deberían tener claro el flujo de los negocios ilícitos en las regiones y coordinar a los gobiernos estatales para prevenir el tráfico de drogas y el consumo entre la población. No basta con enviar más y más efectivos de la Guardia Nacional.

Asimismo, son federales las instituciones que tienen las atribuciones para detener el flujo financiero de quienes tienen actividades ilícitas. En una frase, habría que decirle al presidente López Obrador que, en lugar de seguir reclutando soldados y comprando armas, invierta en conocimiento y preparación de quienes sean capaces de prevenir el delito y no solamente lucir sus vehículos blindados y uniformes nuevecitos.

SOBERANÍA LEGISLATIVA

Y lo otro que es imperdonable, es que el mismísimo secretario de Gobernación haga la relación “falta de apoyo del gobernador-falta de voto al Congreso para que las Fuerzas Armadas estén en la calle hasta 2028”. La declaración del secretario es una falta de respeto a la soberanía de los Congresos locales. Sobre todo que, en Guanajuato, las autoridades no han hecho otra cosa que colaborar con el Ejército y la Guardia Nacional en todo momento.

Adán Augusto anda por los congresos del país hablando mal de las policías municipales de Guanajuato. Ayer lo hizo en Tlaxcala. A ver si viene acá para que, con números, los diputados le expliquen cómo está la cosa, y a ver si así se lo cuenta al General Secretario, quien ya es el que manda en todas las fuerzas castrenses y la Guardia Nacional.