/ sábado 26 de diciembre de 2020

[VIDEO] “Panchillo” Arredondo, “El Chaparrito de Oro” Salmantino que hizo vibrar al Pachuca

En juegos amistosos enfrentó al Botafogo, Manchester United y Tottenham

En la década de los 60 del siglo pasado, Francisco “Panchillo” Arredondo Rangel, “El Chaparrito de Oro” Salmantino escribió con letras de oro su nombre en la historia del deporte guanajuatense y del futbol salmantino al dejar huella en varios equipos como jugador profesional e incluso a nivel de selección nacional.

Como jugador profesional anotó el gol que amarró el primer ascenso de los Tuzos al máximo circuito del balompié mexicano, se cuelga medalla de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico, campeón y goleador en preolímpico rumbo a Juegos Olímpicos de Japón, tricampeón y mejor jugador de la Copa Kenedy de Estados Unidos; además de ascender con Zacatepec a Primera División y enfrentar en juegos amistosos a equipos como Botafogo de Brasil, Mánchester United y Tottenham de la Premier League de Inglaterrra. Además de su paso por el Club Toluca de Primera División donde fue catalogado por la directiva, prensa y gente como el “El Chaparrito de Oro” Salmantino.

#Deportes | Francisco “Panchillo” Arredondo Rangel, “El Chaparrito de Oro” Salmantino escribió con letras de oro su...

Publicada por El Sol de Salamanca en Sábado, 26 de diciembre de 2020

Sin duda, la vida futbolística, de “Panchillo” Arredondo es motivo de orgullo e identidad para el futbol de la localidad. A sus casi 80 años de edad y 48 años de haberse retirado del futbol profesional, “El Chaparrito de Oro” Salmantino recuerda con agrado y emoción los momentos de gloria que vivió con diversos equipos profesionales e incluso con selección nacional, así como la decisión que le llevó a dejar el futbol profesional con 31 años de edad y de la cual ahora se arrepiente.

“El Chaparrito de Oro” Salmantino nació en la calle Monterrey número 202 de Salamanca, Guanajuato en el año de 1941, hijo de “Don Pancho”, conocido sastre en aquel entonces.

Al respecto “Panchillo” Arredondo comenta, “mi nombre es Francisco Arredondo Rangel, porque también tuve mamá, no soy de probeta. Desde pequeño empecé a practicar este deporte sin saber que era futbol, mi mamá me contó que una vez mi padre se accidentó y mientras le operaban en Irapuato, agarré los limones y comencé a jugar con ellos como si fueran pelota, en ese entonces no tenía noción que era el fútbol, hasta ese momento no había visto jugar a alguien, tenía como cuatro o cinco años de edad”.

A ello agrega, “fue hasta los 10 años de edad que comencé a jugar futbol, ahí en la cuadra había un señor que se llamaba Inés Rico y él traía pelotas de trapo, juntaba como seis o siete niños y nos ponía a jugar en la calle (zic)”.

Así también empezó a escuchar sobre el futbol en la sastrería de su tío, “mi tío Esteban tenía una sastrería por el rumbo de la calle de Juárez. Casi esquina con Obregón. Ahí llegaba Jesús Martínez – el Palancón- y Juan González –el Cangrey-, todo un gran portero del legendario equipo de la Fortaleza, ellos fueron mi inspiración para comenzar a practicar el futbol”.

A la edad de 13 años, siendo alumno de la Escuela Federal “Miguel Hidalgo, se familiarizó en mayor medida con el futbol gracias al profesor Donaciano Lucero Ávila, entrenador del equipo infantil donde jugaba y organizador de campeonatos inter escolares en Salamanca.

“Ahí comencé a entrenar, el profesor nos reunía e íbamos a practicar al campo El Molinito, porque no había otro campo más, se juntaban a entrenar alrededor de 12 o 13 niños”, recuerda “Panchillo” Arredondo.

