/ sábado 5 de diciembre de 2020

UG TU CONECTE CON LA CIENCIA

Atención Farmacéutica y automedicación como problema de salud publica

Dr. Alan Joel Ruiz Padilla

Departamento de Farmacia

División de Ciencia Naturales y Exactas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato


El desarrollo de la farmacia como profesión ha evolucionado a lo largo de la historia, fundamentalmente de preparación de medicamentos, hasta la actual tendencia centrada en la orientación al paciente. Esta nueva filosofía de la práctica va unida al desarrollo de lo que se ha venido a denominar atención farmacéutica.

La Atención Farmacéutica es la participación activa del farmacéutico en la mejora de la calidad de vida del paciente, mediante la dispensación, consulta farmacéutica y seguimiento farmacoterapéutico.

La Atención Farmacéutica se puede desarrollar en todos los ámbitos asistenciales: farmacia comunitaria, atención primaria y farmacia hospitalaria. En cualquiera de ellos contribuye a disminuir significativamente los problemas relacionados con los medicamentos, ayuda a mejorar el cumplimiento, la efectividad, y en consecuencia el uso racional de los mismos.

La OMS reporta que el 50% de los fármacos que se recetan, se dispensan o se venden inadecuadamente, y alrededor de un tercio de la población mundial carece de acceso a medicamentos esenciales y más de la mitad de los pacientes no los toma correctamente.

Uno de los problemas relacionados con los medicamentos que ha incrementado sustancialmente en los últimos años es la automedicación, en gran medida por la accesibilidad a la información no profesional que ofrece los actuales medios de comunicación.

En un sentido amplio, la automedicación implica el consumo de cualquier tipo de medicamento, sin importar su origen (sintético, herbolario u homeopático), pero el acto de la automedicación abarca todo aquello que afecte la prescripción hecha por un médico, es decir, la adquisición, uso de medicamentos de casa u otro lugar, interrupción o prolongación de un tratamiento o el incremento y disminución de las dosis. Este comportamiento se basa principalmente por la propia decisión del paciente, sin embargo, puede ser motivada por la recomendación de familiares y/o amigos, inclusive por los medios de comunicación, además de otros factores socioculturales y económicos.

Diversas organizaciones alrededor del mundo intentan posicionar a la automedicación como el primer paso en la atención primaria, sin embargo, el puente entre la seguridad y la presencia de eventos adversos es muy frágil.

Esta situación muestra independencia y capacidad funcional del paciente, constituyendo de alguna manera una forma de responsabilizarse de su propia salud, sin embargo, este comportamiento provoca que el mismo paciente evite el uso de alternativas más fiables y seguras, por lo que pueden existir diferentes repercusiones negativas, como por ejemplo: pérdida de eficacia; agravamiento de los síntomas; aumento del riesgo de presentar reacciones adversas; complicación para realizar una valoración médica, dificultando el diagnóstico; riesgo de abuso y dependencia de algunos fármacos, así como de la resistencia a los antibióticos; alteración de la relación médico – paciente; y aumento de los costes sanitarios debido a la pérdida de eficacia y dependencia.

Conocer las prácticas en automedicación en diferentes enfermedades y escenarios permitiría desarrollar estrategias orientadas a disminuir las complicaciones o efectos negativos de la automedicación.


Cualquier comentario sobre este artículo, favor de dirigirlo a eugreka@ugto.mx. Para consulta de más artículos www.ugto.mx/eugreka

Atención Farmacéutica y automedicación como problema de salud publica

Dr. Alan Joel Ruiz Padilla

Departamento de Farmacia

División de Ciencia Naturales y Exactas

Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato


El desarrollo de la farmacia como profesión ha evolucionado a lo largo de la historia, fundamentalmente de preparación de medicamentos, hasta la actual tendencia centrada en la orientación al paciente. Esta nueva filosofía de la práctica va unida al desarrollo de lo que se ha venido a denominar atención farmacéutica.

La Atención Farmacéutica es la participación activa del farmacéutico en la mejora de la calidad de vida del paciente, mediante la dispensación, consulta farmacéutica y seguimiento farmacoterapéutico.

La Atención Farmacéutica se puede desarrollar en todos los ámbitos asistenciales: farmacia comunitaria, atención primaria y farmacia hospitalaria. En cualquiera de ellos contribuye a disminuir significativamente los problemas relacionados con los medicamentos, ayuda a mejorar el cumplimiento, la efectividad, y en consecuencia el uso racional de los mismos.

La OMS reporta que el 50% de los fármacos que se recetan, se dispensan o se venden inadecuadamente, y alrededor de un tercio de la población mundial carece de acceso a medicamentos esenciales y más de la mitad de los pacientes no los toma correctamente.

Uno de los problemas relacionados con los medicamentos que ha incrementado sustancialmente en los últimos años es la automedicación, en gran medida por la accesibilidad a la información no profesional que ofrece los actuales medios de comunicación.

En un sentido amplio, la automedicación implica el consumo de cualquier tipo de medicamento, sin importar su origen (sintético, herbolario u homeopático), pero el acto de la automedicación abarca todo aquello que afecte la prescripción hecha por un médico, es decir, la adquisición, uso de medicamentos de casa u otro lugar, interrupción o prolongación de un tratamiento o el incremento y disminución de las dosis. Este comportamiento se basa principalmente por la propia decisión del paciente, sin embargo, puede ser motivada por la recomendación de familiares y/o amigos, inclusive por los medios de comunicación, además de otros factores socioculturales y económicos.

Diversas organizaciones alrededor del mundo intentan posicionar a la automedicación como el primer paso en la atención primaria, sin embargo, el puente entre la seguridad y la presencia de eventos adversos es muy frágil.

Esta situación muestra independencia y capacidad funcional del paciente, constituyendo de alguna manera una forma de responsabilizarse de su propia salud, sin embargo, este comportamiento provoca que el mismo paciente evite el uso de alternativas más fiables y seguras, por lo que pueden existir diferentes repercusiones negativas, como por ejemplo: pérdida de eficacia; agravamiento de los síntomas; aumento del riesgo de presentar reacciones adversas; complicación para realizar una valoración médica, dificultando el diagnóstico; riesgo de abuso y dependencia de algunos fármacos, así como de la resistencia a los antibióticos; alteración de la relación médico – paciente; y aumento de los costes sanitarios debido a la pérdida de eficacia y dependencia.

Conocer las prácticas en automedicación en diferentes enfermedades y escenarios permitiría desarrollar estrategias orientadas a disminuir las complicaciones o efectos negativos de la automedicación.


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