/ viernes 27 de mayo de 2022

Ser un desanimador o un optimista

Sin lugar a dudas, como país tenemos grandes desafíos, y aunque escuchamos mucho del problema económico, contamos con testimonios de muchas personas que cayendo en la pobreza material logran levantarse, por esta razón podemos decir que conquistar la pobreza material no es difícil.

Pero, ¿cómo conquistamos la pobreza mental?, ¿cómo destruimos esta pobreza mental que se deja ver en la queja continua por la inseguridad, por la recesión económica, por la clase política que se tiene; se deja ver en aquellos que han perdido el optimismo por la vida cuando son golpeados en sus finanzas y por los múltiples problemas que llegan a la vida?, los cuales no negamos que son muy reales y por supuesto que nos llegan a afectar, pero de lo que estamos hablando es de esa mentalidad de desaliento, de desanimo, que llega a tomar control de las personas, esta pobreza mental es nuestro mayor desafío.

Ya que esta mentalidad fatalista, pesimista y de desanimo, trae un daño terrible no solo a nuestras propias vidas, sino a todas las esferas de nuestra influencia, lo cual la mayoría de las veces no se tiene en cuenta, pero el siguiente ejemplo nos ayudará a reconocerlo:

Durante las guerras de los Bóeres en Sudáfrica, cuando la ciudad de Ladysmith fue sitiada por los atacantes, un hombre de esta ciudad caminaba entre las filas de los soldados gritando “¡Qué terrible esta la situación, ahora sí nos matan a todos, ya no hay esperanza!”; al enemigo no le dio ni un solo golpe, en cambio, con su desanimo andaba desanimando a aquellos que estaban luchando y poniendo su vida para defender la ciudad de la que él formaba parte, éste hombre no era parte del enemigo, sin embargo, con su desanimo estaba ayudando al enemigo desde adentro. Por esta razón se le hizo una corte marcial y se le sentenció a un año de prisión por ser un pesimista, se le dijo en aquella corte: “es un crimen hablar con palabras desanimadoras en tiempos como éstos”.

Ser un desanimador o un optimista, es algo que cada uno tenemos que elegir al levantarnos por la mañana cada nuevo día; tanto el desanimador como el optimista impactan profundamente, el primero lo hace para mal y el segundo para bien, ¿qué tipo de mexicano eres tú, un desanimador o un optimista?, ¿cómo vez el futuro de esta nación?, ¿podrías decir que una persona que solo ve fatalismo es un buen ciudadano?

Un verdadero optimista no basa su optimismo en la situación en la que se encuentra, más bien, conoce que hay principios éticos establecidos por el Creador, y sabe que al acatarlos, éstos principios obrarán para su bien y el de su entorno, se ve a sí mismo como parte de la solución que se requiere, reconoce que solo tiene una vida por vivir y que en esta vida tiene que contribuir.

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)”

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:14-16)”

Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. (Salmos 119:105)”

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.


Sin lugar a dudas, como país tenemos grandes desafíos, y aunque escuchamos mucho del problema económico, contamos con testimonios de muchas personas que cayendo en la pobreza material logran levantarse, por esta razón podemos decir que conquistar la pobreza material no es difícil.

Pero, ¿cómo conquistamos la pobreza mental?, ¿cómo destruimos esta pobreza mental que se deja ver en la queja continua por la inseguridad, por la recesión económica, por la clase política que se tiene; se deja ver en aquellos que han perdido el optimismo por la vida cuando son golpeados en sus finanzas y por los múltiples problemas que llegan a la vida?, los cuales no negamos que son muy reales y por supuesto que nos llegan a afectar, pero de lo que estamos hablando es de esa mentalidad de desaliento, de desanimo, que llega a tomar control de las personas, esta pobreza mental es nuestro mayor desafío.

Ya que esta mentalidad fatalista, pesimista y de desanimo, trae un daño terrible no solo a nuestras propias vidas, sino a todas las esferas de nuestra influencia, lo cual la mayoría de las veces no se tiene en cuenta, pero el siguiente ejemplo nos ayudará a reconocerlo:

Durante las guerras de los Bóeres en Sudáfrica, cuando la ciudad de Ladysmith fue sitiada por los atacantes, un hombre de esta ciudad caminaba entre las filas de los soldados gritando “¡Qué terrible esta la situación, ahora sí nos matan a todos, ya no hay esperanza!”; al enemigo no le dio ni un solo golpe, en cambio, con su desanimo andaba desanimando a aquellos que estaban luchando y poniendo su vida para defender la ciudad de la que él formaba parte, éste hombre no era parte del enemigo, sin embargo, con su desanimo estaba ayudando al enemigo desde adentro. Por esta razón se le hizo una corte marcial y se le sentenció a un año de prisión por ser un pesimista, se le dijo en aquella corte: “es un crimen hablar con palabras desanimadoras en tiempos como éstos”.

Ser un desanimador o un optimista, es algo que cada uno tenemos que elegir al levantarnos por la mañana cada nuevo día; tanto el desanimador como el optimista impactan profundamente, el primero lo hace para mal y el segundo para bien, ¿qué tipo de mexicano eres tú, un desanimador o un optimista?, ¿cómo vez el futuro de esta nación?, ¿podrías decir que una persona que solo ve fatalismo es un buen ciudadano?

Un verdadero optimista no basa su optimismo en la situación en la que se encuentra, más bien, conoce que hay principios éticos establecidos por el Creador, y sabe que al acatarlos, éstos principios obrarán para su bien y el de su entorno, se ve a sí mismo como parte de la solución que se requiere, reconoce que solo tiene una vida por vivir y que en esta vida tiene que contribuir.

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)”

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:14-16)”

Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. (Salmos 119:105)”

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.