/ miércoles 18 de noviembre de 2020

TRÁNSITO Y LOS RETENES DE MOTOS

Y cómo no habríamos de tener un retroceso a semáforo naranja respecto de la indomable pandemia, si vemos por todos lados gente de aquí para allá, y muchos sin su respectivo cubre-boca, o en el mejor de los casos, con él en el pescuezo cual collar chafa, y ahora con el supuesto “Buen Fin”, la cosa se exacerba. No nos extrañe que en breve estemos en semáforo rojo. Nada deseable, pero para allá vamos… no entendemos pues.

De igual manera, pachangas a todo lo que da; por ejemplo en la comunidad de El Carrizalito no se andan por las ramas pues en días pasados hasta banda de música tuvieron… ¿qué tal?

De igual manera, en casi todos los puntos de la ciudad se escuchan por las noches de los fines de semana la escandalera de los briagos en varios domicilios, y esto aunado a que la autoridad nomás no se muestra como tal, es decir, ya mejor ni atienden esos llamados de los ciudadanos de bien que solicitan su apoyo, o si acaso lo hacen, son tan tibios que nomás no dan resultado efectivo. Cuán deseable es que la autoridad fuera cierta y pusiera remedio al respecto.

Por otro lado de la moneda, y lo que sí es plausible es que en días pasados los elementos de tránsito han montado un retén en la calle Ramón Corona de verificación de los motociclistas porque la realidad sea dicha, andan muchos motociclistas “chuecos” ya sea por una u otra cosa. Así, se tiene que unos sin caso, otros con varios individuos a bordo, otros más sin placa, sin licencia, una que otra moto sale con reporte de robo, etc. pero lo que aún no vemos, y cómo deseamos ver, -a grado tal es que valgan estas líneas a manera de llamado al ciudadano director de Tránsito-, es que el reglamento sea aplicado rigurosamente respecto al ruido excesivo de motocicletas que circulan por el centro impunemente.

El ruido excesivo de esa manera, también es contaminación, el reglamento prohíbe que anden circulando motociclistas haciendo tal escándalo que incluso hasta llegan a imposibilitar que se escuchen entre sí la plática de la gente que se encuentra en el interior de su propio domicilio u oficina mientras pasa el auto o motocicleta ruidosa; máxime si hay algún hospital por el lugar, eso no se puede seguir permitiendo. Parece exageración, pero no lo es; es una realidad cómo a diario se infringe el reglamento en ese respecto del ruido exagerado de motocicletas.

Ni qué decir de la entrada a la calle Vallarta, por Torres Landa, es de las calles más transitadas impunemente si de ruido se trata, pese que más delante se encuentra un hospital, el Sta. María. Ojalá el C. director de tránsito o la autoridad correspondiente verdaderamente ponga letreros que prohíban circular con exceso de ruido y mano dura contra todos esos motociclistas tan exageradamente ruidosos y no solamente se levanten infracciones por no usar el casco protector, la población verdaderamente lo agradecería. Quedaremos pendientes.

Mientras no tomemos conciencia y no nos decidamos a ser buenos ciudadanos, jamás podremos dar buen ejemplo a nadie, mucho menos a nuestros hijos. Un principio general dice: “Nadie da lo que no tiene”. De ahí que las nuevas generaciones están creciendo sin principios y lamentablemente van a ser personas problemáticas; se oye duro, difícil pero es una realidad; un niño que crece sin la educación prístina de la familia, será en el futuro un individuo conflictivo, problemático. Las generaciones que nos precedieron fueron mejor educadas que las actuales, y al decir “las generaciones que nos precedieron” no nos estamos refiriendo a la generación inmediata anterior que nos precedió, puesto que actualmente vemos padres de familia que ellos mismos son el mismo problema en sí, ya que ellos no tuvieron la educación debida, y por tanto son incapaces de bien educar a sus hijos. Por tanto el problema de la educación no es menor; se tienen que educar a sí mismos los propios padres, para que éstos a su vez, puedan hacer lo propio con sus hijos. Vaya complejidad...!!! oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com


Y cómo no habríamos de tener un retroceso a semáforo naranja respecto de la indomable pandemia, si vemos por todos lados gente de aquí para allá, y muchos sin su respectivo cubre-boca, o en el mejor de los casos, con él en el pescuezo cual collar chafa, y ahora con el supuesto “Buen Fin”, la cosa se exacerba. No nos extrañe que en breve estemos en semáforo rojo. Nada deseable, pero para allá vamos… no entendemos pues.

