FELICES
Hasta los que no simpatizan con el PRI se mostraron felices por la amarga y dolorosa derrota que en Coahuila e Hidalgo propinaron al Movimiento de Regeneración Nacional (morena) en las elecciones del domingo. Esos resultados -hoy se llevarán a cabo los cómputos oficiales en aquellas entidades- han sido un parámetro del descontento que priva entre la inmensa mayoría de los mexicanos contra el gobierno federal.
REPUDIO
Ahora a muchos ciudadanos da igual si ganan, en comicios futuros, el PAN, el PRI, el PRD o Movimiento Ciudadano; dicen que prefieren a esos partidos que al que actualmente está en la presidencia de la República que tiene al país hundido en una cadena de errores y de ineptitudes, pero también de autoritarismo y de polarización. Consideran que no se debe cantar victoria antes de tiempo, es decir, antes de las elecciones del 2021 que serán, dicen, decisivas, pero las del domingo pasado sí han sido una especie de termómetro.
ALIANZAS
Precisamente para poder hacer frente al régimen de la “cuarta transformación” y para que en los comicios del año entrante no vaya a haber desagradables sorpresas, informan que ya hay conversaciones entre la oposición para ir en alianza y arrebatarle la mayoría en San Lázaro al movimiento guinda, a fin de tener un contrapeso efectivo con el ejecutivo toda vez que hasta seis de los once ministros de la Suprema Corte, han asumido una actitud entreguista, de sumisión, al caudillo tabasqueño.
DERROTA
Por cierto, días antes de los comicios en aquellas entidades, Mario Delgado, aspirante a dirigir morena, había señalado que “la oposición está en la lona y no tiene propuesta”. Previamente, en Palacio Nacional se dijo que la oposición está “moralmente derrotada”. Ya vimos que no. ¿Quién son ahora los moralmente derrotados? Por eso no conviene abrir la boca, no ser soberbios, ni asumir actitudes triunfalistas.
ARREPENTIDOS
Por cierto, han de estar arrepentidos todos aquellos tránsfugas que desertaron de las filas de sus respectivos partidos para unirse a morena con la idea de que iban a seguir chapulineando de manera vitalicia; y aquellos que apenas irán en pos de una oportunidad, una candidatura, deben ir pensando en no tirar su dinero en vano porque el “efecto Obrador” se ha diluido por completo.
FELICITADA
Contra lo que pudiera esperarse, la regidora exindependiente del ayuntamiento de Irapuato, Dulce Gallardo, ha recibido el respaldo de la sociedad irapuatense por haberse decidido a salir del limbo y sumarse a las filas de Acción Nacional. Richo Castro, sin embargo, está muy dolido y ha expresado su amargura, resentimiento y frustración y, al estilo López Obrador, está exigiendo que Dulce ¡se disculpe! Y que renuncie a la regiduría. Ignora o se le olvida que los cargos de elección popular son irrenunciables. Nadie sabe para quién trabaja.
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