SABINAS. La tarde de ayer, ocho elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y un minero voluntario ingresaron al pozo de carbón, en Sabinas, Coahuila, para preparar los trabajos de rescate de los 10 mineros que quedaron atrapados desde hace una semana.
El ingreso de los militares se dio después de que un buzo de la Sedena hiciera un primer reconocimiento para ver las condiciones de visibilidad y acceso en el pozo número 3.
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Aunque hasta la tarde de ayer no se dio a conocer información oficial, trascendió que los militares y el minero realizaron labores para retirar escombro y lo que pueda dificultar la entrada a la mina del grupo de rescate.
El primero en ingresar fue el trabajador voluntario y le siguieron los ocho soldados. La labor del buzo consistió en verificar las condiciones que prevalecen al interior del pozo, el cual está inundado.
Previo a la entrada de los militares al pozo, Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, informó durante la conferencia mañanera del Presidente de la República que estaban a horas de lograr el rescate de los 10 mineros atrapados, pues los niveles de agua dentro del pozo eran óptimos y no se veía ningún problema para que los rescatistas ingresaran.
Durante la madrugada del miércoles comenzaron los trabajos de apertura de un nuevo pozo para desaguar más rápido las zonas de El Pinabete que mantienen un nivel de inundación y que son las que impiden el ingreso de los rescatistas.
Con más cautela que entusiasmo, familiares de los 10 obreros atrapados aguardaban la entrada de socorristas para devolverlos a la superficie.
“Todos los rescatistas están con el equipo para poder ingresar en cualquier momento el día de hoy (ayer)”, dijo Laura Velázquez.
“Esperemos que ahora sí sea cierto. Todos los días dicen lo mismo”, expresó escéptico Juan Orlando Mireles, quien junto a dos hermanos espera el retorno con vida de José Luis, su padre.
Militares levantaron hace cinco días un cerco perimetral que mantiene apartados del área de rescate a periodistas, pero también a muchos parientes. Los teléfonos son la manera en que “los de afuera” pueden seguir estos informes que ocurren un par de veces al día.
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La mina tiene unos 60 metros de profundidad y está parcialmente llena de agua turbia y elementos sólidos que han impedido el ingreso de socorristas, según imágenes grabadas con un dron acuático y difundidas por Protección Civil.
El gobierno mexicano dijo que los mineros atrapados abrieron un boquete en una mina contigua que estaba inundada y provocaron que el agua se desbordara hacia el socavón donde maniobraban. Con información de AFP
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