/ miércoles 26 de febrero de 2020

V I C I S I T U D E S

IDEAS VIVAS DEBEN COMPARTIRSE

Llevo varias semanas, meses, arreglando un espacio, que en un principio era sala de estudios, nuestra biblioteca familiar, pero que poco a poco, sin querer, se fue convirtiendo en una “pequeña bodeguita” donde se fue guardando y acumulando todo lo que no íbamos usando en casa. Me he dado el tiempo de arreglar mis libreros y de ir acomodando mis libros para hacer más agradable el lugar y más fluido el movimiento de las ideas y pensamientos que están escritos en cada uno de esos libros. He estado leyendo títulos de las obras que guardo, he leído prólogos, introducciones y algunos capítulos de los libros que he ido hojeando y en cada uno de ellos me detengo, y, quizá por eso, da la impresión de no adelantar nada, cuando en verdad llevo ya un tiempecito realizando tan ardua, cansada, y a la vez apasionante actividad, porque me embebo en los textos que tengo y que he ido acumulando a lo largo de mi formación profesional, académica, y de toda mi vida laboral dentro de la docencia.

Poco a poco he ido sacando libros que conmigo ya cumplieron su cometido y que creo fehacientemente, que esos textos deben ser utilizados por otras personas que gusten de la cultura en general, y a los que les guste leer y consultar temas concretos o variados, dependiendo de los intereses personales, de formación, de placer, de crecimiento que cada uno tenga. Han sido infinidad de títulos y libros académicos, de especialidad, de relajamiento, de placer, de formación y de interés cultural general, los que han marcado mi vida, con tantos textos que he adquirido a lo largo de este trayecto, más de aquellos que en su momento generosamente me fueron obsequiados, que me siento complacido en tenerlos, pero que también me han hecho pensar que si ya los leí, COMPLETOS O NO, que si ya los tuve en mis manos y he aprendido de ellos, debo también compartirlos con quienes tienen el buen hábito de la lectura, sea cual fuere su intención.

Desde hace tiempo he sacado aquellos que ya deberían estar en otras manos y como he podido los he obsequiado, donado, regalado a instituciones educativas. Han sido infinidad de libros de todas las áreas del conocimiento que me siento contento por compartirlos con otras personas. En verdad que han sido cientos los textos de los que me he desprendido, y estoy contento y satisfecho con haberlo hecho. Hace tiempo quise tratar de vender algunos. Los puse en un listado y les anoté un precio estimable. Compartí la lista con maestros por si ellos los querían o los podrían acomodar con alumnos que les interesase, pero, aunque pareciera increíble, no se vendió ninguno, vamos ni siquiera preguntaron por ellos, así que decidí regalarlos. Hasta la fecha lo sigo haciendo, buscando, extrayendo, y regalando libros, y para aquellos que, si saben aún apreciarlos y me los han adquirido, un agradecimiento especial, porque cuando las cosas se adquieren, más valor les damos aún por tenerlos entre nosotros. Sigo sacando libros y los sigo obsequiando, compartiendo y algunos vendiendo. Si necesitan algún título en especial y lo tengo en mi bibliografía, solicítenmelo y con gusto se los obsequio. El Señor les bendiga y les dé su paz. Armando Hernández Origel.

IDEAS VIVAS DEBEN COMPARTIRSE

Llevo varias semanas, meses, arreglando un espacio, que en un principio era sala de estudios, nuestra biblioteca familiar, pero que poco a poco, sin querer, se fue convirtiendo en una “pequeña bodeguita” donde se fue guardando y acumulando todo lo que no íbamos usando en casa. Me he dado el tiempo de arreglar mis libreros y de ir acomodando mis libros para hacer más agradable el lugar y más fluido el movimiento de las ideas y pensamientos que están escritos en cada uno de esos libros. He estado leyendo títulos de las obras que guardo, he leído prólogos, introducciones y algunos capítulos de los libros que he ido hojeando y en cada uno de ellos me detengo, y, quizá por eso, da la impresión de no adelantar nada, cuando en verdad llevo ya un tiempecito realizando tan ardua, cansada, y a la vez apasionante actividad, porque me embebo en los textos que tengo y que he ido acumulando a lo largo de mi formación profesional, académica, y de toda mi vida laboral dentro de la docencia.

Poco a poco he ido sacando libros que conmigo ya cumplieron su cometido y que creo fehacientemente, que esos textos deben ser utilizados por otras personas que gusten de la cultura en general, y a los que les guste leer y consultar temas concretos o variados, dependiendo de los intereses personales, de formación, de placer, de crecimiento que cada uno tenga. Han sido infinidad de títulos y libros académicos, de especialidad, de relajamiento, de placer, de formación y de interés cultural general, los que han marcado mi vida, con tantos textos que he adquirido a lo largo de este trayecto, más de aquellos que en su momento generosamente me fueron obsequiados, que me siento complacido en tenerlos, pero que también me han hecho pensar que si ya los leí, COMPLETOS O NO, que si ya los tuve en mis manos y he aprendido de ellos, debo también compartirlos con quienes tienen el buen hábito de la lectura, sea cual fuere su intención.

Desde hace tiempo he sacado aquellos que ya deberían estar en otras manos y como he podido los he obsequiado, donado, regalado a instituciones educativas. Han sido infinidad de libros de todas las áreas del conocimiento que me siento contento por compartirlos con otras personas. En verdad que han sido cientos los textos de los que me he desprendido, y estoy contento y satisfecho con haberlo hecho. Hace tiempo quise tratar de vender algunos. Los puse en un listado y les anoté un precio estimable. Compartí la lista con maestros por si ellos los querían o los podrían acomodar con alumnos que les interesase, pero, aunque pareciera increíble, no se vendió ninguno, vamos ni siquiera preguntaron por ellos, así que decidí regalarlos. Hasta la fecha lo sigo haciendo, buscando, extrayendo, y regalando libros, y para aquellos que, si saben aún apreciarlos y me los han adquirido, un agradecimiento especial, porque cuando las cosas se adquieren, más valor les damos aún por tenerlos entre nosotros. Sigo sacando libros y los sigo obsequiando, compartiendo y algunos vendiendo. Si necesitan algún título en especial y lo tengo en mi bibliografía, solicítenmelo y con gusto se los obsequio. El Señor les bendiga y les dé su paz. Armando Hernández Origel.