/ miércoles 26 de enero de 2022

VICISITUDES

SE PRESENTARÁN GRAVES PROBLEMAS SI NO LA CUIDAMOS

Desde joven solía escuchar que una persona puede durar varios días sin comer, pero difícilmente puede vivir sin tomar agua, y eso es razonable, porque también se nos decía que nuestro cuerpo es un setenta por ciento de agua, de ahí que necesita recuperarla, de lo contrario puede uno deshidratarse y comenzar con problemas de salud, llegando inclusive a morir.

El año pasado pudimos darnos cuenta de que fue muy lluvioso, y que eso, de alguna forma u otra, llenaba la mayor parte de las presas del nuestro estado y de nuestro país, pero no alcanzaría ni de chiste para volver a llenar los mantos acuíferos, que son los que nos surten de agua en nuestros hogares.

El agua es vital para nuestra vida y poco hacemos para cuidarla y no desperdiciar la poca que tenemos, porque si algunos tenemos para llevar una vida más solvente en este aspecto por este vital líquido, nos percatamos que hay comunidades nuestras en donde radicamos, en el país y en otras partes del mundo que carecen de la más elemental cantidad de agua para subsanar sus necesidades.

Cuando tuvimos la escases de gasolina y experimentamos la necesidad de buscar en donde fuera porque si no nos podíamos trasladar a nuestros trabajos, nos vimos en la necesidad de parar forzadamente nuestras unidades y transportarnos de otra manera, y en ese entonces había comentarios, de que si esto estaba pasando con un líquido que mueve unidades de motor, industrias y maquinarias, no nos podríamos imaginar cómo le estuviéramos haciendo si nos faltase el agua.

Si pudiésemos imaginar ese panorama, seguramente nos daría pavor el no tener para sobrevivir, y nos veríamos súper limitados en todos los aspectos de la vida, personales, familiares y sociales. ¿Qué les daríamos a nuestros familiares ancianos, a nuestros bebés e hijos pequeños y a nosotros mismos para no morir? ¿Qué pasaría en realidad si nos faltase el agua?.

Pues lo peor del caso, es que ni así entendemos porque se sigue tirando y desperdiciando este vital elemento dado por Dios y por la naturaleza misma. ¿Se han quedado ustedes amables lectores, algunos días o un día sin agua, no pensando en que se tiene un aljibe, o un garrafón, sino completamente SIN AGUA?¿Cuál ha sido su reacción sin que se llegue a culpar a otros o al mismo gobierno por no abastecernos? ¡Es terrible ese panorama ¡. Si seguimos de inconscientes, tarde que temprano llegará el día en que las nuevas generaciones, la de nuestros hijos, nietos y bisnietos, sufran las terribles consecuencias de nuestro inhumano comportamiento.

Cerremos bien las llaves, reguemos con cubetas y no con mangueras, regulemos el consumo mínimo de la regadera o de las propias llaves, no dejemos abiertas las llaves cuando nos estamos bañando, peinando o lavándonos los dientes, lavemos las frutas o legumbres en recipientes, es decir, busquemos la forma en que podamos en casa reducir esos consumos o utilizarlos al máximo con un servicio mínimo para beneficiarnos todos, y, si todos lo hacemos, seguramente salvaremos a alguna otra generación que venga detrás de nosotros.

SE PRESENTARÁN GRAVES PROBLEMAS SI NO LA CUIDAMOS

Desde joven solía escuchar que una persona puede durar varios días sin comer, pero difícilmente puede vivir sin tomar agua, y eso es razonable, porque también se nos decía que nuestro cuerpo es un setenta por ciento de agua, de ahí que necesita recuperarla, de lo contrario puede uno deshidratarse y comenzar con problemas de salud, llegando inclusive a morir.

El año pasado pudimos darnos cuenta de que fue muy lluvioso, y que eso, de alguna forma u otra, llenaba la mayor parte de las presas del nuestro estado y de nuestro país, pero no alcanzaría ni de chiste para volver a llenar los mantos acuíferos, que son los que nos surten de agua en nuestros hogares.

El agua es vital para nuestra vida y poco hacemos para cuidarla y no desperdiciar la poca que tenemos, porque si algunos tenemos para llevar una vida más solvente en este aspecto por este vital líquido, nos percatamos que hay comunidades nuestras en donde radicamos, en el país y en otras partes del mundo que carecen de la más elemental cantidad de agua para subsanar sus necesidades.

Cuando tuvimos la escases de gasolina y experimentamos la necesidad de buscar en donde fuera porque si no nos podíamos trasladar a nuestros trabajos, nos vimos en la necesidad de parar forzadamente nuestras unidades y transportarnos de otra manera, y en ese entonces había comentarios, de que si esto estaba pasando con un líquido que mueve unidades de motor, industrias y maquinarias, no nos podríamos imaginar cómo le estuviéramos haciendo si nos faltase el agua.

Si pudiésemos imaginar ese panorama, seguramente nos daría pavor el no tener para sobrevivir, y nos veríamos súper limitados en todos los aspectos de la vida, personales, familiares y sociales. ¿Qué les daríamos a nuestros familiares ancianos, a nuestros bebés e hijos pequeños y a nosotros mismos para no morir? ¿Qué pasaría en realidad si nos faltase el agua?.

Pues lo peor del caso, es que ni así entendemos porque se sigue tirando y desperdiciando este vital elemento dado por Dios y por la naturaleza misma. ¿Se han quedado ustedes amables lectores, algunos días o un día sin agua, no pensando en que se tiene un aljibe, o un garrafón, sino completamente SIN AGUA?¿Cuál ha sido su reacción sin que se llegue a culpar a otros o al mismo gobierno por no abastecernos? ¡Es terrible ese panorama ¡. Si seguimos de inconscientes, tarde que temprano llegará el día en que las nuevas generaciones, la de nuestros hijos, nietos y bisnietos, sufran las terribles consecuencias de nuestro inhumano comportamiento.

Cerremos bien las llaves, reguemos con cubetas y no con mangueras, regulemos el consumo mínimo de la regadera o de las propias llaves, no dejemos abiertas las llaves cuando nos estamos bañando, peinando o lavándonos los dientes, lavemos las frutas o legumbres en recipientes, es decir, busquemos la forma en que podamos en casa reducir esos consumos o utilizarlos al máximo con un servicio mínimo para beneficiarnos todos, y, si todos lo hacemos, seguramente salvaremos a alguna otra generación que venga detrás de nosotros.