Una vez que comienza entrenar, le siguió el equipo Salamanca de la zona centro, “ya había segunda división, pero veía que no se completaban en el interescuadras de los jueves, yo tenía como 14 años de edad, entonces me metía a entrenar con los grandes, ya eran jugadores de edad, me admitían en los interescuadras para completar el equipo que servía de sparring, además de tocar bien la pelota, ya había sido campeón goleador y por equipo de la liga infantil que organizaba el profesor Lucero y la maestra Raquel Contreras Cachú”.

En aquel entonces el entrenador del equipo Salamanca de Segunda División era el argentino Juan José “el che” Sosa, “el me metió a los interescuadras y me debuta de visita a la edad de 17 años de edad en la temporada 1958 – 1959 contra gallos Blancos de Querétaro, quedando el marcador empatado a dos”.

Enfatizó, “para ser registrado con el equipo pasaron tres años, mientras tanto participaba en el campeonato de la zona centro, encontrándose al frente del equipo 100% salmantino, los hermanos Vidal. Este equipo servía de sparring al conjunto de Segunda División, ahí me fueron viendo hasta que me acomodaron como reserva del Salamanca, no me pagaban, pero iba con todo el entusiasmo de jugar, siempre jugué como extremo izquierdo natural, aunque con el tiempo también jugué como extremo derecho porque era ambidiestro, es decir, le podía pegar bien a la pelota con las dos piernas (zic)”.

Con el equipo Salamanca estuvo de 1958 a 1961, teniendo como compañeros a jugadores como Chava Negrete, Luis Batalla, Blas Cárdenas, Varela, el patrón Vidal, “el Pon” Martínez, por mencionar algunos.

La oportunidad de jugar en Pachuca surge para él al ser castigado el equipo por la Federación Mexicana, quedando fuera al igual que Irapuato y San Luis, “en ese entonces aquí estaba Manolo Alonso, Seleccionado Nacional de hijos españoles que vivía en Irapuato y último entrenador que tuve en Salamanca; él me recomendó a Pachuca de Segunda División”.

Con cierto dejo de nostalgia recuerda, “mi mamá no me quería dejar ir por qué ella creía que todos los jugadores profesionales tomaban, ella veía como jugadores de la zona centro y después del Salamanca se iban a la cantina de Cirilo Ornelas y de Ricardo; entonces ella le dijo a mi papá que me fuera a dejar con la condición me dieran trabajo para que no estuviera de ocioso y no me volviera borracho, ya estando allá mi papá expuso a la directiva la petición, gracias a ello también me dieron trabajo en una agencia de ventas de Don Germán Corona Rosas dueño del equipo”.

En el Club Pachuca jugó siete años, aunque al Club perteneció once años, de 1961 a 1972; estuvo a préstamo en el Toluca de Primera División, donde se ganó un lugar en la selección pre olímpica, “me tocó ganar el derecho de ir a Japón para los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, sin embargo, Don Corona Rosas pidió que regresara al Pachuca y se peleó con Don Nemesio Diez Riega quien por su parte quería me quedara en Toluca, a esa selección solo podían acudir jugadores de Primera División, yo tuve que regresar a Segunda División para la temporada 1964 – 1965 (zic)”.

En selección nacional de Segunda División de 1963 a 1965 ganó la Copa Kenedy de Estados Unidos que se jugaba en San Francisco, Los Ángeles, Tijuana y Vancouver, siendo considerado el mejor futbolista del certamen.

Dentro de la eliminatoria para Juegos Olímpicos, “El Chaparrito de Oro” Salmantino, catalogado así por Don Nemesio Diez por su estatura y buen juego, sobresalía entre jugadores con experiencia, “la gente me quiso mucho y me vitoreaba, por eso Don Nemesio Diez me puso el chaparro de oro salmantino, siempre qué ganábamos los partidos me decía mi chaparro de oro y me abrazaba adentro del campo, ya que bajaba de la tribuna, me alababa mucho e incluso así me comenzó a ubicar la afición y prensa. Con Toluca solo gané el campeonato de copa y metí alrededor de siete u ocho goles”.

