Con par de ratificaciones en su haber, tres fracasos contundentes, polémica constante de un partido a otro, innumerables cambios y una clasificación al Mundial de Rusia 2018 sin sobresaltos, Juan Carlos Osorio está de aniversario con el Tricolor, guste o no, este día cumple dos años como seleccionador nacional.
El técnico colombiano se ha basado en resultados para seguir en el banquillo técnico nacional. El principal objetivo, para el que fue contratado, lo cumplió sin problema alguno: Llegar al Mundial de Rusia y en la cima del Hexagonal, pero a cuestas también cuenta con sendos fracasos en su proceso.
La Copa América Centenario 2016, Copa Confederaciones 2017 y Copa Oro 2017 lo dejaron marcado. Contundentes fracasos se decretaron en suelo estadounidense y ruso para avivar aún más las críticas con las que tiempo atrás ya cargaba.
Chile, Alemania, Portugal y hasta Jamaica evidenciaron el pobre nivel del equipo azteca que diseñó Osorio para cada competición. El Tricolor quedó a deber y fue incapaz de levantar un título o aproximarse a él.
Durante su proceso, el diluvio de críticas, detractores y para muchos, escaso estilo de juego, son los puntos flacos en donde el técnico colombiano ha batallado para abrirse camino en el balompié nacional, ese que probó tiempo atrás con el Puebla en 2011.
Ni con sus estudios en Europa, como la de profesional en Science and Football de la Universidad John Moores (Liverpool), director técnico de la UEFA -el mayor grado- clase A de la English Football Association y entrenador del Royal Netherlands Football Association, Osorio ha podido aligerar la persecución hacia él y su estilo de juego.
Sus títulos en Colombia con Atlético Nacional y Once Caldas, así como también el logrado en la MLS con el Red Bulls, han servido de muy poco para echarse en la bolsa a la afición mexicana. La mayoría de ésta se encuentra a disgusto con su labor.
Asimismo, a varios ni les interesa sus cinco años en lo que trabajó como segundo entrenador en el Metro Stars y Manchester City en la Premier League. El afecto del público mexicano se deteriora poco a poco hacia él.
No obstante, los directivos han sido unos convencidos por su labor, se han basado en resultados, en el objetivo ruso y hasta en la retorica que maneja a la hora de explicar todo su conocimiento, por lo que par de espaldarazos son los que ha recibido pese al tormentoso 7-0 de Chile en la Copa América Centenario, la cuestionable eliminación de la Copa Confederaciones a manos de Alemania, el papelón contra Portugal en el juego por el tercer lugar y hasta el adiós de la Copa Oro contra Jamaica.
Su orgullo intacto al momento, ha sido su clasificación a Rusia 2018 al lograrla sin sobresalto alguno durante la eliminatoria desde el Cuadrangular y Hexagonal. Al tiempo de ganar y dominar en Columbus, Vancouver, San Pedro Sula y San Salvador, el equipo de Osorio rompió marcas, ya que el Tricolor tenía décadas sin ganar o peor aún sin sumar un punto como en la ciudad de Ohio.
México obtuvo su pase al Mundial de manera sencilla, fue amplio dominador del Hexagonal y estuvo a punto de cerrar de manera invicta, trayecto loable para los directivos de la FMF, quienes en los últimos tiempos se habían traumado en los caminos rumbo a Brasil 2014 y Sudáfrica 2010.
Hoy el Tricolor tendrá en puerta un nuevo Mundial bajo las riendas del técnico colombiano. El “recreacionista” no la ha pasado del todo bien, pero para su fortuna es que dentro de ocho meses tendrá su propia revancha en pleno Mundial con la encomienda de llevar al Tricolor al tan famoso quinto partido y aspirar a algo más, pues de fracasos ya fogueó.
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