/ miércoles 13 de julio de 2022

VICISITUDES | JORNADA DE ORACIÓN POR LA PAZ

Francisco Petrarca mencionó alguna vez que: “Cinco grandes enemigos de la humanidad están dentro de nosotros mismos: la avaricia, la ambición, la envidia, la ira y el orgullo. Si nos despojamos de ellos gozaremos de la más completa paz”. Mis estimados lectores, ¿Será en verdad muy difícil lograr la paz en el mundo, en nuestro México, en nuestras familias, en nuestros corazones?. Creo que la mayoría podemos coincidir que las cosas no se logran de la noche a la mañana, sino que se van dando paso a paso, con el esfuerzo personal y el de todos cuando tenemos un fin en común. Y eso es lo que tenemos que ir haciendo desde el interior de nuestra persona, porque bien sabemos que nadie da lo que no tiene, y si no hay paz en nuestro corazón difícilmente podremos darla a los demás, algo igual de lo que pasa con el amor. El Papa Francisco ha dicho que: “La búsqueda de la paz, es jun trabajo siempre abierto, una tarea que exige el compromiso de todos”. Y dice bien “de todos” no de unos cuantos.

Para quienes somos católicos, nuestra Iglesia en nuestro país ha convocado a todos los obispos, sacerdotes, religiosos, hombres y mujeres, a todos los fieles, y a todas las demás religiones a una Jornada de Oración por la Paz, misma que se centra en cuatro ejes. PRIMERO: El 10 de julio en todas las eucaristías se hará memoria de todos aquellos sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en nuestro país. SEGUNDO: Durante el mes de julio se celebrarán misas y oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta sean domicilios dolosos, feminicidios periodistas, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad. TERCERO: En las misas del día treinta y uno de julio pidamos por los victimarios y las instituciones gubernamentales. Oremos por sus vidas y por la conversión de sus corazones. CUARTO: Cada diócesis, congregación religiosa o parroquia definirá las acciones a emprender como pueden ser horas santas, procesiones por la paz y mensajes al pueblo de Dios.

Nos dice nuestra Iglesia católica, que estamos viviendo un problema muy fuerte, pero que es responsabilidad de todos el hacer algo, pero desde sus entrañas, desde su raíz. Que Jesús Cristo nos permita ir construyendo entre todos acuerdos para lograr la paz Que la Virgen María de Guadalupe nos acompañe en esta Jornada para lograr no perder la esperanza y encontrar nuestra unidad como nación, en donde todos vayamos hacia el mismo lado. ORACIÓN: “Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Que, como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que, en ti, nuestro pueblo tenga vida digna. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros”. Dios nos bendiga. Mtro. Armando.

Francisco Petrarca mencionó alguna vez que: “Cinco grandes enemigos de la humanidad están dentro de nosotros mismos: la avaricia, la ambición, la envidia, la ira y el orgullo. Si nos despojamos de ellos gozaremos de la más completa paz”. Mis estimados lectores, ¿Será en verdad muy difícil lograr la paz en el mundo, en nuestro México, en nuestras familias, en nuestros corazones?. Creo que la mayoría podemos coincidir que las cosas no se logran de la noche a la mañana, sino que se van dando paso a paso, con el esfuerzo personal y el de todos cuando tenemos un fin en común. Y eso es lo que tenemos que ir haciendo desde el interior de nuestra persona, porque bien sabemos que nadie da lo que no tiene, y si no hay paz en nuestro corazón difícilmente podremos darla a los demás, algo igual de lo que pasa con el amor. El Papa Francisco ha dicho que: “La búsqueda de la paz, es jun trabajo siempre abierto, una tarea que exige el compromiso de todos”. Y dice bien “de todos” no de unos cuantos.

Para quienes somos católicos, nuestra Iglesia en nuestro país ha convocado a todos los obispos, sacerdotes, religiosos, hombres y mujeres, a todos los fieles, y a todas las demás religiones a una Jornada de Oración por la Paz, misma que se centra en cuatro ejes. PRIMERO: El 10 de julio en todas las eucaristías se hará memoria de todos aquellos sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en nuestro país. SEGUNDO: Durante el mes de julio se celebrarán misas y oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta sean domicilios dolosos, feminicidios periodistas, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad. TERCERO: En las misas del día treinta y uno de julio pidamos por los victimarios y las instituciones gubernamentales. Oremos por sus vidas y por la conversión de sus corazones. CUARTO: Cada diócesis, congregación religiosa o parroquia definirá las acciones a emprender como pueden ser horas santas, procesiones por la paz y mensajes al pueblo de Dios.

Nos dice nuestra Iglesia católica, que estamos viviendo un problema muy fuerte, pero que es responsabilidad de todos el hacer algo, pero desde sus entrañas, desde su raíz. Que Jesús Cristo nos permita ir construyendo entre todos acuerdos para lograr la paz Que la Virgen María de Guadalupe nos acompañe en esta Jornada para lograr no perder la esperanza y encontrar nuestra unidad como nación, en donde todos vayamos hacia el mismo lado. ORACIÓN: “Señor Jesús, Tú eres nuestra paz, mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Que, como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que, en ti, nuestro pueblo tenga vida digna. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros”. Dios nos bendiga. Mtro. Armando.