Con Selección preolímpica estuvo bajo la batuta de don Ignacio Trelles, quien lo mantuvo toda la eliminatoria gracias a sus anotaciones, “la eliminatoria fue hasta marzo de 1964 y para mayo teníamos que estar en Japón, entonces en ese lapso regreso a Pachuca y cuando ya estaban por viajar Don Ignacio Trelles me manda decir que no había podido hacer nada por mí porque todos los delegados de los equipos de Primera División habían decidido que fueran puros jugadores de Primera División, al no estar yo con el Toluca no tenía derecho…, mi lugar fue ocupado por Aron Padilla quien no jugó un solo partido de la eliminatoria”.

En la eliminatoria “Panchillo” Arredondo fue uno de los goleadores de la selección nacional, “a todos los equipos les metíamos de cinco para arriba e incluso a San Vicente lo goleamos 11 – 0, ese día le metí dos goles (zic)”.

Ya de vuelta con Pachuca de Segunda División queda campeón de la temporada 1965 - 1966 y consigue el primer ascenso para los Tuzos al máximo circuito del futbol mexicano; en la final dio un partidazo, traía una gran confianza, en cuanto agarraba las pelotas hacia que la gente se levantara de sus asientos, el saldo final de la batalla por la Gloria, cuatro balones al poste y el gol con el cual él amarró el campeonato.

En ese sentido recuerda, “alrededor del minuto 43 del primer tiempo me dan el pase como para la línea de meta, casi a media área grande hago la finta que voy a tirar y con la facilidad que tenía de acomodar el balón con el pie izquierdo me la retraso un poco en diagonal, le hago la finta al portero quien se avienta hacia su mano izquierda y cuando ve que la pelota va al lado contrario intenta en el aire retorciéndose atajar la pelota, ya nada pudo hacer, ahí aseguramos el campeonato contra los Cuerudos de Ciudad Victoria, quedando el marcador 2 – 0 (zic)”.

La anotación, el campeonato y el ascenso conseguido fue una de las máximas alegrías en la vida deportiva para “Panchillo” Arredondo, el otro anotador de la final fue “el pollo” Castillo, ambos goleadores del Club.

Así también, con Pachuca de Segunda División, “El Chaparrito de oro” Salmantino estuvo cerca de quedar campeón de goleo al registrar 24 anotaciones, le ganó Carlos González del Atlas que en aquel entonces jugaba con Poza Rica, metió 26. Además con los Tuzos queda campeón de Copa Moctezuma y Jarrito.

Luego de ganar ascenso y campeonato con Pachuca, en el año de 1966, consigue la medalla de oro con selección nacional de segunda división en la décima edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe con sede Puerto Rico.

A lo largo de su trayectoria como Seleccionado Nacional, anotó alrededor de 70 goles; por temporada como jugador profesional llegó a registrar un promedio entre 16 y 20 anotaciones.

En 1969 el Club Pachuca lo presta al equipo Zacatepec de Segunda División, ahí bajo las órdenes de Ernesto Candia colaboró para que el equipo consiguiera el ascenso a Primera División.

Al respecto recuerda, “se armó un buen equipo, Zacatepec trajo a Candia que había subido al Madero, la idea era ascender al equipo, desde un inicio la directiva nos prometió premios en caso de salir campeones; en esta etapa me lesionan en un partido de interescuadras en una jugada de vacile, me tronaron el ligamento de la rodilla que une el peroné con la tibia, luego de ser operado reaparezco muy avanzada la temporada, empecé a alternar el puesto, finalmente quedamos campeones y ascendimos”.

Sin embargo, no todo fue “miel sobre ojuelas”, “la gente andaba muy molesta con la directiva porque no nos entregaban el premio, ocho días antes de arrancar la temporada nos mandan llamar al Coruco Díaz, ahí nos entregaron de premio lo que quisieron y no lo prometido, solo me tocaron 500 pesos de aquel entonces, los premios prometidos eran de 5 mil pesos para arriba, al que más le dieron fueron 2 mil 500 pesos”.

