Miguel Granados Baeza, presidente de la Asociación Valle del Lerma, señaló que Salamanca tiene la necesidad de que exista vigilancia permanente en las aguas del río Lerma, debido a que el cauce arrastra una gran concentración de contaminantes y se mantiene vigente el riesgo de envenenamiento porque el agua se utiliza para regar tierras de cultivo.
“Si vamos a esperar otra vez a que haya mortandad de peces, vamos a esperar otra vez que se sigan juntando todos los elementos negativos que tiran las empresas (…) que no se nos olvide que el río Lerma trae sustancias muy tóxicas y que sacamos agua dl río Lerma para regar las plantas d cultivo”…
Explicó que en las inmediaciones del Lerma se cultivan hortalizas, maíz, trigo y otros productos agrícolas que al ser regados o estar en contacto con agua contaminada genéticamente registran alteraciones que al corto plazo y también a futuro pueden generar afectaciones a la salud, sin embargo, en estos momentos es difícil saber la magnitud del problema porque no se han llevado a cabo los estudios necesarios.
Granados Baeza, recordó que se ha levantado la voz para informar sobre la necesidad de regenerar las aguas del río Lerma e incluso hay estudios, planes y proyectos enfocados en atender dicha situación, sin embargo, no han encontrado el respaldo oficial que se necesitan por parte de las instancias correspondientes.
El ambientalistas, mencionó que tras la última denuncia que se presentó por la contaminación del río Lerma, el entonces delegado de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en Guanajuato, Humberto Navarro de Alba, dio a conocer que se contaba con equipo de alta tecnología que permitía detectar casi de forma inmediata los contaminantes que estaban presentes en el agua, se hicieron estudios, pero nunca se informó sobre los resultados y el saneamiento del río Lerma volvió a quedar en el olvido.