María del Refugio Flores Prieto, “Cuquita”, quien tiene 88 años de edad y quien a pesar de la difícil situación que el Covid 19 ha planteado para los adultos mayores, sigue adelante con la venta de gorditas, negocio que tiene desde hace 25 años.
“Cuquita”, como la gente la llama, se levanta cada día a las cinco de la mañana. “Todos los días pongo mi maíz, hago mis guisos, chile verde, negro y chicharrón, las gorditas las hago a mano y de maíz natural”.
Esta actividad la realiza gracias a la ayuda de su hijo, quien vive con ella y le ayuda a “surtir el mandado”, a llevar su maíz al molino y a limpiar su negocio.
“Me gusta lo que hago. Tengo 25 años vendiendo gorditas yo no descanso para nada. No me gusta descansar, ni estar encerrada”, dice desafiando la cuarentena.
Pese a la condición vulnerable en la que se encuentran los adultos mayores por el Covid-19, “Cuquita” ve la vida con optimismo. “Yo estoy aquí haber que Dios dice, yo le echo ganas y sigo normal. Ha pasado muy poca gente, a veces vendo una o dos gorditas por que las mujeres no pasan no quieren salir”.
Ante las adversidades propias de la edad, “Cuquita” dice mitigarlas con un Paracetamol y una Coca. “Tengo molestias en una rodilla, una vez me caí y se me salió el líquido y por eso me duele, pero con un Paracetamol y con una Coca se calma mi dolencia y sigo adelante”.
La venta de gorditas es el sustento para ella y su esposo, por esto invita a las personas a que pasen a comprarle.
“Prueben el chile negro está muy rico aquí los espero a todos los que quieran comer”, dice haciéndole promoción al negocio.