En víspera al arranque de la temporada, Ernesto Candia le llama e informa que ya no entró en planes, “en aquel entonces lo que menos daban a los que ascendían era un contrato por una temporada más; ya con todos los equipos armados busque varias opciones como ir al Tampico e incluso al Puebla de Pancho Gatica quien siendo entrenador del Atlas mostró interés en mí, sin embargo, me desesperé y me viene a Salamanca, días después me vino a buscar gente del Club Pachuca para decirme que volviera, de lo contrario no iba a poder jugar más futbol profesional, ya estando allá hablan con la directiva del equipo Ciudad Madero y me incorporo a ese equipo dos meses después que había comenzado la temporada, metí algunos goles; ya enfadado de casi no poder descansar -sino estaba con selección estaba con el club- y fatigado de viajar a lo largo de cada quince días por trece años decido retirarme en 1972, decisión de la cual ahora me arrepiento porque en ese momento tenía 31 años de edad, cuando aún podía haber seguido jugando, había condición física, buen toque y gran movilidad (zic)”.

Como jugador profesional, también tuvo oportunidad de jugar partidos amistosos contra equipos como Botafogo, Manchester United y Tottenham, el primero los disputó en el ocaso de su carrera con Puebla que lo invitó como refuerzo y los dos siguientes en juegos de preparación como parte de la Selección Nacional de Segunda División.

Para terminar recuerda con gran orgullo, “Con el equipo Puebla jugué en calidad de refuerzo contra Botafogo de Brasil el 2 de Febrero de 1965, este equipo traía puro jugador de la base que ganó posteriormente el mundial de México 1970, me tocó dar la asistencia para el primer gol de la franja y metí el segundo antes de terminar el primer tiempo. El partido se llevó acabo en el campo patria de béisbol de Puebla y se perdió 2 – 5, ese es mi mayor orgullo como futbolista, haber anotado a jugadores como Manga, Mura, Helio, Zacario, Edivaldo, Paulista, Riido, Dimas, Gerzon, Didi, Roberto, Jairzinho, entre otros”.

En la década de los 60 del siglo pasado, Francisco “Panchillo” Arredondo Rangel, “El Chaparrito de Oro” Salmantino escribió con letras de oro su nombre en la historia del deporte guanajuatense y del futbol salmantino al dejar huella en varios equipos como jugador profesional e incluso a nivel de selección nacional.

Como jugador profesional anotó el gol que amarró el primer ascenso de los Tuzos al máximo circuito del balompié mexicano, se cuelga medalla de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico, campeón y goleador en preolímpico rumbo a Juegos Olímpicos de Japón, tricampeón y mejor jugador de la Copa Kenedy de Estados Unidos; además de ascender con Zacatepec a Primera División y enfrentar en juegos amistosos a equipos como Botafogo de Brasil, Mánchester United y Tottenham de la Premier League de Inglaterrra. Además de su paso por el Club Toluca de Primera División donde fue catalogado por la directiva, prensa y gente como el “El Chaparrito de Oro” Salmantino.

#Deportes | Francisco “Panchillo” Arredondo Rangel, “El Chaparrito de Oro” Salmantino escribió con letras de oro su...

Publicada por El Sol de Salamanca en Sábado, 26 de diciembre de 2020

Sin duda, la vida futbolística, de “Panchillo” Arredondo es motivo de orgullo e identidad para el futbol de la localidad. A sus casi 80 años de edad y 48 años de haberse retirado del futbol profesional, “El Chaparrito de Oro” Salmantino recuerda con agrado y emoción los momentos de gloria que vivió con diversos equipos profesionales e incluso con selección nacional, así como la decisión que le llevó a dejar el futbol profesional con 31 años de edad y de la cual ahora se arrepiente.

“El Chaparrito de Oro” Salmantino nació en la calle Monterrey número 202 de Salamanca, Guanajuato en el año de 1941, hijo de “Don Pancho”, conocido sastre en aquel entonces.

