/ miércoles 15 de abril de 2020

V I C I S I T U D E S

SEGUIMOS CON LA SALUD

Quiero dar seguimiento a mi colaboración de hace ocho días, en cuanto a lo relacionado con nuestra salud y lo haré con la misma dinámica. Comenzaré mencionando que nuestra salud es algo que siempre deseamos y pedimos a Dios que nos dé, que nos la conserve y nos ayude a trabajar en ella, de ahí la importancia de ser conscientes de que la tenemos mientras no la descuidemos, porque al descuidarla, por supuesto, que nos enfermamos.

Cuando encontramos a una persona, amiga, conocida o familiar, la mayoría de las veces sale a relucir el desearnos que tengamos buena salud, porque sabemos que si la tenemos podemos trabajar y hacer muchas cosas; teniendo salud lo tenemos todo, llegamos a comentar.

Nuestra salud se demuestra hasta en nuestra forma de actuar, en la vida que tenemos, en nuestro color de piel que se ve en nuestro rostro, en la complexión de nuestro cuerpo, de ahí que cuando “nos vemos mal” o “nos ven mal”, por nuestro semblante, inmediatamente nos preguntan o preguntamos, si estamos bien.

Mucho hemos escuchado, y por mucho tiempo, de que nada es estático y que todo debe estar en movimiento, porque si no se enmohece, y que lo que no se mueve se atrofia, de ahí que si mentalmente nos programamos o tenemos lo que algunos científicos denominan “representaciones mentales” de que estamos sanos, seguramente lo estaremos porque nuestros pensamientos están en movimiento y éstos hacen que nuestro cuerpo también lo esté.

Nuestra salud no se da de la noche a la mañana, como todo en la vida, ya que se tiene que trabajar poco a poco en ella, siguiendo un debido proceso de cuerpo y mente, aunado, por supuesto, en la parte espiritual y emocional.

Hoy en día, bien lo sabemos porque lo hemos leído, nos lo han dicho o lo hemos escuchado, el estrés es el causante de muchas enfermedades, trayendo consigo desasosiego y dolores de distintas magnitudes. Cuando el estrés predomina, debemos comprender, porque así se ha comprobado, que ninguno de nosotros podemos estar al margen de alguna enfermedad, causada, como lo estamos viendo y viviendo hoy en día, hasta de microorganismos que provocan infecciones y muerte.

La lavadora está funcionando muy bien, pues dale mantenimiento para que siga así por mucho tiempo; es preventivo. La casa aún se ve bien de pintura, pero si la repintas se verá más bonita y se te conservará en mejores condiciones. Tu bicicleta te ha servido mucho, aunque no sea muy buena, pues dale una engrasadita, y su mantenimiento y te permitirá seguir haciendo el ejercicio que tanto te gusta por buen tiempo; todo es preventivo.

Pues así pasa con nuestra salud, ya que no hay que esperar a que sintamos algo para atendernos. Lean y analicen lo siguiente: “Administrar medicamentos para tratar enfermedades que ya se han declarado y eliminar síntomas que ya se han desarrollado es como empezar a excavar un pozo cuando ya se tienen sed o ponerse a fabricar armas cuando ya se ha entrado en combate.

¿Acaso no es demasiado tarde para emprender tales acciones? “Manual de Medicina Interna del Emperador Amarillo, 200 a de Cristo. El Señor les dé su paz.

SEGUIMOS CON LA SALUD

Quiero dar seguimiento a mi colaboración de hace ocho días, en cuanto a lo relacionado con nuestra salud y lo haré con la misma dinámica. Comenzaré mencionando que nuestra salud es algo que siempre deseamos y pedimos a Dios que nos dé, que nos la conserve y nos ayude a trabajar en ella, de ahí la importancia de ser conscientes de que la tenemos mientras no la descuidemos, porque al descuidarla, por supuesto, que nos enfermamos.

Cuando encontramos a una persona, amiga, conocida o familiar, la mayoría de las veces sale a relucir el desearnos que tengamos buena salud, porque sabemos que si la tenemos podemos trabajar y hacer muchas cosas; teniendo salud lo tenemos todo, llegamos a comentar.

Nuestra salud se demuestra hasta en nuestra forma de actuar, en la vida que tenemos, en nuestro color de piel que se ve en nuestro rostro, en la complexión de nuestro cuerpo, de ahí que cuando “nos vemos mal” o “nos ven mal”, por nuestro semblante, inmediatamente nos preguntan o preguntamos, si estamos bien.

Mucho hemos escuchado, y por mucho tiempo, de que nada es estático y que todo debe estar en movimiento, porque si no se enmohece, y que lo que no se mueve se atrofia, de ahí que si mentalmente nos programamos o tenemos lo que algunos científicos denominan “representaciones mentales” de que estamos sanos, seguramente lo estaremos porque nuestros pensamientos están en movimiento y éstos hacen que nuestro cuerpo también lo esté.

Nuestra salud no se da de la noche a la mañana, como todo en la vida, ya que se tiene que trabajar poco a poco en ella, siguiendo un debido proceso de cuerpo y mente, aunado, por supuesto, en la parte espiritual y emocional.

Hoy en día, bien lo sabemos porque lo hemos leído, nos lo han dicho o lo hemos escuchado, el estrés es el causante de muchas enfermedades, trayendo consigo desasosiego y dolores de distintas magnitudes. Cuando el estrés predomina, debemos comprender, porque así se ha comprobado, que ninguno de nosotros podemos estar al margen de alguna enfermedad, causada, como lo estamos viendo y viviendo hoy en día, hasta de microorganismos que provocan infecciones y muerte.

La lavadora está funcionando muy bien, pues dale mantenimiento para que siga así por mucho tiempo; es preventivo. La casa aún se ve bien de pintura, pero si la repintas se verá más bonita y se te conservará en mejores condiciones. Tu bicicleta te ha servido mucho, aunque no sea muy buena, pues dale una engrasadita, y su mantenimiento y te permitirá seguir haciendo el ejercicio que tanto te gusta por buen tiempo; todo es preventivo.

Pues así pasa con nuestra salud, ya que no hay que esperar a que sintamos algo para atendernos. Lean y analicen lo siguiente: “Administrar medicamentos para tratar enfermedades que ya se han declarado y eliminar síntomas que ya se han desarrollado es como empezar a excavar un pozo cuando ya se tienen sed o ponerse a fabricar armas cuando ya se ha entrado en combate.

¿Acaso no es demasiado tarde para emprender tales acciones? “Manual de Medicina Interna del Emperador Amarillo, 200 a de Cristo. El Señor les dé su paz.