/ sábado 6 de abril de 2019

Una Vida Útil

¿Te apetecería vivir tu vida, si no fueras útil?, sentirnos útiles es de gran valor, pues da en sí, sentido a nuestra vida. Todo lo creado en la naturaleza sirve para algo, y porque sirve para algo tiene gran valor. Este mismo principio aplica a nosotros los seres humanos.

Roberto Clemente, fue hijo de un agricultor puertorriqueño, y experimento las dificultades propias de quien no cuenta con grandes recursos financieros. Pero él tenía un talento especial para el beisbol, que desarrolló con el equipo americano “Piratas de Pittsburgh”. La gran influencia que le dio ser miembro de este equipo, la usó para ayudar a establecer clínicas médicas para la gente de América Latina, y durante 17 años, Roberto regresó a Puerto Rico en la temporada que no jugaba, para entrenar equipos juveniles de beisbol en un campamento que él mismo había formado. Finalmente tras un terremoto en Nicaragua que cobró la vida de 6,000 personas, Roberto realizó un viaje para llevarles él mismo, ropa y medicamentos a las víctimas. Tras un accidente aéreo en ese viaje, perdió la vida, demostrando su gran interés por otros, al poner su vida para satisfacer sus necesidades.

Hideyo Noguchi, tras un accidente a sus 3 años, perdió una de sus manos, la cual le quedó completamente inutilizada. A medida que crecía pensaba que su incapacidad le impediría ejercer como campesino, única ocupación disponible en su época para un niño japonés pobre. Así que decidió enfocarse en sus estudios y se buscó dos empleos simultáneos para pagarlos. Cuando un hábil cirujano le hizo una operación exitosa en su mano, Hideyo, quedó tan impresionado que decidió ser médico. Llegó a ser experto en la prevención de muchas enfermedades que azotaban al mundo, como tétano, tracoma y la plaga bubónica. Hideyo murió durante una epidemia de fiebre amarilla en África, mientras trabajaba para encontrar remedio para esta enfermedad.

Sin duda, encontramos muchas más historias como estas, en cada continente y en cada época. Las cuales nos recuerdan que hemos sido maravillosamente diseñados para contribuir significativamente para el beneficio de la humanidad. Como menciona una conocida frase: El que no vive para servir, no sirve para vivir.

Cada uno de nosotros hemos sido dotados de recursos para llevar a cabo este servicio, y estos recursos no necesariamente tienen que ver con dinero, pues los recursos van más allá de esto, tales como: habilidades, talentos, tiempo, capacidad creativa, una mente, etc.

Así que nadie estamos justificados para pensar que no podemos desarrollar una vida útil bajo la normatividad de la ética correcta, al contrario, es nuestro deber hacerlo, y no para que los demás nos lo reconozcan o aplaudan, sino por la satisfacción misma que trae el usar nuestra vida para el beneficio de los demás, finalmente la vida misma nos sabrá recompensar.

Tal como escribió un buen amigo mío: ¡Tú eres la contribución valiosa que Dios quiere hacer a la humanidad!. Pero finalmente nos deja la decisión a ti y a mí, de cómo vamos a usar la vida que nos dio. Que nuestra decisión sea sabia: la de elegir usarla para desarrollar una vida que sea verdaderamente útil.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.


¿Te apetecería vivir tu vida, si no fueras útil?, sentirnos útiles es de gran valor, pues da en sí, sentido a nuestra vida. Todo lo creado en la naturaleza sirve para algo, y porque sirve para algo tiene gran valor. Este mismo principio aplica a nosotros los seres humanos.

Roberto Clemente, fue hijo de un agricultor puertorriqueño, y experimento las dificultades propias de quien no cuenta con grandes recursos financieros. Pero él tenía un talento especial para el beisbol, que desarrolló con el equipo americano “Piratas de Pittsburgh”. La gran influencia que le dio ser miembro de este equipo, la usó para ayudar a establecer clínicas médicas para la gente de América Latina, y durante 17 años, Roberto regresó a Puerto Rico en la temporada que no jugaba, para entrenar equipos juveniles de beisbol en un campamento que él mismo había formado. Finalmente tras un terremoto en Nicaragua que cobró la vida de 6,000 personas, Roberto realizó un viaje para llevarles él mismo, ropa y medicamentos a las víctimas. Tras un accidente aéreo en ese viaje, perdió la vida, demostrando su gran interés por otros, al poner su vida para satisfacer sus necesidades.

Hideyo Noguchi, tras un accidente a sus 3 años, perdió una de sus manos, la cual le quedó completamente inutilizada. A medida que crecía pensaba que su incapacidad le impediría ejercer como campesino, única ocupación disponible en su época para un niño japonés pobre. Así que decidió enfocarse en sus estudios y se buscó dos empleos simultáneos para pagarlos. Cuando un hábil cirujano le hizo una operación exitosa en su mano, Hideyo, quedó tan impresionado que decidió ser médico. Llegó a ser experto en la prevención de muchas enfermedades que azotaban al mundo, como tétano, tracoma y la plaga bubónica. Hideyo murió durante una epidemia de fiebre amarilla en África, mientras trabajaba para encontrar remedio para esta enfermedad.

Sin duda, encontramos muchas más historias como estas, en cada continente y en cada época. Las cuales nos recuerdan que hemos sido maravillosamente diseñados para contribuir significativamente para el beneficio de la humanidad. Como menciona una conocida frase: El que no vive para servir, no sirve para vivir.

Cada uno de nosotros hemos sido dotados de recursos para llevar a cabo este servicio, y estos recursos no necesariamente tienen que ver con dinero, pues los recursos van más allá de esto, tales como: habilidades, talentos, tiempo, capacidad creativa, una mente, etc.

Así que nadie estamos justificados para pensar que no podemos desarrollar una vida útil bajo la normatividad de la ética correcta, al contrario, es nuestro deber hacerlo, y no para que los demás nos lo reconozcan o aplaudan, sino por la satisfacción misma que trae el usar nuestra vida para el beneficio de los demás, finalmente la vida misma nos sabrá recompensar.

Tal como escribió un buen amigo mío: ¡Tú eres la contribución valiosa que Dios quiere hacer a la humanidad!. Pero finalmente nos deja la decisión a ti y a mí, de cómo vamos a usar la vida que nos dio. Que nuestra decisión sea sabia: la de elegir usarla para desarrollar una vida que sea verdaderamente útil.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.