Al respecto “Panchillo” Arredondo comenta, “mi nombre es Francisco Arredondo Rangel, porque también tuve mamá, no soy de probeta. Desde pequeño empecé a practicar este deporte sin saber que era futbol, mi mamá me contó que una vez mi padre se accidentó y mientras le operaban en Irapuato, agarré los limones y comencé a jugar con ellos como si fueran pelota, en ese entonces no tenía noción que era el fútbol, hasta ese momento no había visto jugar a alguien, tenía como cuatro o cinco años de edad”.

A ello agrega, “fue hasta los 10 años de edad que comencé a jugar futbol, ahí en la cuadra había un señor que se llamaba Inés Rico y él traía pelotas de trapo, juntaba como seis o siete niños y nos ponía a jugar en la calle (zic)”.

Así también empezó a escuchar sobre el futbol en la sastrería de su tío, “mi tío Esteban tenía una sastrería por el rumbo de la calle de Juárez. Casi esquina con Obregón. Ahí llegaba Jesús Martínez – el Palancón- y Juan González –el Cangrey-, todo un gran portero del legendario equipo de la Fortaleza, ellos fueron mi inspiración para comenzar a practicar el futbol”.

A la edad de 13 años, siendo alumno de la Escuela Federal “Miguel Hidalgo, se familiarizó en mayor medida con el futbol gracias al profesor Donaciano Lucero Ávila, entrenador del equipo infantil donde jugaba y organizador de campeonatos inter escolares en Salamanca.

“Ahí comencé a entrenar, el profesor nos reunía e íbamos a practicar al campo El Molinito, porque no había otro campo más, se juntaban a entrenar alrededor de 12 o 13 niños”, recuerda “Panchillo” Arredondo.

Una vez que comienza entrenar, le siguió el equipo Salamanca de la zona centro, “ya había segunda división, pero veía que no se completaban en el interescuadras de los jueves, yo tenía como 14 años de edad, entonces me metía a entrenar con los grandes, ya eran jugadores de edad, me admitían en los interescuadras para completar el equipo que servía de sparring, además de tocar bien la pelota, ya había sido campeón goleador y por equipo de la liga infantil que organizaba el profesor Lucero y la maestra Raquel Contreras Cachú”.

En aquel entonces el entrenador del equipo Salamanca de Segunda División era el argentino Juan José “el che” Sosa, “el me metió a los interescuadras y me debuta de visita a la edad de 17 años de edad en la temporada 1958 – 1959 contra gallos Blancos de Querétaro, quedando el marcador empatado a dos”.

Enfatizó, “para ser registrado con el equipo pasaron tres años, mientras tanto participaba en el campeonato de la zona centro, encontrándose al frente del equipo 100% salmantino, los hermanos Vidal. Este equipo servía de sparring al conjunto de Segunda División, ahí me fueron viendo hasta que me acomodaron como reserva del Salamanca, no me pagaban, pero iba con todo el entusiasmo de jugar, siempre jugué como extremo izquierdo natural, aunque con el tiempo también jugué como extremo derecho porque era ambidiestro, es decir, le podía pegar bien a la pelota con las dos piernas (zic)”.

Con el equipo Salamanca estuvo de 1958 a 1961, teniendo como compañeros a jugadores como Chava Negrete, Luis Batalla, Blas Cárdenas, Varela, el patrón Vidal, “el Pon” Martínez, por mencionar algunos.

La oportunidad de jugar en Pachuca surge para él al ser castigado el equipo por la Federación Mexicana, quedando fuera al igual que Irapuato y San Luis, “en ese entonces aquí estaba Manolo Alonso, Seleccionado Nacional de hijos españoles que vivía en Irapuato y último entrenador que tuve en Salamanca; él me recomendó a Pachuca de Segunda División”.

