Con una misa de cuerpo presente oficiada por el obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, fue despedido el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías con la asistencia de algunos de sus hijos y sus familias.
La ceremonia religiosa, realizada al filo de las 13:00 horas en la Ciudad de los Niños, ubicada en la comunidad de Mancera, transmitida a través de las redes sociales para todos los feligreses y gente que empatizaba con la labor social y altruista del sacerdote.
Durante el mensaje del obispo hacia los familiares e hijos del padre Pedro, reconoció el gran legado dejado por el sacerdote al haber ayudado a miles de niños y darles un hogar convirtiéndolos en “un gran fruto”.
Recordó además el prelado las grandes hazañas que realizó el sacerdote durante su vida eclesiástica.
Dijo que la Ciudad de los Niños era un sueño del sacerdote y que lo seguirán cumpliendo, ya que cumple con los preceptos de brindar hogar a quienes más lo necesitan y es un símbolo de que nadie debe ser excluido.
“Siempre la muerte nos trae una serie de consideraciones que nos hacen mirar a los más profundo de nuestro corazón y descubrir qué hay en nosotros y qué hay de los demás”, expresó.
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El sacerdote perdió la vida a causa de un infarto fulminante el pasado miércoles 25 de noviembre y fue despedido entre lágrimas, cantos, una ceremonia limitada por las restricciones generadas de la pandemia sanitaria.