/ sábado 9 de junio de 2018

TEJIDO SOCIAL ACTUAL

El tejido social en el Estado de Guanajuato a estas alturas está hecho pedazos, y eso ya es un hecho; la manera como se cometen los crímenes y los lugares son inauditos. No importa si es en algún recinto de oración concurrido o en un paraje solitario; ni que sean horas de la mañana, de medio día, o de noche cuando se cometan.

Por un lado se dice que es la pelea de los cárteles por la plaza, el huachicoleo, y varias conjeturas más. Lo cierto es que ahora sí hay temor entre los ciudadanos que temen por su vida. La ciudad se ve apagada, no hay afluencia vehicular como de costumbre y esto no obedece precisamente a que haya resultado algún plan de movilidad exitoso, sino todo lo contrario; los comercios solos, sin clientela, algunos de ellos han comenzado a cerrar sus puertas momentáneamente y unos de ellos para siempre pues no pueden con la cuota.

Tal pareciera que los ciudadanos se hubiesen puesto a sí mismos un toque de queda para no ser expuestos a la delincuencia que opera a diestra y siniestra.

Me pregunto por qué a la tía de Diana (que no recuerdo su nombre) si ya la habían asaltado y despojado de sus pertenencias que llevaba consigo en plena calle céntrica de esta ciudad, todavía la golpearon un par de cobardes. O a mi amigo Felipe dentro de su propia casa amarrado y amagado mientras saqueaban parte de su patrimonio. Gracias a Dios salió él y los suyos con vida.

Me sigo preguntando, si esta situación es atribuible a los gobernantes en turno. Ciertamente llevan en buena medida algo de culpa, y toda la responsabilidad, puesto que es el resultado de un país gobernado por décadas en donde la riqueza no fue en su momento distribuida equitativamente ni las oportunidades de trabajo ni de educación fueron las óptimas; en donde pudo ser un país desarrollado en todos los rubros, pero la corrupción y avaricia de los políticos y gobernantes pudieron más y así acabaron con la paz y tranquilidad de que algún tiempo gozó nuestro México. Aunque también debemos decirlo, llegado el momento álgido, ante tal situación muchas personas han tenido que salir -sin que sea justificación- a ganarse la vida de alguna manera, optando por lo más ruin y miserable que es arrebatar del que más tiene para poder sobrevivir, robando en cualquiera de sus modalidades. La combinación de gobierno incapaz y corrupto y la necesidad de un pueblo sin principios sólidos, da como resultado… lo que estamos viviendo hoy que se traduce por un lado en delincuencia y por el otro en temor, angustia, incertidumbre; víctima y victimario, y lo peor, que no se ve luz al final del túnel.

El nivel de campañas políticas que estamos viviendo hoy en día son reflejo de la carencia de políticos de altura, que dígase lo que se diga, son sólo dechado de vanidad en busca del poder a toda costa, denostando al de enfrente. Se han convertido en una competencia de haber cuál de ellos habla más mal de su contrincante político. ¿Son esas maneras de hacer verdadera política? Si acaso hay algún o alguna candidata que de momento muestre aparente cordura y propuesta de gobierno, en seguida le da al traste sacando el cobre, entrando al juego de las maneras corrientes y vulgares de denostación. Ah!, pero ahí está también “Juan Pueblo” divirtiéndose con los títeres en turno. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com

El tejido social en el Estado de Guanajuato a estas alturas está hecho pedazos, y eso ya es un hecho; la manera como se cometen los crímenes y los lugares son inauditos. No importa si es en algún recinto de oración concurrido o en un paraje solitario; ni que sean horas de la mañana, de medio día, o de noche cuando se cometan.

Por un lado se dice que es la pelea de los cárteles por la plaza, el huachicoleo, y varias conjeturas más. Lo cierto es que ahora sí hay temor entre los ciudadanos que temen por su vida. La ciudad se ve apagada, no hay afluencia vehicular como de costumbre y esto no obedece precisamente a que haya resultado algún plan de movilidad exitoso, sino todo lo contrario; los comercios solos, sin clientela, algunos de ellos han comenzado a cerrar sus puertas momentáneamente y unos de ellos para siempre pues no pueden con la cuota.

Tal pareciera que los ciudadanos se hubiesen puesto a sí mismos un toque de queda para no ser expuestos a la delincuencia que opera a diestra y siniestra.

Me pregunto por qué a la tía de Diana (que no recuerdo su nombre) si ya la habían asaltado y despojado de sus pertenencias que llevaba consigo en plena calle céntrica de esta ciudad, todavía la golpearon un par de cobardes. O a mi amigo Felipe dentro de su propia casa amarrado y amagado mientras saqueaban parte de su patrimonio. Gracias a Dios salió él y los suyos con vida.

Me sigo preguntando, si esta situación es atribuible a los gobernantes en turno. Ciertamente llevan en buena medida algo de culpa, y toda la responsabilidad, puesto que es el resultado de un país gobernado por décadas en donde la riqueza no fue en su momento distribuida equitativamente ni las oportunidades de trabajo ni de educación fueron las óptimas; en donde pudo ser un país desarrollado en todos los rubros, pero la corrupción y avaricia de los políticos y gobernantes pudieron más y así acabaron con la paz y tranquilidad de que algún tiempo gozó nuestro México. Aunque también debemos decirlo, llegado el momento álgido, ante tal situación muchas personas han tenido que salir -sin que sea justificación- a ganarse la vida de alguna manera, optando por lo más ruin y miserable que es arrebatar del que más tiene para poder sobrevivir, robando en cualquiera de sus modalidades. La combinación de gobierno incapaz y corrupto y la necesidad de un pueblo sin principios sólidos, da como resultado… lo que estamos viviendo hoy que se traduce por un lado en delincuencia y por el otro en temor, angustia, incertidumbre; víctima y victimario, y lo peor, que no se ve luz al final del túnel.

El nivel de campañas políticas que estamos viviendo hoy en día son reflejo de la carencia de políticos de altura, que dígase lo que se diga, son sólo dechado de vanidad en busca del poder a toda costa, denostando al de enfrente. Se han convertido en una competencia de haber cuál de ellos habla más mal de su contrincante político. ¿Son esas maneras de hacer verdadera política? Si acaso hay algún o alguna candidata que de momento muestre aparente cordura y propuesta de gobierno, en seguida le da al traste sacando el cobre, entrando al juego de las maneras corrientes y vulgares de denostación. Ah!, pero ahí está también “Juan Pueblo” divirtiéndose con los títeres en turno. oem-elsol-de-irapuato@hotmail.com