/ sábado 11 de julio de 2020

¡Tu competencia no quiere que leas esta columna!

La capacitación implica desarrollar habilidades y conocimientos para volver a una persona más eficiente en su vida, normalmente nos referimos al ámbito laboral.

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en su ranking de Los 10 Puestos Más Difíciles de Cubrir, la mitad de los oficinistas requieren habilidades que los solicitantes de empleo no tienen y precisan una segunda capacitación, por otro lado, el estudio Escasez de Talento (2018) elaborado por Manpower encontró que el 24% de los empleadores piensa que los solicitantes carecen de las habilidades necesarias para el puesto que buscan. Dicho de otro modo, 1 de cada 4 colaboradores necesitan hacer mejor su trabajo y para lograrlo necesitan ayuda. Si tomamos esto como referencia no solo la tribu Godín presenta el problema, sino todo aquel que ofrece sus productos o servicios, por ejemplo, freelancers o emprendedores.

¿Ya aprendiste a usar herramientas digitales para atender a clientes en línea con videollamadas, gestionarlos por WhatsApp, cobrarles directo de su tarjeta por mensaje? Es más, ¿Ya tomaste algún taller, curso o webinar (seminario en línea)? ¿Estás familiarizad@ con ZOOM, MEET o Microsoft Teams? O, mejor dicho, ¿qué has aprendido últimamente que aporte para dar soluciones a tus clientes?

Si tú no lo haces, hay alguien que está desvelándose para aprender y tener a los clientes/trabajo que estás dejando ir por no actualizarte. Si eres estudiante, es un gran momento para aprender, Godín, emprendedor o freelancer, todos están obligados a adaptarse, ya no basta ser especialista en un tema, ahora hay que hablar de túneles de venta, información en la nube, chatbots, algoritmos, y otros temas indispensables para tener permanencia en el mercado.

En un mundo tan competitivo es irresponsable quedarse con los conocimientos adquiridos hace 5, 10 años o más, como capacitadora es una enorme satisfacción colaborar emprendedores, asociaciones, y empresas que buscan mejorar. Las organizaciones usan nueva tecnología, se está adaptando en algunos puestos el home office (trabajo en casa), los colaboradores tienen diferentes necesidades (no es lo mismo generación millenial, centenial y boomer) los clientes tienen nuevas formas de comunicarse y buscan soluciones no productos o servicios. Es ahí donde el costo de la capacitación se transforma en inversión.

La manufactura hace referencia a la actividad humana de crear productos en masa, mediante el uso de máquinas avanzadas y técnicas especiales destinadas a ello, de acuerdo a la página Conceptodefinición.de pero Juan José Goñi aporta el término mentefactura, que se refiere a la capacidad de idear, pensar e interactuaren los trabajos. Es decir, darle más valor a las ideas, y la mejor manera para eso, es expandir y educar la mente a través de capacitación.

De hecho, lo primero que debe hacer alguien que tiene dinero disponible para invertir, es educarse no meterlo a un negocio.

Es un hecho es que, en un mundo tan competido, solo los mejores sobrevivirán.

Recuerda, “si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”

La capacitación implica desarrollar habilidades y conocimientos para volver a una persona más eficiente en su vida, normalmente nos referimos al ámbito laboral.

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en su ranking de Los 10 Puestos Más Difíciles de Cubrir, la mitad de los oficinistas requieren habilidades que los solicitantes de empleo no tienen y precisan una segunda capacitación, por otro lado, el estudio Escasez de Talento (2018) elaborado por Manpower encontró que el 24% de los empleadores piensa que los solicitantes carecen de las habilidades necesarias para el puesto que buscan. Dicho de otro modo, 1 de cada 4 colaboradores necesitan hacer mejor su trabajo y para lograrlo necesitan ayuda. Si tomamos esto como referencia no solo la tribu Godín presenta el problema, sino todo aquel que ofrece sus productos o servicios, por ejemplo, freelancers o emprendedores.

¿Ya aprendiste a usar herramientas digitales para atender a clientes en línea con videollamadas, gestionarlos por WhatsApp, cobrarles directo de su tarjeta por mensaje? Es más, ¿Ya tomaste algún taller, curso o webinar (seminario en línea)? ¿Estás familiarizad@ con ZOOM, MEET o Microsoft Teams? O, mejor dicho, ¿qué has aprendido últimamente que aporte para dar soluciones a tus clientes?

Si tú no lo haces, hay alguien que está desvelándose para aprender y tener a los clientes/trabajo que estás dejando ir por no actualizarte. Si eres estudiante, es un gran momento para aprender, Godín, emprendedor o freelancer, todos están obligados a adaptarse, ya no basta ser especialista en un tema, ahora hay que hablar de túneles de venta, información en la nube, chatbots, algoritmos, y otros temas indispensables para tener permanencia en el mercado.

En un mundo tan competitivo es irresponsable quedarse con los conocimientos adquiridos hace 5, 10 años o más, como capacitadora es una enorme satisfacción colaborar emprendedores, asociaciones, y empresas que buscan mejorar. Las organizaciones usan nueva tecnología, se está adaptando en algunos puestos el home office (trabajo en casa), los colaboradores tienen diferentes necesidades (no es lo mismo generación millenial, centenial y boomer) los clientes tienen nuevas formas de comunicarse y buscan soluciones no productos o servicios. Es ahí donde el costo de la capacitación se transforma en inversión.

La manufactura hace referencia a la actividad humana de crear productos en masa, mediante el uso de máquinas avanzadas y técnicas especiales destinadas a ello, de acuerdo a la página Conceptodefinición.de pero Juan José Goñi aporta el término mentefactura, que se refiere a la capacidad de idear, pensar e interactuaren los trabajos. Es decir, darle más valor a las ideas, y la mejor manera para eso, es expandir y educar la mente a través de capacitación.

De hecho, lo primero que debe hacer alguien que tiene dinero disponible para invertir, es educarse no meterlo a un negocio.

Es un hecho es que, en un mundo tan competido, solo los mejores sobrevivirán.

Recuerda, “si fuera fácil, cualquiera lo haría bien.”