De igual manera, pachangas a todo lo que da; por ejemplo en la comunidad de El Carrizalito no se andan por las ramas pues en días pasados hasta banda de música tuvieron… ¿qué tal?

De igual manera, en casi todos los puntos de la ciudad se escuchan por las noches de los fines de semana la escandalera de los briagos en varios domicilios, y esto aunado a que la autoridad nomás no se muestra como tal, es decir, ya mejor ni atienden esos llamados de los ciudadanos de bien que solicitan su apoyo, o si acaso lo hacen, son tan tibios que nomás no dan resultado efectivo. Cuán deseable es que la autoridad fuera cierta y pusiera remedio al respecto.

Por otro lado de la moneda, y lo que sí es plausible es que en días pasados los elementos de tránsito han montado un retén en la calle Ramón Corona de verificación de los motociclistas porque la realidad sea dicha, andan muchos motociclistas “chuecos” ya sea por una u otra cosa. Así, se tiene que unos sin caso, otros con varios individuos a bordo, otros más sin placa, sin licencia, una que otra moto sale con reporte de robo, etc. pero lo que aún no vemos, y cómo deseamos ver, -a grado tal es que valgan estas líneas a manera de llamado al ciudadano director de Tránsito-, es que el reglamento sea aplicado rigurosamente respecto al ruido excesivo de motocicletas que circulan por el centro impunemente.

El ruido excesivo de esa manera, también es contaminación, el reglamento prohíbe que anden circulando motociclistas haciendo tal escándalo que incluso hasta llegan a imposibilitar que se escuchen entre sí la plática de la gente que se encuentra en el interior de su propio domicilio u oficina mientras pasa el auto o motocicleta ruidosa; máxime si hay algún hospital por el lugar, eso no se puede seguir permitiendo. Parece exageración, pero no lo es; es una realidad cómo a diario se infringe el reglamento en ese respecto del ruido exagerado de motocicletas.

Ni qué decir de la entrada a la calle Vallarta, por Torres Landa, es de las calles más transitadas impunemente si de ruido se trata, pese que más delante se encuentra un hospital, el Sta. María. Ojalá el C. director de tránsito o la autoridad correspondiente verdaderamente ponga letreros que prohíban circular con exceso de ruido y mano dura contra todos esos motociclistas tan exageradamente ruidosos y no solamente se levanten infracciones por no usar el casco protector, la población verdaderamente lo agradecería. Quedaremos pendientes.

Mientras no tomemos conciencia y no nos decidamos a ser buenos ciudadanos, jamás podremos dar buen ejemplo a nadie, mucho menos a nuestros hijos. Un principio general dice: “Nadie da lo que no tiene”. De ahí que las nuevas generaciones están creciendo sin principios y lamentablemente van a ser personas problemáticas; se oye duro, difícil pero es una realidad; un niño que crece sin la educación prístina de la familia, será en el futuro un individuo conflictivo, problemático. Las generaciones que nos precedieron fueron mejor educadas que las actuales, y al decir “las generaciones que nos precedieron” no nos estamos refiriendo a la generación inmediata anterior que nos precedió, puesto que actualmente vemos padres de familia que ellos mismos son el mismo problema en sí, ya que ellos no tuvieron la educación debida, y por tanto son incapaces de bien educar a sus hijos. Por tanto el problema de la educación no es menor; se tienen que educar a sí mismos los propios padres, para que éstos a su vez, puedan hacer lo propio con sus hijos. Vaya complejidad...!!! oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com