LA NUTRICION EN EL ADULTO MAYOR
Por: Armando Hernández Origel
“La necesidad es la madre de la invención”, reza un proverbio latino, anónimo. Menciono esto porque cada quien va buscando la forma de comunicar de manera completa las ideas que deben quedar plasmadas en el papel, para que se traduzcan en acciones de la vida diaria.
En mi colaboración de la semana pasada, mencionaba sobre los cuidados que debe tener el propio cuidador de un adulto mayor, pero por cuestiones de espacio, no se pudo cerrar lo relacionado con ellos en su totalidad, por lo que me permito dar continuidad a los mismos, en el entendido que lo entrecomillado es lo que faltó para cerrar la colaboración anterior.
“SIETE: El cuidador debe ser auxiliado por alguno de los familiares del adulto mayor que está atendiendo, comentando con ellos sobre los cuidados que se deben tener con su adulto mayor y cómo pueden y deben ayudarle. OCHO: Compartir con otros cuidadores sus propias experiencias para conocer como están tratando a sus adultos mayores, y qué les hace falta para fortalecer al suyo, ya que de esa manera les permitirá sentirse acompañados y podrán conocer cómo reaccionar ante determinadas circunstancias que otros cuidadores ya han tenido.
Mis estimados lectores, hay que atender a los cuidadores de nuestros adultos mayores para que se sientan más seguros y fortalecidos en lo que están haciendo. Que sepan que aunque es su trabajo y su responsabilidad, no están solos. Dicen que un cuidador estresado y que se siente no ayudado, seguramente llegará a maltratar a su paciente, y eso es lo que menos queremos“.
Lectores míos, hoy quiero enfocarme brevemente a la nutrición en el adulto mayor, de acuerdo con la información y recomendaciones que nos dieron en el curso al que hice referencia.
Entendamos que con el envejecimiento la función gastrointestinal sufre algunos cambios que debemos considerar para que la alimentación sea la más adecuada y provechosa en el adulto mayor, dado que la nutrición depende de la alimentación que se le dé al mismo.
Dado que en el adulto mayor se manifiesta una disminución en su salivación, en el olfato y en el gusto, y tienen menor potencia masticadora, sus alimentos deben ser menos sólidos, dándoles, en el caso de las carnes, las que sean blancas para que no tengan tanto problema con su digestión.
