A lo largo de la pandemia los aseadores de calzado han presentado un decremento de 60% en la clientela a la que prestan su servicio y que se ha agudizado con la llegada del calzado chino.
Los boleros esperaban un ligero repunte desde noviembre con el comienzo del Buen Fin y la temporada decembrina tal como sucedía en años anteriores, sin embargo, la pandemia y la inseguridad mermaron sus esperanzas.
La mayoría de los ingresos de los aseadores de calzado provenía de los pensionados, pero al formar parte del sector vulnerable muchos de ellos se encuentran en resguardo, provocando una gran desventaja económica para los boleros frente al panorama de covid-19 y la competencia que existe con la industria del calzado chino, lo que ha generado una crisis para este sector.
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“Somos 28 aseadores de calzado, pero ahorita mis compañeros mejor salen a buscar otras alternativas de trabajo, porque esto (boleada) está muy caído ahorita dependemos mucho de la confianza que vuelva agarrar la gente de venir, pero con el semáforo en rojo se ve complicado porque la gente comienza a tener miedo”, dijo Pedro, aseador de calzado.
Al haber regresado a semanero rojo a nivel estatal, los boleros se mantienen a la espera de las indicaciones que les brinden las autoridades, pero confían en que no los volverán a mover del jardín principal como sucedió durante el primer semestre del año.