/ sábado 16 de marzo de 2019

V I C I S I T U D E S

NUESTRA EDUCACIÓN ESTÁ LASTIMADA, ESTÁ MANIATADA

Por: Armando Hernández Origel


El tiempo avanza y la educación en México está en juego dadas las distintas reformas educativas que se han generado en nuestro país, y las distintas visiones que han tenido nuestras autoridades educativas, mismas, que en la mayoría de las veces se percibe como la forma de decirle a la sociedad que se está trabajando para llevar a nuestros educandos a un nivel mejor de vida, cuando en realidad, es mi impresión personal, se juega con los destinos de México.


Se siguen haciendo análisis de la situación que ha tenido México y de la deficiencia que existe en todos los niveles educativos, sin dejar de pensar en los jóvenes del nivel medio superior y superior. Ha habido un aumento considerable de adolescentes-jóvenes y sigue habiendo una gran deserción porque no encuentran interesantes, ni relevantes los estudios que están realizando.

.La inequidad se ha puesto de manifiesto porque no se dan las mismas oportunidades entre los niños y jóvenes de los diferentes estratos sociales. No hay oportunidades de estudio ni de trabajo y se debe buscar la calidad en el desarrollo de sus capacidades y cualidades, que son muchas. La relevancia en sus estudios es fundamental para la aplicación en su vida diaria, cuando objetivamente se preparen para ello.

Se han implementado algunas reformas educativas a nivel nacional, con el fin de elevar la cobertura y la calidad de educación en el país, desde aquellos programas por objetivos generales, particulares, específicos e innumerables actividades, bajo un esquema totalmente conductista, donde tanto el maestro como el alumno se limitaban a realizar lo que simplemente se les iba indicando, dejando la creatividad totalmente desprotegida o, más aún, olvidada.

Se trabajó bajo el diseño del modelo de docencia centrada en el aprendizaje, donde aparecieron los manejos de los portafolios de evidencias, las famosas guías de observación, las “latosas” listas de cotejo, llegando hasta la tabla sumativa para obtener el puntaje que daba la calificación.

Llegando después el Modelo de Competencias, ya que con éste de vislumbraba el entrar en las altas esferas mundiales de los países desarrollados.

Las intenciones por mejorar han sido muchas, pero los resultados no se han dado por falta de continuidad en los procesos, que deben ser evaluados continuamente para ir generando adecuaciones.

No se ha tenido un trabajo uniforme ni se ha trabajado a conciencia por falta de supervisión y acompañamiento, tanto institucional como de la autoridad oficial. No ha habido interés o no hay un interés verdadero para que crezcamos como nación. Eso es lo que se refleja, lo que se percibe.

Si se llegaba a cuestionar la mecánica de los modelos o la disparidad en su quehacer, lo único que decía la autoridad era: “esto no está a discusión y así se tendrá que trabajar”.

No se ha encontrado la forma de convencer a niños, adolescentes, jóvenes, y aún a los adultos, que la escuela les brinda la oportunidad de mejorar en su persona, en su familia, en su sociedad, porque ven que esta última, por muchas décadas ha sido y sigue siendo lastimada. Así podrán venir una y mil reformas, pero si no ven ellos que las cosas cambian, simplemente sus objetivos se dirigen a otras latitudes, menos a la escuela, a la educación.

La deserción se da en todos los niveles, dadas las condiciones de las regiones que componen nuestra querida nación, pero se puede presentar más en aquellas entidades federativas cuyos alumnos han sido maniatados por suspensiones laborales de los propios docentes.

La educación está lastimada, está maniatada. Para muestra lo que está pasando en nuestro país. La deserción muestra la falta de interés por parte de los alumnos y el poco apoyo de sus padres en el seguimiento y acompañamiento de sus hijos.

Es de vital importancia que la autoridad, el docente, la familia y la propia sociedad interactúen para desarrollar el interés desde los niños hasta los jóvenes por estar mejor preparados y capacitados para enfrentar los retos de formación que tanto les hace falta.

Muchos jóvenes tienen el deseo de estudiar, pero encuentran un panorama negro ante las pocas oportunidades de trabajo que existen en el mercado. Hay muchos profesionistas egresados desde hace varios años y otros que van concluyendo sus estudios universitarios, que no encuentra un lugar donde puedan desarrollar y poner en práctica satisfactoriamente sus conocimientos y competencias adquiridas, dado que las empresas sólo tratan de explotarlos, descalificarlos, dándoles salarios con los cuales no llegan a solventar ellos mismos sus propias necesidades, mucho menos las de sus familias. Así quién querrá estudiar.

Relevante, muy relevante para mí, debe ser que no se caiga en el error en que se ha sumergido la educación básica, lo que se pretende con la media básica, y no se diga con la superior, al sacar alumnos mediocres que con el mínimo esfuerzo están del otro lado.

No se trata de tener un mundo juvenil “preparado” y “amparado” con un documento que dice que ya terminó sus estudios de licenciatura, pero que no avale su real formación, preparación y desarrollo humano. De nada sirve una reforma si no se llega a la aplicación real de la misma y la objetividad en los resultados.

No estamos para quejarnos y ver las cosas de forma negativa, estamos para ser críticos, pero a la vez propositivos, realistas y constructivos porque ese es el México que necesitamos, un México con proyectos que se puedan concretar y en donde la confianza retome su rumbo.

Mis estimados lectores, me falta mucho por decir, por escribir, en la presente colaboración, pero tengo el espacio limitado. De antemano una disculpa porque sé que se me quedaron muchas ideas en el aire. Que el Señor nos bendiga y nos dé a todos la paz, que tanto estamos necesitando.


