Rafael es afilador por herencia. De su hermana aprendió el oficio y lo ha convertido en un arte por la destreza y habilidad con la que trabaja. Sin embargo el poderoso ”filo” del Covid-19 le ha cortado la clientela, pero sigue firme en su tarea.
Afilador de cuchillos y tijeras desde la edad de los 15 años, Rafael aprendió esta actividad en el Distrito Federal, ahora Ciudad de México junto con sus sobrinos y una hermana mayor que él que ya se dedicaban a este negocio.
Actualmente con 52 años de edad, y luego de volver en el año 2016 a esta ciudad no ha dejado de afilar cuchillos circulando en su bicicleta que usa además como herramienta y anunciándose a su clientela con su inseparable silbato.
“Aprendimos en México. Me fui a México desde los 15 años” y allá estuvo siempre trabajando de afilador. Agarramos este oficio, es muy bueno este oficio”, dice al sostener que le ha dado, aun en tiempos de emergencia sanitaria, para salir adelante con su esposa y seis hijos.
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Rafael vive ahora en la colonia Gervasio Mendoza de este municipio y diariamente sale a las calles desde temprano, a buscar las oportunidades que le da la vida.
Afirma el afilador que lo que los distingue (en este oficio) es el “corazón” de los afiladores que es su silbato, dice mientras saca el instrumento viento.
El prpío Rafael armó su bicicleta afilafdora. “Cuando empece lo copie, le adapté la piedra y ya la va uno perfeccionando” de acuerdo a las necesidades.
“Ya hay pocos (afiladores) en la ciudad. Aquí en Valle anda otro muchacho que quiso aprender, pero el va por su cuenta. Nomás me copio el sistema”, dice ufano de ser el afilador más antiguo de la ciudad.
Peso a la contingencia sanitaria por el coronavirus sigue afilando cuchillos, machetes y tijeras, cobrando desde 10, 20, 30 y hasta 40 pesos según el tamaño del utensilio.
Aunque la crisis generada por la emergencia sanitaria del Covid-19 pegó en todos los sectores, dice, a él el filoso coronavirus no le alcanzó a cortar las ganas de salir adelante. “Los ingresos bajaron hasta un 20%, pero no tanto como a otros negocios”, por lo que llegó a tener un ingreso diario hasta de 300 pesos.