Con cierto dejo de nostalgia recuerda, “mi mamá no me quería dejar ir por qué ella creía que todos los jugadores profesionales tomaban, ella veía como jugadores de la zona centro y después del Salamanca se iban a la cantina de Cirilo Ornelas y de Ricardo; entonces ella le dijo a mi papá que me fuera a dejar con la condición me dieran trabajo para que no estuviera de ocioso y no me volviera borracho, ya estando allá mi papá expuso a la directiva la petición, gracias a ello también me dieron trabajo en una agencia de ventas de Don Germán Corona Rosas dueño del equipo”.

En el Club Pachuca jugó siete años, aunque al Club perteneció once años, de 1961 a 1972; estuvo a préstamo en el Toluca de Primera División, donde se ganó un lugar en la selección pre olímpica, “me tocó ganar el derecho de ir a Japón para los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, sin embargo, Don Corona Rosas pidió que regresara al Pachuca y se peleó con Don Nemesio Diez Riega quien por su parte quería me quedara en Toluca, a esa selección solo podían acudir jugadores de Primera División, yo tuve que regresar a Segunda División para la temporada 1964 – 1965 (zic)”.

En selección nacional de Segunda División de 1963 a 1965 ganó la Copa Kenedy de Estados Unidos que se jugaba en San Francisco, Los Ángeles, Tijuana y Vancouver, siendo considerado el mejor futbolista del certamen.

Dentro de la eliminatoria para Juegos Olímpicos, “El Chaparrito de Oro” Salmantino, catalogado así por Don Nemesio Diez por su estatura y buen juego, sobresalía entre jugadores con experiencia, “la gente me quiso mucho y me vitoreaba, por eso Don Nemesio Diez me puso el chaparro de oro salmantino, siempre qué ganábamos los partidos me decía mi chaparro de oro y me abrazaba adentro del campo, ya que bajaba de la tribuna, me alababa mucho e incluso así me comenzó a ubicar la afición y prensa. Con Toluca solo gané el campeonato de copa y metí alrededor de siete u ocho goles”.

Con Selección preolímpica estuvo bajo la batuta de don Ignacio Trelles, quien lo mantuvo toda la eliminatoria gracias a sus anotaciones, “la eliminatoria fue hasta marzo de 1964 y para mayo teníamos que estar en Japón, entonces en ese lapso regreso a Pachuca y cuando ya estaban por viajar Don Ignacio Trelles me manda decir que no había podido hacer nada por mí porque todos los delegados de los equipos de Primera División habían decidido que fueran puros jugadores de Primera División, al no estar yo con el Toluca no tenía derecho…, mi lugar fue ocupado por Aron Padilla quien no jugó un solo partido de la eliminatoria”.

En la eliminatoria “Panchillo” Arredondo fue uno de los goleadores de la selección nacional, “a todos los equipos les metíamos de cinco para arriba e incluso a San Vicente lo goleamos 11 – 0, ese día le metí dos goles (zic)”.

Ya de vuelta con Pachuca de Segunda División queda campeón de la temporada 1965 - 1966 y consigue el primer ascenso para los Tuzos al máximo circuito del futbol mexicano; en la final dio un partidazo, traía una gran confianza, en cuanto agarraba las pelotas hacia que la gente se levantara de sus asientos, el saldo final de la batalla por la Gloria, cuatro balones al poste y el gol con el cual él amarró el campeonato.

En ese sentido recuerda, “alrededor del minuto 43 del primer tiempo me dan el pase como para la línea de meta, casi a media área grande hago la finta que voy a tirar y con la facilidad que tenía de acomodar el balón con el pie izquierdo me la retraso un poco en diagonal, le hago la finta al portero quien se avienta hacia su mano izquierda y cuando ve que la pelota va al lado contrario intenta en el aire retorciéndose atajar la pelota, ya nada pudo hacer, ahí aseguramos el campeonato contra los Cuerudos de Ciudad Victoria, quedando el marcador 2 – 0 (zic)”.

La anotación, el campeonato y el ascenso conseguido fue una de las máximas alegrías en la vida deportiva para “Panchillo” Arredondo, el otro anotador de la final fue “el pollo” Castillo, ambos goleadores del Club.