NUESTRA EDUCACIÓN ESTÁ LASTIMADA, ESTÁ MANIATADA

Por: Armando Hernández Origel


El tiempo avanza y la educación en México está en juego dadas las distintas reformas educativas que se han generado en nuestro país, y las distintas visiones que han tenido nuestras autoridades educativas, mismas, que en la mayoría de las veces se percibe como la forma de decirle a la sociedad que se está trabajando para llevar a nuestros educandos a un nivel mejor de vida, cuando en realidad, es mi impresión personal, se juega con los destinos de México.


Se siguen haciendo análisis de la situación que ha tenido México y de la deficiencia que existe en todos los niveles educativos, sin dejar de pensar en los jóvenes del nivel medio superior y superior. Ha habido un aumento considerable de adolescentes-jóvenes y sigue habiendo una gran deserción porque no encuentran interesantes, ni relevantes los estudios que están realizando.

.La inequidad se ha puesto de manifiesto porque no se dan las mismas oportunidades entre los niños y jóvenes de los diferentes estratos sociales. No hay oportunidades de estudio ni de trabajo y se debe buscar la calidad en el desarrollo de sus capacidades y cualidades, que son muchas. La relevancia en sus estudios es fundamental para la aplicación en su vida diaria, cuando objetivamente se preparen para ello.

Se han implementado algunas reformas educativas a nivel nacional, con el fin de elevar la cobertura y la calidad de educación en el país, desde aquellos programas por objetivos generales, particulares, específicos e innumerables actividades, bajo un esquema totalmente conductista, donde tanto el maestro como el alumno se limitaban a realizar lo que simplemente se les iba indicando, dejando la creatividad totalmente desprotegida o, más aún, olvidada.

Se trabajó bajo el diseño del modelo de docencia centrada en el aprendizaje, donde aparecieron los manejos de los portafolios de evidencias, las famosas guías de observación, las “latosas” listas de cotejo, llegando hasta la tabla sumativa para obtener el puntaje que daba la calificación.

Llegando después el Modelo de Competencias, ya que con éste de vislumbraba el entrar en las altas esferas mundiales de los países desarrollados.

Las intenciones por mejorar han sido muchas, pero los resultados no se han dado por falta de continuidad en los procesos, que deben ser evaluados continuamente para ir generando adecuaciones.

No se ha tenido un trabajo uniforme ni se ha trabajado a conciencia por falta de supervisión y acompañamiento, tanto institucional como de la autoridad oficial. No ha habido interés o no hay un interés verdadero para que crezcamos como nación. Eso es lo que se refleja, lo que se percibe.

Si se llegaba a cuestionar la mecánica de los modelos o la disparidad en su quehacer, lo único que decía la autoridad era: “esto no está a discusión y así se tendrá que trabajar”.

No se ha encontrado la forma de convencer a niños, adolescentes, jóvenes, y aún a los adultos, que la escuela les brinda la oportunidad de mejorar en su persona, en su familia, en su sociedad, porque ven que esta última, por muchas décadas ha sido y sigue siendo lastimada. Así podrán venir una y mil reformas, pero si no ven ellos que las cosas cambian, simplemente sus objetivos se dirigen a otras latitudes, menos a la escuela, a la educación.

La deserción se da en todos los niveles, dadas las condiciones de las regiones que componen nuestra querida nación, pero se puede presentar más en aquellas entidades federativas cuyos alumnos han sido maniatados por suspensiones laborales de los propios docentes.

La educación está lastimada, está maniatada. Para muestra lo que está pasando en nuestro país. La deserción muestra la falta de interés por parte de los alumnos y el poco apoyo de sus padres en el seguimiento y acompañamiento de sus hijos.

Es de vital importancia que la autoridad, el docente, la familia y la propia sociedad interactúen para desarrollar el interés desde los niños hasta los jóvenes por estar mejor preparados y capacitados para enfrentar los retos de formación que tanto les hace falta.

Muchos jóvenes tienen el deseo de estudiar, pero encuentran un panorama negro ante las pocas oportunidades de trabajo que existen en el mercado. Hay muchos profesionistas egresados desde hace varios años y otros que van concluyendo sus estudios universitarios, que no encuentra un lugar donde puedan desarrollar y poner en práctica satisfactoriamente sus conocimientos y competencias adquiridas, dado que las empresas sólo tratan de explotarlos, descalificarlos, dándoles salarios con los cuales no llegan a solventar ellos mismos sus propias necesidades, mucho menos las de sus familias. Así quién querrá estudiar.

Relevante, muy relevante para mí, debe ser que no se caiga en el error en que se ha sumergido la educación básica, lo que se pretende con la media básica, y no se diga con la superior, al sacar alumnos mediocres que con el mínimo esfuerzo están del otro lado.

No se trata de tener un mundo juvenil “preparado” y “amparado” con un documento que dice que ya terminó sus estudios de licenciatura, pero que no avale su real formación, preparación y desarrollo humano. De nada sirve una reforma si no se llega a la aplicación real de la misma y la objetividad en los resultados.

No estamos para quejarnos y ver las cosas de forma negativa, estamos para ser críticos, pero a la vez propositivos, realistas y constructivos porque ese es el México que necesitamos, un México con proyectos que se puedan concretar y en donde la confianza retome su rumbo.

Mis estimados lectores, me falta mucho por decir, por escribir, en la presente colaboración, pero tengo el espacio limitado. De antemano una disculpa porque sé que se me quedaron muchas ideas en el aire. Que el Señor nos bendiga y nos dé a todos la paz, que tanto estamos necesitando.


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