Dan último adiós a víctimas de ataque armado en Comunidad de Barrón en Salamanca

Miedo, tristeza, desolación, coraje son los sentimientos que envuelven a la comunidad de Barrón, que con lágrimas en los ojos despidieron a Juana y a los cinco jóvenes que tenían un futuro prometedor y que les fue truncado por hombres armados.

Cabizbajos y con los ojos llenos de lágrimas, fue así como los familiares, amigos, compañeros y vecinos en punto de las 12:00 horas del día se dieron cita en la capilla de Santiago Apóstol para despedir a Juana, Estephania, Eleuterio y Pamela Rubí.

Previo a esta celebración de la misa, los cuerpos de José Guadalupe y Guadalupe, de 18 y 17 años, respectivamente, fueron sepultados y despedidos por sus familiares, en uno de los acontecimientos más lamentables en la historia de Barrón.

Y es que Estephania, Eleuterio, Pamela Rubí, Guadalupe y José Guadalupe el pasado domingo se habían reunido para celebrar su triunfo que habían obtenido en el concurso de robótica, con el cual llenaron de orgullo a la comunidad de Barrón; por su parte Juana, de 65 años, disfrutaba de su familia, como lo hacía cada domingo como la gran madre que fue, sin imaginar que al día siguiente sus vidas serían arrebatadas de la manera más cruel y trágica que pudiera existir.

En medio de los rostros de cansancio y desolación apareció la nueva cara de la comunidad de Barrón, pues sus habitantes observaban el suelo y en su cabeza se reproducían las imágenes del pasado lunes, en el que todo parecía normal, pero que de un momento a otro se transformó en el más espantoso.

Hoy sus compañeros y compañeras, recuerdan a Estephania, Eleuterio, Pamela Rubí, Guadalupe y José Guadalupe como jóvenes alegres, honestos, con ganas de comerse al mundo y salir adelante como aquellos campeones que lo dieron todo para poner en alto el nombre de su municipio y su localidad.

“Eran buenas personas, muy desmadrocillos, como todos, pero buenos estudiantes, llenos de ganas por salir adelante”, comentaron sus compañeros

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A cuatro días de la masacre, las marcas de aquella trágica escena que interrumpió la aparente calma de la que los habitantes gozaban siguen presentes sobre las banquetas de la comunidad, lugar donde yacen flores como representación de aquel último instante donde vieron a sus familiares.

La tarde del jueves entre lágrimas y flores, los seis féretros partieron rumbo al descanso eterno y en donde la única esperanza es que este sea el último hecho de inseguridad que deja familias incompletas.

El ataque armado en la comunidad de Barrón nuevamente laceró a la ciudadanía salmantina, que una vez más se convirtió en presa de la inseguridad y se volvió noticia nacional con la muerte de seis personas, por lo que se suma a hechos como el del restaurante- bar Barra 1604, al bar La Típica y el asesinato de elementos de seguridad en 2018, que son manchas imborrables que quedarán en la memoria de los salmantinos.

La despedida de las seis personas que perdieron la vida, se llevó acabo en un contexto de pánico y temor, pero con mucha vigilancia por parte de elementos de seguridad donde se llevó la misa.

Local

Los ecos de Barrón, una comunidad en luto