Así también, con Pachuca de Segunda División, “El Chaparrito de oro” Salmantino estuvo cerca de quedar campeón de goleo al registrar 24 anotaciones, le ganó Carlos González del Atlas que en aquel entonces jugaba con Poza Rica, metió 26. Además con los Tuzos queda campeón de Copa Moctezuma y Jarrito.

Luego de ganar ascenso y campeonato con Pachuca, en el año de 1966, consigue la medalla de oro con selección nacional de segunda división en la décima edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe con sede Puerto Rico.

A lo largo de su trayectoria como Seleccionado Nacional, anotó alrededor de 70 goles; por temporada como jugador profesional llegó a registrar un promedio entre 16 y 20 anotaciones.

En 1969 el Club Pachuca lo presta al equipo Zacatepec de Segunda División, ahí bajo las órdenes de Ernesto Candia colaboró para que el equipo consiguiera el ascenso a Primera División.

Al respecto recuerda, “se armó un buen equipo, Zacatepec trajo a Candia que había subido al Madero, la idea era ascender al equipo, desde un inicio la directiva nos prometió premios en caso de salir campeones; en esta etapa me lesionan en un partido de interescuadras en una jugada de vacile, me tronaron el ligamento de la rodilla que une el peroné con la tibia, luego de ser operado reaparezco muy avanzada la temporada, empecé a alternar el puesto, finalmente quedamos campeones y ascendimos”.

Sin embargo, no todo fue “miel sobre ojuelas”, “la gente andaba muy molesta con la directiva porque no nos entregaban el premio, ocho días antes de arrancar la temporada nos mandan llamar al Coruco Díaz, ahí nos entregaron de premio lo que quisieron y no lo prometido, solo me tocaron 500 pesos de aquel entonces, los premios prometidos eran de 5 mil pesos para arriba, al que más le dieron fueron 2 mil 500 pesos”.

En víspera al arranque de la temporada, Ernesto Candia le llama e informa que ya no entró en planes, “en aquel entonces lo que menos daban a los que ascendían era un contrato por una temporada más; ya con todos los equipos armados busque varias opciones como ir al Tampico e incluso al Puebla de Pancho Gatica quien siendo entrenador del Atlas mostró interés en mí, sin embargo, me desesperé y me viene a Salamanca, días después me vino a buscar gente del Club Pachuca para decirme que volviera, de lo contrario no iba a poder jugar más futbol profesional, ya estando allá hablan con la directiva del equipo Ciudad Madero y me incorporo a ese equipo dos meses después que había comenzado la temporada, metí algunos goles; ya enfadado de casi no poder descansar -sino estaba con selección estaba con el club- y fatigado de viajar a lo largo de cada quince días por trece años decido retirarme en 1972, decisión de la cual ahora me arrepiento porque en ese momento tenía 31 años de edad, cuando aún podía haber seguido jugando, había condición física, buen toque y gran movilidad (zic)”.

Como jugador profesional, también tuvo oportunidad de jugar partidos amistosos contra equipos como Botafogo, Manchester United y Tottenham, el primero los disputó en el ocaso de su carrera con Puebla que lo invitó como refuerzo y los dos siguientes en juegos de preparación como parte de la Selección Nacional de Segunda División.

Para terminar recuerda con gran orgullo, “Con el equipo Puebla jugué en calidad de refuerzo contra Botafogo de Brasil el 2 de Febrero de 1965, este equipo traía puro jugador de la base que ganó posteriormente el mundial de México 1970, me tocó dar la asistencia para el primer gol de la franja y metí el segundo antes de terminar el primer tiempo. El partido se llevó acabo en el campo patria de béisbol de Puebla y se perdió 2 – 5, ese es mi mayor orgullo como futbolista, haber anotado a jugadores como Manga, Mura, Helio, Zacario, Edivaldo, Paulista, Riido, Dimas, Gerzon, Didi, Roberto, Jairzinho, entre otros”.

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